Una izquierda de combate frente a la crisis de los gobiernos “posneoliberales”

24 Nov 2015   |   comentários

La crisis de los gobiernos “progresistas” en América Latina, encarnada en el ajuste encabezado por Dilma Rousseff y el giro a derecha expresado en el balotaje entre dos candidatos con el mismo programa de ajuste como Scioli y Macri en Argentina, esclarece las tareas preparatorias de la izquierda revolucionaria en América Latina.

Las tendencias recesivas en algunos países de América Latina y/o la crisis política están afectando a la mayor parte de los gobiernos llamados progresistas. En Venezuela y ante las próximas elecciones legislativas de diciembre, Maduro enfrenta una doble crisis, económica y política, que está intentando capitalizar la derecha.

En Chile, luego del imponente ascenso de la juventud sin miedo en el 2011, aunque la crisis no ha impactado y solo se registra menor crecimiento, el desvío de Bachelet y la Nueva Mayoría (donde se integró el PC) tiene patas cortas, al truncar las expectativas del movimiento de masas, en particular por el derecho a la educación gratuita.

Brasil adelanta las principales tendencias de la región, enfrentando una profunda crisis económica vuelta ya en ataque contra los trabajadores y con el gobierno del PT deslegitimado. En Argentina, el balotaje se dará entre dos candidatos que se aprestan a ajustar y a reprimir.

En Bolivia, el gobierno de Evo Morales tiene mucho mayor margen de maniobra para enfrentar la crisis y aunque no está descartado que la caída en el precio de las materias primas requiera devaluación y ajuste hacia el futuro, por ahora tiene índices altos de crecimiento económico.

Si bien la burguesía y sus representantes regionales tienen acuerdo en descargar la crisis sobre los trabajadores, la “vieja” derecha latinoamericana ha regresado por sus fueros y se están abriendo grietas entre las diversas variantes burguesas. El discurso “renovador” de las derechas, empalma con el hartazgo de las masas contra la casta política de los gobiernos post, que prepararon ideológicamente el camino del giro conservador y bajo su ala, resguardaron las millonarias ganancias de los capitalistas nativos y extranjeros.

Las consecuencias de la crisis económica, necesariamente implicarán ataques al movimiento de masas mediante la devaluación y el desempleo. El relativo margen de maniobra que consiguieron los países agrupados en el Mercosur frente al imperialismo, tenderá a estrecharse por la necesidad de acudir al endeudamiento para sortear la crisis. Otra serie de países como México, han profundizado la subordinación al imperialismo a través de los acuerdos comerciales como el Acuerdo Transpacífico y en el caso de América del Norte el TLC. Esta situación reactualiza la necesaria lucha contra el imperialismo en la región que es el verdadero patrón de las burguesías nacionales.

Estas son las condiciones objetivas de las cuales se desprenden las tareas de los revolucionarios. Se necesita una izquierda que de un combate denodado contra los bandos burgueses en disputa (y contra aquellos que desde la izquierda popularizan la falacia del “mal menor”) y preparen desde ahora mismo la fuerza social capaz de enfrentar consecuentemente el ajuste.

Una izquierda de combate

Ya hemos discutido que el balotaje brasileño planteó exactamente la misma falsa encrucijada que el argentino: no hay mal menor para los trabajadores y la juventud porque gane quien gane, vamos a un escenario de ataque contra los trabajadores.

En Argentina, el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), que hizo una importante elección conquistando casi un millón de votos encabezado por Nicolás del Caño, está llamando al voto en blanco o nulo para el balotaje (sobre los fundamentos de esta política, hay un debate con el Partido Obrero).

Detrás de estas discusiones, esta la ubicación que debe tener la izquierda frente a los campos burgueses que, inevitablemente, tenderán a agrietarse al calor de la crisis. El voto en blanco, como plantea el último spot de Nicolás del Caño, no solo es la consecuencia táctica de una política de independencia de clase, es también un primer paso para resistir el ajuste que se viene. Organizar una campaña militante alrededor del voto nulo, es organizar al mismo tiempo a los obreros y jóvenes que han depositado en el FIT sus expectativas para enfrentar el ataque.

También en Brasil por ejemplo, hay planteada una lucha política y de estrategias contra aquella izquierda que se ubica del lado de alguno de los campos burgueses que plante claramente que los trabajadores no pueden estar ni con el PT ni con la derecha. El PSOL por su parte, frente a los chantajes de la derecha de pedir la destitución de Dilma, ha optado por por integrar un frente permanente con los sindicalistas del PT y diluir la lucha política contra el gobierno Dilma en una genérica "lucha contra la derecha" junto con los petistas. Mientras el PSTU está planteando la caída de Dilma sin que el movimiento obrero y de masas esté luchando en las calles por esta perspectiva, haciéndole el juego, objetivamente, a la derecha.

El Movimiento Revolucionario de los Trabajadores (MRT), partido hermano del PTS de Argentina, polemiza con la izquierda respecto a sostener las banderas de la independencia de clase y ha llamado al PSOL a romper con el PT y al PSTU a que ponga la fuerza de Conlutas y su militancia al servicio de las luchas obreras como la de los trabajadores de correo que se dio en semanas recientes, la de los bancarios y ahora mismo con la de los petroleros en Río de Janeiro.

En este sentido, está llamando a tomar acciones concretas de solidaridad con las luchas y sobre esa base, a construir un polo de los trabajadores, antiburocrático y antigubernamental que impida que las luchas obreras en curso queden aisladas y confluya con los sectores avanzados que están resistiendo el ataque. Es indispensable que un sector de la clase obrera y la izquierda brasileña hagan la diferencia y demuestren que la vanguardia obrera y juvenil está dispuesta a luchar.

En Chile el PTR -también organización hermana del PTS-, ha confluido con las principales luchas del último periodo como la de los portuarios, los mineros y los docentes y en el movimiento estudiantil pelea por conquistar la educación pública y gratuita plenamente, por ejemplo en la reciente elección de la Federación de la U de Chile, (FECH). Esto a contramano del Partido Comunista, que en el gobierno de la Nueva Mayoría acepta reformas cosméticas al sistema educativo chileno y del régimen heredado de la dictadura, y como alternativa a las variantes anti-neoliberales que ven en gobiernos “progresistas” tipo Chávez o Evo el “modelo” a seguir. Aquí también, se hace indispensable levantar una alternativa independiente tanto frente a la reaccionaria derecha chilena – que salió a movilizarse contra el pueblo Mapuche en meses pasados- como del gobierno de la Nueva Mayoría, que plantea una salida de los trabajadores y la juventud a la crisis que vive el régimen de la transición pactada.

En Bolivia, en condiciones más adversas debido a la relativa estabilidad del gobierno de Evo Morales que viene anunciando despidos en el sector petrolero, la LOR-CI está alertando a los trabajadores para defender los puestos de trabajo y poniendo un pie firme en el movimiento de mujeres y estudiantil mediante el impulso de la agrupación Octubre.

En México, el MTS, se pone al frente de la lucha por las sentidas reivindicaciones democráticas de las masas como la lucha por la aparición de los 43 normalistas o contra el feminicidio y por los derechos de las mujeres y al mismo tiempo está planteando que, frente al ascenso de variantes post neoliberales como el Morena o de las organizaciones populistas que sostienen una estrategia de conciliación de clases, es necesario luchar por la independencia de clase y construir una organización anclada en la poderosa clase obrera mexicana, que se extiende del norte al centro del país y que es la que puede encabezar la lucha contra la burguesía nativa asociada al narco y el imperialismo.

Por otra parte en Europa, los grupos de la FT-CI están luchando por una perspectiva también independiente e internacionalista, frente al “soberanismo de derecha” pero también al de “izquierda” al estilo de la Unidad Popular (de Grecia) y están llamando a la izquierda que se reivindica anticapitalista a bregar por “un movimiento por un Plan Internacionalista. Para disputarle al reformismo europeísta, al soberanismo de izquierda y, más aún, a la extrema derecha xenófoba, su influencia entre los trabajadores”.

En Argentina el PTS, que empalmó con el llamado “sindicalismo de base” y es parte orgánica de sectores avanzados de la clase obrera que militaron y votaron al FIT, el aprendizaje adquirido en las luchas de la ex Zanón, Kraft, Lear, Madygraf y Wordcolor está al servicio de combatir contra el ajuste consecuentemente hoy, como se está haciendo ahora mismo frente al despido de las trabajadoras de Hutchinson. En pos de preparar la fuerza social que pueda enfrentar la devaluación y los despidos – de la mano de Scioli o Macri- y también la represión, la campaña por el voto nulo está articulada alrededor de levantar una fuerza social que defienda tenazmente sus conquistas y la de los sectores explotados y oprimidos.

Al servicio de las luchas y de las tareas planteadas, esta la red de periódicos digitales La Izquierda Diario en habla hispana que ya tiene ediciones en Argentina, Chile, México y el Estado Español, Esquerda Diário en portugués, Left Voice para el público angloparlante y Rèvolution Permanente en Francia y secciones en Bolivia, Uruguay, Venezuela y Alemania. Se trata de una herramienta novedosa para generar una corriente de opinión contra las ideas dominantes, darle visibilidad a las luchas en curso y construir fuertes organizaciones de combate.

Mientras en el pasado la mayor parte de la izquierda se adaptó a los llamados gobiernos “progresistas”, nuestra corriente internacional, la FT-CI, tuvo el mérito de mantener la necesidad de la independencia de clase y de la revolución. Lejos del neo reformismo de partidos como Podemos y Syriza, que son saludados con entusiasmo por sectores de la izquierda y ascendieron sobre la base del retroceso de grandes movilizaciones de masas como el movimiento de indignados y las huelgas general en Grecia, se trata de construir organizaciones de y para la lucha de clases. Poner en pie una izquierda que no se arrodille ante la debacle de los llamados “populismos latinoamericanos” y que, empalmando con franjas de la juventud y los trabajadores, sepa resistir en la lucha de clases y preservar la disposición y el espíritu de lucha de los trabajadores y la juventud para los combates por venir.









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