Tras la farsa electoral

30 Aug 2009   |   comentários

Tras las elecciones del 5 de julio, la crisis continúa azotando a millones de trabajadores y sus familias en todo México. La caída de la actividad económica llegó al 10%, mientras la patronal y el gobierno responden con más despidos, cierres técnicos y reducciones salariales

Tras las elecciones del 5 de julio, la crisis continúa azotando a millones de trabajadores y sus familias en todo México. La caída de la actividad económica llegó al 10%, mientras la patronal y el gobierno responden con más despidos, cierres técnicos y reducciones salariales. Agustín Carstens tuvo que reconocer el shock de las finanzas públicas y amenaza con nuevos impuestos, deuda y recortes al presupuesto. A la inflación e incremento en la carestía de la vida, se suma el aumento de los precios del transporte y de las tarifas de electricidad. Con ello, patrones y gobierno buscan descargar la crisis en las espaldas de los trabajadores y sus familias.

Las elecciones intermedias y el agotamiento de un modelo económico
Este ataque contra los trabajadores, muestra que en las elecciones del 5 de julio, no estaba en juego ningún cambio de rumbo y que fueron una trampa para legitimar las instituciones garantes de la explotación y miseria. Lamentablemente varios dirigentes sindicales se sumaron a la farsa, incorporándose a las listas de partidos patronales, como Valdemar Gutiérrez, Srio. Gral. del SNTSS postulado por el PAN. Antes de levantar candidaturas al servicio de la clase trabajadora, se subordinan a un partido afín a los intereses capitalistas.
Aunque el gobierno perdió terreno en las recientes elecciones, por el descontento existente, el triunfo del PRI no representa ninguna ventaja para los trabajadores, pues este viejo partido patronal se perfila a implementar, junto al PAN, los mismos planes de miseria mandatados por los capitalistas y el imperialismo.

Ahora, bajo el control priísta del Congreso (en alianza con los "verdes"), Calderón buscará el "dialogo" con el PRI. Esto significa un pacto para votar las reformas laboral y hacendaria, aprobar nuevas leyes represivas contra los pobres (con la excusa de la lucha contra el narcotráfico), y renegociar ajustes que quedaron pendientes, como la privatización de PEMEX. Para profundizar los lazos con el nuevo gobierno de Obama, pretenden medidas "necesarias" para mantener la
seguridad en los estados fronterizos con EE.UU., que Washington reclama ante el creciente poder del narcotráfico.

Por su parte, el crecimiento electoral del PRI le permitirá disputar las mermadas arcas del país, para fortalecer sus negocios y su poder político. Al mismo tiempo, el "tricolor" utilizará su fuerza en los Congresos federal y estatales, para imponer condiciones a Calderón, ya sea en la composición del gabinete o en la negociación de algunos impuestos a favor de los empresarios (como el ISR, el IETU, o el Impuesto Sobre Nómina) con objetivos electorales hacia 2012.
Los trabajadores debemos tener claro que el "diálogo" y los pactos entre Calderón, el PAN y el PRI estarán al servicio de leyes que la patronal reclama, buscando mayor explotación y miseria del pueblo trabajador.

El PRD, el gran perdedor de las recientes elecciones

La debacle electoral del PRD fue resultado del creciente giro derechista de su dirección conducida por Ortega, caracterizada por buscar acuerdos con Calderón para no "desestabilizar" las instituciones. Eso llevó a cientos de miles de votantes descontentos con el gobierno, a darle la espalda al PRD, sea absteniéndose, anulando el voto o apoyando al PRI. En gran medida,
el ascenso electoral del tricolor es consecuencia del curso político del PRD, que lejos de aparecer como alternativa ante millones de trabajadores y sectores populares, no se diferenció demasiado del PRI.
Ante el peligro de la división del PRD, el "ala izquierda" que simpatiza con AMLO privilegió la coexistencia pacífica con "los chuchos", que se disponen a seguir avalando en el Congreso los planes de Calderón. Mientras tanto, López Obrador continúa como el principal referente para millones de trabajadores y sectores populares y podría influenciar a quienes comiencen a luchar contra la crisis. AMLO, a diferencia del PRI, denuncia en su discurso aspectos importantes de los planes de Calderón, y en varias ocasiones llamó a la resistencia civil contra los mismos. Por eso para muchos aparece como el político de oposición que puede encabezar la lucha contra el PRI y el PAN.

Sin embargo, los trabajadores debemos discutir qué política necesitamos para enfrentar el ataque de los capitalistas. Lo primero es no confiar en las instituciones de esta "democracia para ricos", como el Congreso, que ya mostró que está para aprobar leyes contra los trabajadores y el pueblo pobre. Por eso, la idea de que votando a la oposición es posible cambiar esto, sólo frena la lucha y le da tiempo a los partidos al servicio de la patronal para atacar nuestras conquistas.
Por otra parte, los diputados del PRD, en momentos clave, han apoyado propuestas regresivas y reaccionarias del PRI-AN o, cuando se oponen a las mismas, lo hacen llamando a confiar en que podrán detenerlas sólo con su labor legislativa, lo que resulta en una ilusión impotente que nos desarma para luchar.

La propuesta de AMLO para "renovar la vida pública", está centrada en el llamado a votar por cadidatos "progresistas", sembrando la confianza en que es por esta vía institucional como podremos den-fender nuestros intereses. Pero ya hemos visto lo que obtenemos de
las instituciones: liquidación de la salud, la seguridad social y los contratos colectivos, entre otras acciones del "democrático" Congreso de la Unión. Por eso, cualquier política que busque realmente enfrentar el ataque capitalista en provecho de la clase trabajadora y sus familias, debe llamar a confiar solamente en sus fuerzas.

Eso implica impulsar un programa de emergencia para defender los intereses del pueblo trabajador, su empleo, salario y para que la crisis la paguen quienes la provocaron: los capitalistas y sus partidos. Un programa así, que ataque de frente los intereses patronales, expropiando sin indemnización y bajo control de los trabajadores a quienes despidan o apliquen cierres técnicos. Pero este programa no lo puede adoptar AMLO ni el PRD, pues a pesar de su discurso opositor y sus diferencias con Calderón, son contrarios a cuestionar la propiedad privada. Hoy sólo se puede garantizar los intereses y la misma vida de la clase trabajadora, atacando los intereses de los capitalistas. O se está con el pueblo trabajador y se toman todas las medidas para defenderlo, o se está con los patrones.

Los trabajadores tenemos que enfrentar la ofensiva patronal y del gobierno

Es imprescindible que los trabajadores salgamos a luchar, es la única forma de frenar la ofensiva patronal y del gobierno. Aunque existe gran descontento entre los trabajadores, los dirigentes sindicales no han convocado a ninguna acción, y están siendo cómplices, en los hechos, de los despidos y del ataque a nuestras conquistas, negociando los despidos y los cierres técnicos.
Ante el ataque de la patronal, necesitamos la acción unitaria de los trabajadores estatales, de los servicios y de la industria que aglutine luchas como la de la CNTE, que con movilizaciones se ha opuesto a la aplicación de la ACE, o la de los trabajadores mineros y metalúrgicos que sostienen varias huelgas contra la embestida de la patronal y el gobierno.

Los sindicatos, como el SME, que se reclaman combativos y democráticos tienen que pasar de las palabras a los hechos.
Un sector de la UNT, con Valdemar Gtz. como diputado del PAN, en los hechos se compromete a avalar a las reformas estructurales que pretende Calderón. Otro sector, mantiene un discurso "opositor", pero su actitud pasiva lo convierte en cómplice del ataque capitalista. Estas organizaciones podrían convocar a una lucha unificada, llamando a sumarse a los trabajadores nucleados en los sindicatos bajo control de los charros del CT y CTM, y poniendo sus recursos al servicio de soldar la unidad de la clase trabajadora.
Para garantizar esto, es necesario organizar asambleas en los centros de trabajo, para discutir con que acciones y con que programa enfrentamos la ofensiva patronal.
Un primer paso, sería que la CNTE, el SME, el SITUAM, el SUTIEMS y corrientes sindicales democráticas y combativas, convoquen un Encuentro o Asamblea, donde se resuelva un programa para que la crisis la paguen los capitalistas. Sería un gran avance para el movimiento obrero, construyendo un bloque independiente que impulse acciones de lucha y exigencia a los sindicatos como los que se nuclean en la UNT. Un Encuentro de así podríamos discutir cómo incorporamos a la lucha a los sectores precarizados sin representación sindical, y a quienes viven la esclavitud patronal en miles de fábricas, apuntando a recuperar nuestras organizaciones de los charros y la construcción de nuevos organismos para la lucha.

Desde la LTS consideramos que para pelear por un programa obrero con independencia de clase, es fundamental construir un partido de trabajadores que pugne por el triunfo y la unidad de las luchas contra los capitalistas, y que desarrolle un programa para que la crisis la paguen los patrones. Un partido que impulse una estrategia para arrancarle el poder a los capitalistas e imponer un gobierno de los trabajadores y el pueblo, única salida de fondo para derrotar a este sistema de explotación y miseria. Bajo esa perspectiva es que te convocamos a unirte al esfuerzo por construir una organización socialista y revolucionaria.









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