Hacia la VII Cumbre de las Américas

07 Apr 2015   |   comentários

Bárbara Funes// | @barbarafunes2 La novedad será la participación de Cuba, y el restablecimiento de relaciones de la isla caribeña con EEUU. La Cumbre estará cruzada por las tensiones entre Venezuela y Estados Unidos.

Hacia la VII Cumbre de las Américas

La novedad será la participación de Cuba, y el restablecimiento de relaciones de la isla caribeña con EEUU. La Cumbre estará cruzada por las tensiones entre Venezuela y Estados Unidos. Bárbara Funes// | @barbarafunes2

Esta cumbre, impulsada por la Organización de Estados Americanos (OEA) se llevará a cabo en Panamá entre el 10 y el 11 de abril. Han confirmado su asistencia 26 gobiernos. Por primera vez se reunirán todos los países de la región.

La ofensiva injerencista de Estados Unidos contra Venezuela alcanzó un pico en marzo pasado, cuando prohibió la entrada en territorio estadounidense a siete funcionarios venezolanos y congeló los activos financieros de ese país que se encuentran en EEUU.

A esto se sumaron las declaraciones de Obama, quien afirmó que “la situación en Venezuela, incluida la erosión de garantías de derechos humanos por parte del Gobierno de Venezuela, la persecución de oponentes políticos (…) constituye una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y a la política externa de Estados Unidos, y yo por la presente declaro emergencia nacional para abordar esa amenaza”, como citamos acá.

La injerencia estadounidense en Venezuela tiene su correlato en presencia militar en distintos países de América Latina: México y Colombia, con la excusa de la “guerra contra el narco”, Honduras, Haití –con presencia de tropas ante la crisis política del primer país y ante la emergencia generada por el terremoto de 2010–. Y además cuenta con bases militares en Chile, Perú, Paraguay, y con 12 bases aéreo-navales en Panamá, en las dos costas del país.

A su turno, el gobierno británico ha lanzado un plan de refuerzo militar en las Islas Malvinas, archipiélago del que se apropió como resultado de la derrota argentina en la guerra de 1983.

En otro orden, las empresas estadounidenses se preparan para sacar la parte del león con la apertura de Cuba ante el avance de la restauración capitalista. Para los empresarios, los sectores más atractivos son telecomunicaciones, farmacéutico, agrícola y de servicios financieros. Cuba participará con una presentación especial para el empresariado internacional.

América Latina y la crisis de los gobiernos

Esta cumbre tendrá lugar entre las aguas nada tranquilas que agitan a la mayoría de los países de la región. Hagamos un breve recorrido.

En Argentina, luego del importante paro del 31M, el movimiento obrero volvió al centro de la escena y Cristina Kirchner respondió profundizando su enfrentamiento con los sindicatos, como explicamos acá.

Dilma Roussef, la presidenta de Brasil, enfrenta una importante crisis por el escándalo de corrupción de Petrobras -en el que están involucrados varios funcionarios del PT- mientras aplica un duro ajuste fiscal que golpeará a los trabajadores y a los sectores populares.

Por su parte, el gobierno Michelle Bachelet, Chile, enfrenta una crisis –la peor en décadas según el periódico El País– producto de distintos casos de corrupción, como la compra venta de candidatos y sus partidos por parte de Sociedad Química y Minera de Chile (SQM).

En Perú, el gobierno de Ollanta Humala también enfrenta una crisis. Recientemente la primera ministra y su gabinete se vieron obligados a renunciar por un escándalo de espionaje interno ilegal, como decimos acá.

Enrique Peña Nieto, presidente de México, participará de la cumbre también. Su gobierno –sacudido por la crisis abierta por la desaparición forzada de 43 estudiantes normalistas y el asesinato a manos de las fuerzas represivas de otro, más dos civiles– enfrenta ahora nuevos embates de la crisis económica, con una fuerte devaluación del peso mexicano y un crecimiento de 30% de la deuda pública.

Y es que el fortalecimiento del dólar, sumado a la caída de los precios del petróleo impactan duramente en las economías latinoamericanas, y conllevan la posibilidad de que se desate una crisis financiera internacional, como señalamos acá.

Mientras tanto, en Panamá, la sede de la cumbre, los trabajadores de la ampliación de las obras del Canal de Panamá realizaron recientemente protestas salariales y el reciente paro de labores del Sindicado de Operadores de Mi Bus (Transportes Masivos de Panamá, S.A.) que demanda el pago de prestaciones. A esto se suma un importante despliegue de 5.000 miembros de fuerzas de seguridad para “proteger” a los mandatarios y funcionarios que participarán de la cumbre.

Así, esta VII Cumbre de las Américas se revela como un escenario complejo: por un lado, la política militarista de Estados Unidos hacia su patio trasero, combinada con un nuevo salto en la expoliación imperialista, expresada en la multiplicación de los megaproyectos en el continente, y en México en particular con la apertura de la explotación de los hidrocarburos a partir de la reforma energética.

Por otro lado, están los países alineados con el presidente venezolano Nicolás Maduro: Argentina, Bolivia, Ecuador, Brasil y Nicaragua, cuyos gobiernos tienen un discurso de unidad latinoamericana, con organismos como el ALBA o la UNASUR que más allá de las declaraciones se han mostrado totalmente impotentes frente al imperialismo. Y mientras no han dejado de pagar la elevada deuda externa de cada uno de esos países, demostrando así que no son una alternativa para la creciente miseria de los trabajadores y el pueblo latinoamericano.

A su vez, están los gobiernos abiertamente alineados con el amo del norte: los de México y de Colombia –siempre dispuestos a hacerle el trabajo sucio a Barak Obama, con la militarización de estos países y a la vanguardia de la entrega de las riquezas nacionales– junto a los de Honduras y Haití, entre otros.

¿Qué resultados dejará esta nueva cumbre? De seguro, nada bueno para el pueblo del continente.









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