ARGENTINA Gran Encuentro de Trabajadores

23 Aug 2014   |   comentários

Frente a los despidos, paros técnicos y ataques contra trabajadores que luchan, donde gobierno y burocracia sindical actúan como cómplices de los patrones, miles de compañeros y compañeras realizaron el sábado 16 un gran Encuentro que reunió a todos los sectores combativos del movimiento obrero argentino a las puertas de la empresa gráfica Donnelley, que hoy está bajo control de sus trabajadores.
A continuación presentamos extractos de la crónica de la actividad y de los planteamientos realizados en ella en voz de sus protagonistas encabezados también por los obreros de Lear, quienes enfrentan despidos y a la burocracia sindical.

El Encuentro de Trabajadores en Lucha se organizó en pocos días; no había tiempo que perder. Pero tres mil compañeros y compañeras acudieron a la cita. La bandera del Encuentro resumía, para que cualquiera pueda entenderlo, el motivo del evento: “Familias en la calle ¡nunca más!”.
Donnelley está, desde hace pocos días, gestionada por sus trabajadores. Los patrones buitres, yanquis ellos, volaron. Querían dejar decenas de familias en la calle pero los obreros demostraron que no estaban dispuestos a pasar hambre y que podían hacer funcionar la fábrica sin gerentes ni supervisores.
Martín Killing, dirigente de Donnelley abrió el Encuentro: “Algunos compañeros están participando aquí, pero luego reemplazarán a los que están trabajando para que ellos también puedan participar del debate”. ¿Quién puede negar que ese hecho demuestra la fuerza y la conciencia que puede lograr la clase obrera?

“Esto no fue algo improvisado. Se puede decir que nos venimos preparando hace años. El trabajo de tanto tiempo con los compañeros, en cada asamblea, cada acción, dio sus frutos”. Los obreros de Donnelley y su Agrupación Gráfica Clasista y la Lista Bordó han sido parte indiscutida de la vanguardia obrera que emergió en la última década en Argentina.
Rubén Matu, delegado de Lear destacó la lucha intensiva en tres meses contra los paros patronales, los despidos, los burócratas del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor de Argentina (SMATA) y contra la represión del Gobierno.

“Nos atacan porque apostamos a la organización de base, porque somos delegados combativos, porque decidimos en asamblea y peleamos por las condiciones de trabajo de nuestros compañeros”. ¿Quién puede negar que la lucha de Lear se ha convertido en el símbolo de la lucha contra los despidos, la que ha desnudado el rol patronal de la burocracia y el servilismo del Gobierno ante las multinacionales?

Un parlamento obrero

Marcelo Morales, secretario general del Sindicato de Obreros Ceramistas de Neuquén (SOECN)., “Nosotros no solo recuperamos el sindicato para los trabajadores, sino que pusimos a funcionar tres fábricas bajo control obrero y funcionamos en forma coordinada”.

Los ceramistas lo saben: han sido un faro, durante años, para cientos de militantes obreros que sembraron con paciencia e inteligencia la semilla de la organización y de la rebeldía. “Somos hermanos”, decía un obrero de Donnelley junto al escenario. Jamás se habían visto antes.

Invitaron también a subir a Raúl Godoy, obrero de Zanon e histórico dirigente ceramista. Godoy dejó claro que pronto los obreros de Zanon aprendieron que no podían conformarse con que haya otras experiencias aisladas de gestión obrera. Que ellos peleaban por organizar a la clase obrera de conjunto, que lo hacían desde una posición de independencia de clase y que la perspectiva estratégica tenía que apuntar a un Gobierno de trabajadores.

En ningún discurso estuvo ausente el orgullo de ser parte de una jornada tan importante ni la conciencia de que la unidad de los sectores combativos es necesaria para enfrentar semejantes enemigos.

Había delegados y trabajadores de decenas de gremios. Bancarios, telefónicos, del peaje, perfumistas, del neumático, aeronáuticos, docentes, gráficos, no docentes, de la alimentación, metalúrgicos y metalmecánicos, de prensa, ceramistas, camioneros, estatales, de la salud, de la construcción, ferroviarios, del subte, astilleros, plástico, jaboneros, de UTA, entre otros. Los obreros de Calsa, Shell, Honda y el Hospital Alende dejaron claro que querían extender los debates y experiencias que allí presenciaban hacia las fábricas de su zona.

Recuperar los sindicatos

Lorena Gentile, delegada de la Comisión Interna de Kraft: Hoy las comisiones internas marcamos el ritmo, porque los sindicatos están en la tregua. A ellos les venimos exigiendo un paro de treinta y seis horas. Pero queremos llegar a ese día con asambleas en las fábricas, queremos hacer como el 10 de abril en la Panamericana, queremos mostrar un polo clasista e independiente (…) Llaman sabotaje a organizarse para enfrentar los ritmos de trabajo que se sienten en nuestros cuerpos. Como las obreras de Kromberg, esas mujeres que no podían levantar a sus hijos después de cada jornada (…). Al final de su intervención, se manifestó en favor de la resistencia del pueblo palestino. Todos se unieron en un solo canto: ‘La clase obrera es una y sin fronteras’.

Christian Castillo, legislador bonaerense del PTS-FIT:“ Hoy estamos en el corazón industrial del país, que se está convirtiendo al mismo tiempo en un centro de organización obrera. Eso es lo que les molesta. Los diputados del Frente de Izquierda nos hemos puesto al servicio de la lucha “(…) está creciendo una alternativa política que avanza en las fábricas, en la juventud (…). Desde las bancas hemos aportado doscientos cincuenta mil pesos a los fondos de lucha, que creemos que han sido fundamentales para que las luchas no sean quebradas por hambre”.

José Montes, referente histórico del Astillero Río Santiago y actual dirigente del PTS en la zona norte, subió al escenario junto a Victoria Moyano, nieta recuperada a la que la Gendarmería detuvo en una de las caravanas en apoyo a Lear.

Montes recordó la experiencia que hicieron los trabajadores de Lear y de Donnelley, los procesos en la zona norte donde ha habido también derrotas, pero donde “ha habido compañeros que se han ido preparando durante años. Me ha tocado colaborar en ese proceso, un proceso que no es espontáneo. Porque para recuperar los sindicatos, que es una de nuestras grandes tareas, no los vamos a sacar [a los burócratas.] solo con elecciones, los vamos a tener que echar porque no se van a ir así nomás. Por eso es importante la preparación. Y en eso los compañeros de Lear y de Donnelley son un ejemplo”.

Montes reivindicó la tradición de lucha de los trabajadores, en particular de la zona norte, que en los 70 pusieron en pie las coordinadoras interfabriles. “Hay que recuperar las mejores tradiciones de la clase obrera”.

Seguir luchando y organizándose

Delante de la bandera de “Familias en la calle nunca más” se pararon primero las compañeras de la Comisión de Mujeres de Donnelley. Dieron una breve clase sobre el rol que están jugando, desde hace años, en la lucha de los gráficos de la Bordó.

Pero otros personajes pidieron su espacio antes del cierre. Ellos mismos se presentaron: “Esta es la banda loca de los chiquitos / donde ayudamos a los trabajadores / para que en este mundo / no haya patrones ni explotadores”. La cantamos todos. Eran los hijos pequeños de los obreros, con bombos y redoblantes.

Los acuerdos

* Continuar con la campaña “Un millón de pesos por Lear”, que ya lleva recaudado casi medio millón de pesos y que permite sostener a los despedidos
* Campaña por la expropiación y estatización bajo gestión obrera de Donnelley
* Apoyar la lucha por la reincorporación de todos los despedidos en Lear y el reingreso y respeto a su Comisión Interna;
* Exigir a centrales sindicales que pongan fecha a un paro nacional activo y de 36 horas, con las demandas del pueblo trabajador.
*Mesa de coordinación en la zona para apoyar las luchas
*Que la próxima movilización a Plaza de Mayo tenga como principales oradores a representantes de Donnelley y Lear.









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