Visita de Obama a México

SE REFUERZAN LAS CADENAS DE LA SUBORDINACIÓN AL IMPERIALISMO

16 May 2013   |   comentários

El pasado 2 de mayo, en medio de un gran despliegue de seguridad, el presidente estadounidense Barak Obama visitó nuestro país. Seguridad, economía y educación fueron los temas que trató con Peña Nieto. Hay cambios respecto a los acuerdos del sexenio anterior sobre el manejo de la seguridad. Mientras tanto, Obama muestra los colmillos ante la apertura de Pemex a la inversión privada. Se vislumbran algunos cambios en la relación bilateral, pero la condición de México de país subordinado al imperialismo estadounidense se profundiza.

El PRI, comandante de la represión

El gobierno de Peña ha creado el Centro Nacional de Inteligencia con el fin explícito de combatir el crimen organizado, y con el fin implícito de golpear mejor sobre los trabajadores y los sectores populares que se atrevan a cuestionarlo. Pero si bien Calderón había otorgado carta blanca a las agencias de inteligencia estadounidense, con plena carta blanca para intervenir, Peña Nieto está volviendo sobre sus pasos. Ahora todo deberá pasar por Gobernación. Y esto creó pequeñas fricciones con el gobierno estadounidense. Sin embargo, se sabe que Peña Nieto aceptó con gracia que militares mexicanos se entrenen en Estados Unidos, y desde ese país siguen fluyendo las armas sin control para los narcos, que mantienen bajo estado de sitio virtual a buena parte del país. La Iniciativa Mérida, obra de Bush en 2008, se ha revelado como un gran fracaso contra el narcotráfico, y un gran éxito para criminalizar la protesta social. Los femicidios se incrementaron y las redes de distribución de droga, así como las redes de trata siguen operando con total impunidad. La industria armamentística mantiene su mercado aquí, y como pilón, tiene la excusa para el recurrente intervencionismo estadounidense. Por eso, hay que luchar contra la injerencia militar y en seguridad del imperialismo yanqui, y contra la subordinación del gobierno de EPN y los partidos del Congreso.

Privatizar la educación: norte estratégico

Desde 1992, con la firma del Acuerdo Nacional para la Modernización Educativa, el Banco Mundial, la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) y el FMI, han tenido injerencia en los planes educativos que se implementan en nuestro país. Son ellos los impulsores de la actual reforma educativa, que incluye no sólo convertir a los niños y niñas mexicanos en analfabetos funcionales, sino también precarizar las condi ciones laborales de los maestros. Todo se orienta hacia la privatización de la educación y este objetivo se ratificó con la visita de Obama.

Un golpe contra los trabajadores migrantes

La tan sonada reforma migratoria en EE. UU. no es más que una bofetada en el rostro de los millones de migrantes. Como señalamos en EO 106 “En 2011, los servicios de migración llegaron a tener 430,000 personas detenidas por día (Carey L. Biron: ‘La formidable máquina de deportar de EE.UU.’) y las deportaciones de mexicanos llegaron a casi 300,000 (‘Changes affecting Illegal inmigration’, The New York Times).” Sólo tras más de 10 años de residir en el vecino del norte tendrán la posibilidad de adquirir residencia legal. Mientras tanto, la militarización de la frontera se recrudece y EE.UU. sigue separando familias con las deportaciones. Es necesario que la clase obrera estadounidense luche hombro con hombro con los trabajadores migrantes para frenar esta ofensiva. Más explotación y opresión contra los migrantes significa un salto en la explotación sobre ellos mismos.

Promesa de pago: el petróleo

Peña Nieto está preparando la Reforma energética, que incluye la apertura de Pemex al capital privado, como se señala en The Wall Street Journal. Se apresta así a “devolver” a las empresas imperialistas el más codiciado de los recursos de nuestro suelo: el petróleo. ¿Retrocederemos a la época anterior al cardenismo, antes de la expropiación? No está dicha la última palabra. Todo depende de cómo enfrenten los trabajadores y trabajadoras de Pemex, en alianza con los sectores populares, esta nueva ofensiva del capital.

Mientras tanto, nuestro país está en vías de transformarse en el principal socio comercial de EE.UU., desplazando a China de este lugar. De acuerdo con Jorge Castro “El comercio bilateral entre EE.UU. y México ascendió el año pasado a US$ 511.000 millones (US$ 1.400 millones por día); y el núcleo de ese vínculo es la producción manufacturera compartida, realizada dentro del sistema integrado trasnacional de producción, que es responsable de 2/3 del comercio internacional y cuyos actores son las empresas globales.”(1) Esto es producto del modelo maquilador –creado para satisfacer las necesidades de la economía estadounidense– , con el desarrollo de la producción integrada entre los dos países, donde aquí se ensamblan las piezas que luego se le venden a EE.UU. ya como producto terminado. Sin embargo, este desarrollo implicó el hundimiento de ramas enteras de la economía, como la producción agropecuaria y la industria del calzado. No debemos olvidar que este modelo se instauró sobre la base de incrementar la precarización laboral de la clase obrera mexicana. Este salto en la “integración” implica una mayor dependencia económico-política de EE.UU. y coloca a México a merced de las fluctuaciones de la economía y las finanzas de EE.UU. –que en el primer trimestre apenas creció 2.5% contra 3.2% que se esperaba–. Así, México se transforma en un eslabón débil de la economía norteamericana.

¡Alto a la injerencia imperialista en México!

Es necesario enfrentar el salto en la sujeción al imperialismo y la rapiña que conlleva. Para eso, trabajadoras, trabajadores, jóvenes, campesinos e indígenas debemos unirnos y enfrentar en las calles la política de subordinación del gobierno y los partidos patronales a Estados Unidos.

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[1(1) Jorge Castro: “México ha dejado de ser un país emergente”, diario Clarín, 12/5/2013.









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