Contundente paro y movilización el 3 de febrero

Resurge la lucha magisterial

18 Feb 2012   |   comentários

Eran miles de maestros nuevamente en las calles, junto a muchos estudiantes normalistas y organizaciones solidarias. Este 3 de febrero, en la segunda jornada de lucha convocada por la CNTE en las últimas semanas, se duplicaron –o más– las fuerzas que nutrieron el paro y la movilización del 18 de enero, cuando más de 25 mil maestros del Distrito Federal, acompañados por los de otros estados, marcharon a Los Pinos.

Los maestros protestan contra la “evaluación universal” y los nuevos lineamientos de la “carrera magisterial” que las autoridades de la SEP pretenden imponer con el aval de los charros del SNTE , como parte de la reaccionaria “Alianza por la Calidad Educativa”. Cada vez más profesores se percatan que, detrás de la “evaluación universal” está la pretensión de liquidar su estabilidad y derechos laborales; en tanto que los nuevos lineamientos de la “carrera magisterial” profundizan el carácter corrupto y perverso de los mecanismos para la promoción y el estímulo docente.

El 3 de febrero, la mayoría de los maestros de primaria de la Sección 9 del D.F. volvieron a parar; esta vez junto a los de muchas secundarias (de la Sección 10). Unidos a compañeros de Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Chiapas y otros estados, se movilizaron otra vez por sus demandas, desafiando las amenazas de las autoridades y la campaña de satanización en su contra que difunden los medios de comunicación.

La marcha fue multitudinaria. Muchos jóvenes que participan por primera vez en el movimiento magisterial estaban entusiasmados. Los de más edad afirman que una movilización de estas dimensiones no se veía desde la llamada “primavera magisterial” de 1989, cuando la lucha de miles de maestros llevó a la caída del cacique del SNTE, Carlos Jonguitud Barrios, a quien reemplazó Elba Esther Gordillo al frente del sindicato por mandato del entonces presidente, Carlos Salinas de Gortari.

¿Hacia una nueva “primavera magisterial”?

Estas movilizaciones se dan en un contexto nacional de crisis económica, militarización, represión, retroceso del movimiento obrero y democrático. En los últimos años, el magisterio ha padecido pero también resistido los planes del gobierno, actuando como vanguardia combativa de los trabajadores.
Es que la “Alianza por la Calidad Educativa”, dictada por organismos imperialistas como la OCDE , representa un ataque en toda la línea contra la educación pública y los derechos laborales del magisterio. Medidas como la evaluación universal y las modificaciones a la carrera magisterial, quieren añadirse al cierre de turnos vespertinos en primaria y secundaria, la compactación de grupos, los desplazamientos y despidos, contratos temporales, el recorte al presupuesto, mayores exenciones fiscales a la educación privada, la reforma a las normales públicas y otras que forman parte de la “contrarreforma” educativa impuesta por el gobierno con el aval de los charros.
A esta ofensiva se resisten los maestros, quienes el año pasado protagonizaron importantes acciones de lucha, como las protestas contra la visita de Calderón a Oaxaca, que enfrentaron la brutal represión de la policía estatal del perredista gobernador Gabino Cué; los paros de varias semanas de la Sección 18 de Michoacán y 22 de Oaxaca; los plantones de la CNTE en el D.F.; el paro y las movilizaciones del magisterio guerrerense frente al asedio del narco; así como este año los paros y movilizaciones encabezados por la Sección 9 del D.F.
Estas luchas se suman a las de años anteriores, como la que puso en pie la gloriosa “Comuna de Oaxaca” en el 2006, la masiva movilización de los maestros de Morelos dos años después y la resistencia contra la reforma a la Ley del ISSSTE, por mencionar sólo algunas de las más importantes.
Hasta ahora, el gobierno ha ignorado las demandas de los maestros, por lo que la CNTE está convocando a un nuevo paro de 48 horas, para el próximo 22 y 23 de febrero. El ánimo de lucha que se percibe en las actuales movilizaciones, hace pensar en la posibilidad de un nuevo ascenso de la lucha magisterial que puede alentar la resistencia de otros sectores de trabajadores, a pesar del clima reaccionario que impera en el país y de los intentos por desviar el descontento popular hacia las elecciones.

Hay que acabar con la ACE y el charrismo sindical

La lucha apenas comienza. Es necesario fortalecerla hasta acabar con la ACE y sus mecanismos perversos, como la evaluación universal, la prueba ENLACE y la carrera magisterial.
Mal harían los dirigentes de la CNTE en terminar negociando por separado algunas concesiones o canalizando el descontento hacia las elecciones como mecanismo de presión para lograr sus demandas, como ha sucedido en años anteriores, cuando lo que está en juego son las condiciones de vida de los trabajadores de la educación. La negociación que se le exige al gobierno sólo puede iniciar con la cancelación de la ACE como piso mínimo.
Un componente central de las movilizaciones es el repudio al charrismo sindical, al que los maestros identifican por corrupto, aliado del gobierno y corresponsable de sus planes. Elba Esther Gordillo ha quedado relativamente debilitada por el desdén de su viejo partido, el PRI, al cual prometió los votos del magisterio en las próximas elecciones. Ahora, Gordillo está también amenazada por las movilizaciones.

Esta es una nueva oportunidad para los maestros de luchar por conquistar la democracia sindical y la independencia de su sindicato del estado, echando a los charros, para convertirlo en una verdadera herramienta de lucha.

A fortalecer la lucha con independencia de clase

Los partidos buscan repartirse el botín y legitimar a las instituciones con las próximas elecciones. Personajes siniestros como la ex Secretaria de Educación, Josefina Vázquez Mota, se postulan para suceder a Calderón.
De otros, como Peña Nieto, sólo se pueden esperar nuevos ataques contra el magisterio. Mientras que el PRD, ahí donde gobierna (Guerrero, Oaxaca, Michoacán, D.F.), ha demostrado ser tan represor de los maestros como cualquier otro partido del régimen.
Hay compañeros (como los dirigentes de la Sección 18) que opinan que no es suficiente con la lucha sindical y que es necesaria la “lucha política”. Con este argumento se integraron a la llamada Organización Política de los Trabajadores que encabeza el SME y manifestaron su apoyo López Obrador.
Otros piensan votar al tabasqueño porque lo ven como el “menos peor” o porque creen que resolverá sus demandas. Pero AMLO ya dejó claro que no afectará los intereses patronales e imperialistas que están detrás del ataque contra los maestros y la educación pública.
Para lograr un aumento sustancial del presupuesto educativo, es necesario dejar de pagar la deuda externa, imponer impuestos progresivos a las grandes fortunas y expropiar la educación privada. Es necesario romper los pactos con el imperialismo y los organismos financieros que le dictan al gobierno la política educativa, para lograr una educación verdaderamente al servicio de los trabajadores y del pueblo. Por el carácter de clase de su proyecto, estas medidas AMLO no las plantea. Menos ahora que ha logrado el apoyo de algunos empresarios.

Nada bueno podemos esperar de la farsa electoral. El magisterio sólo puede confiar en sus fuerzas, por lo que debe luchar en forma independiente, buscando aliados en el resto de los oprimidos y explotados, para evitar ser desmovilizado y derrotado por las maniobras electorales de los partidos patronales. Una verdadera “organización política de los trabajadores”, debería mantener una absoluta independencia de todos los partidos y candidatos del régimen, incluyendo los de la “izquierda” institucional.
Los sindicatos y organizaciones que se dicen democráticas, como el SME, y la UNT, deben de apoyar consecuentemente esta lucha, sumándose con todo a la movilización del 22 y 23 de febrero e impulsando el paro nacional en apoyo a las demandas del magisterio.









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