Reforma energética: un debate con la consulta popular de AMLO

25 Apr 2014   |   comentários

Óscar Castillo

Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha mostrado a la “consulta popular” como la vía para detener la reforma energética. A inicios de abril presentó la intención en el Senado de recolectar 2 millones de firmas para que en las elecciones del 2015 se pregunte si la gente está de acuerdo en que se entreguen contratos y concesiones a particulares en materia de petróleo.
Esta estrategia es la misma que utilizó en contra del fraude electoral del 2006 y la compra de votos en 2012: la vía de los tribunales, las instituciones y la protesta “civil y pacífica”.

Millones de trabajadores y de jóvenes confían en AMLO. El tabasqueño aparece para muchas y muchos compañeros como una alternativa de oposición frente a las reformas impulsadas por el PRI y el PAN, con la complicidad del PRD. Sin embargo, consideramos que la propuesta de López Obrador lleva, en los hechos, a que el descontento popular, en lugar de expresarse en las calles nutriendo un verdadero plan de lucha para echar atrás la entrega del petróleo, termine en una petición al Congreso. Ya en los años previos AMLO propuso iniciativas que también buscaban presionar a las instituciones, y en ningún caso lograron el objetivo que él proponía. El ataque reaccionario contra nuestras conquistas muestra que a las empresas privadas y a los gobernantes de este país no les interesa la opinión de las masas populares sobre el saqueo de los recursos.

Reformas estructurales en marcha

Las visitas de distintos gobernantes extranjeros a México tienen que ver con las reformas estructurales aprobadas y con la posibilidad de negocios que se les abrió: todos los capitalistas en el mundo elogian las reformas de Peña Nieto y ven un país con mano de obra y materia prima barata disponible para que las empresas nacionales o extranjeras puedan enriquecerse a través del saqueo y la explotación.

La aplicación de las reformas estructurales está avanzando, no sólo es la energética sino todas ellas están diseñadas para que los trabajadores sean los que carguen con el peso de la crisis económica. Si queremos derrotar este ataque, es necesario un verdadero camino de lucha y de movilización en las calles, sin confiar en la acción del Congreso.

Organización de los trabajadores, la única vía

Por medio de los tribunales y de las peticiones a las instituciones del Estado no se van a echar atrás las reformas estructurales. El avance sobre las conquistas de los trabajadores, campesinos y el pueblo pobre está decidido por los dueños del dinero y sólo con la organización de estos sectores es que vamos a poder hacerle frente a esta ofensiva.

La privatización de los recursos energéticos implica mayor pobreza en los hogares mexicanos. Sólo si nos organizamos junto con los campesinos, los estudiantes, el pueblo pobre, de manera independiente de los partidos del Congreso y preparamos un paro nacional en contra de la privatización de los recursos energéticos podremos ponerle un freno al gobierno en sus planes económicos.

La manifestación en las calles, la huelga y el paro nacional son las herramientas que tenemos los desposeídos para defender lo que nos pretenden arrebatar y arrancarles lo que es nuestro a ese puñado de ladrones que se enriquece a costa del sudor del pueblo pobre y trabajador.

(1)http://lopezobrador.org.mx/2014/04/09/amlo-durante-la-asamblea-en-la-delegacion-venustiano-carranza-distrito-federal/









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