La precarización laboral en la ‘ciudad de la esperanza’

17 Jun 2010 | Estrategia Obrera platicó con trabajadores de intendencia del IEMS sobre sus actuales condiciones laborales, en el marco de su actual lucha por el reconocimiento de sus derechos y de su organización sindical.   |   comentários

La mayor parte del personal son mujeres. Están en riesgo constante por laborar en alturas, al tener que limpiar lámparas de hasta 20 mts de alto. Además, deben trabajar sobre estructuras metálicas del edificio con poco equipo seguridad, corren el riesgo de quedar colgado de viguetas de la estructura o de los salones. De hecho, varios trabajadores ya se accidentaron así, pero nadie acudió en su auxilio.

Los pulidores de pisos dijeron que la limpieza en oficinas y salones se realiza sin mascarilla y sin “leche”, que les permita disminuir la afectación por los polvos que se desprenden. Usan ácidos y cloro, que permanecen por días en la boca y garganta, provocando sangrados en nariz, picazón y la perdida de piel en los dedos de las manos, esto último debido a que usan guantes inapropiados para uso de los solventes. En ese mismo sentido reportan infecciones respiratorias y carnosidades en los ojos, como parte de procesos cancerosos, comentaron.

Expresaron que la jardinería, pintura de edificios y albañilería son actividades que deben realizan todos sin excepción como “apoyo” a la institución, según el argumento patronal, aún fuera de su horario y días de trabajo. “si no sabemos hacerlo, se cae o queda mal, y somos obligadas a repetir la tarea”, denunciaron trabajadoras. “Existe el favoritismo, ha cambiado el personal de supervisión y todo sigue igual”.
La limpieza de los sanitarios y las fuertes cargas de trabajo, son usadas como formas de castigo para el personal que, a juicio del supervisor , merece ser sancionado. “La empresa nos dice que a eso vamos, que nos aguantemos y si no, nos podemos se pueden ir cuando queramos”.
Existen castigos económicos como el cobro de cincuenta pesos si se descose el uniforme o si se modifica para hacerlo mas útil, mismo que es de manufactura de muy baja calidad. Un olvido éste o de la credencial cuesta un día de trabajo.

Los castigos han comenzado a aplicarse también en el sentido de la represión política hacia las trabajadoras y trabajadores que impulsan o expresan simpatías por el nuevo sindicato. Existen amenazas de cambio de área o plantel y, en algunos casos, se han cumplido.

Aunque trabajan para una institución del DF, son contratados por un outsourcing. El patrón Luís Samir Cajab (relacionado con la familia del jefe de gobierno, según cuentan los trabajadores), tiene contratos firmados con el IEMS bajo diferentes razones sociales. No conocen su contrato individual de trabajo y su salario es de 1000 pesos quincenales, mientras el patrón registra 18 millones por cobro de servicios. Algunos tienen cuatro años de antigüedad y firman hojas en blanco como supuesta contratación. Otros tienen dos años laborando y causan baja en el IMSS cada tres meses, para no generar antigüedad, “quitaron la hora de la comida, para hacerlo hay que esconderse.

Por eso exigimos respeto a nuestros derechos más elementales”.









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