Oaxaca: Entre las elecciones y la represión

La APPO continúa en pie de lucha

01 Aug 2007   |   comentários

La cobarde represión del gobierno estatal contra la APPO el 16 de julio en el Fortín, es la muestra más cruda del rumbo de este reaccionario régimen.

El ataque policial para garantizar la Guelaguetza fue una provocación para fortalecer el virtual estado de sitio y reforzar el pacto PRI-PAN contra los focos rojos de inestabilidad. La clase dominante trata de impedir que la lucha de la APPO impulse la movilización nacional. Por eso Calderón permite que URO actué impunemente. Mientras tanto, con las recientes elecciones, la clase dominante quiso llevar el descontento hacia la ilusión en que mediante las mismas serán resueltas las demandas de la población (ver siguiente artículo). El alto abstencionismo (más de un 60%) mostró que esto no se logró y que existe gran desconfianza entre la población con el conjunto de los partidos, incluyendo al PRD.

Todo esto busca contener la recomposición de la APPO. Y es que el 2006 mostró el potencial de las organizaciones obreras, indígenas y populares; el rol de las mujeres y sus organismos con acciones que cuestionaron la propiedad privada de los medios de comunicación (como hizo la COMO); la idea, en el imaginario popular, de que se controlar partes de la ciudad para exigir sus demandas y defender esta medida radical con la creación de las barricadas.

Una división de tareas del régimen

Mientras URO reprime y realiza una cacería de los activistas de la APPO para desmoralizarla y dividirla, el gobierno federal diseña estrategias para aislar y militarizar la región. Por lo que, centrar la estrategia en exigir una mesa de negociación con los represores, no hará una diferencia cualitativa en cuanto a la respuesta que Calderón pueda dar. El responsable de Gobernación, el ultraderechista Francisco Ramírez Acuña, ya demostró con su negativa a considerar la renuncia del tirano, que no se puede esperar nada de su parte. El gobierno panista quiere que el trabajo sucio recaiga en URO, pese a que la represión acelera las contradicciones sociales y políticas en el estado y posibilita el crecimiento de sectores radicalizados.

En la negociación por la liberación de los presos, hay que estar alertas de que el gobierno tratará de lograr lo que URO espera: un pacto que institucionalice a la APPO y le quite su carácter combativo. Se debe evitar cualquier compromiso que mine la unidad e independencia de la APPO.

Una lucha que no cesa

Una vez más, Oaxaca es el centro de los enfrentamientos de clase y de la lucha contra la antidemocracia que impera en el país. Y, como en el 2006, requiere una salida de parte de los trabajadores del campo y la ciudad de todo el país. Por eso, todas las organizaciones que se reclaman democráticas y combativas deben solidarizarse de manera efectiva con la APPO y contra la represión, por la liberación de los presos políticos y por la caída del gobernador priísta. Pero no bastan los desplegados de los sindicatos o los discursos contra el gobierno; hay que pasar de las palabras a los hechos. Es necesario impulsar la huelga nacional contra la represión y las demandas obreras y democráticas.

Ya quedó demostrado que a URO no le preocupa la presión popular (como la Guelaguetza alternativa o las masivas marchas), mientras no afecten los actos oficiales. Ante eso, la APPO debe definir una estrategia superior a la actual (que tiende a volverse impotente en tanto no afecte al poder económico y político de la burguesía), convocando a un paro estatal de todos los trabajadores y unificando las demandas obreras y populares. Y es que los trabajadores (como el magisterio, IMSS y Sector Salud, y UABJO) fueron la columna vertebral del movimiento el año pasado, hasta la traición de la dirección de la sección 22 encabezada por Enrique Rueda Pacheco.

Es necesario discutir con las bases de esos sindicatos, como tener una política amplia y unitaria hacia los importantes sectores que el movimiento no incorporó (como los empleados de los restaurantes, hoteles y otros servicios del turismo).

¡Libertad a todos los detenidos! ¡Presentación con vida de los desaparecidos!
¡Castigo a los represores! ¡Fuera militares de Oaxaca!
¡Paro estatal para lograr la renuncia de URO!









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