De EE.UU. al mundo

Huelga de los trabajadores de restaurantes de comida rápida

07 Jun 2014 | Este sector de trabajadores, uno de los más precarizados, fue a la huelga el pasado 15 de mayo para exigir un aumento de salario a 15 dólares la hora y por el derecho a la sindicalización. La iniciativa surgió en el vecino del norte, y destacó la huelga en St. Louis, Kansas City, Milwaukee, Oakland, Detroit, Chicago, Los Angeles y New York City, pero se extendió a 33 países y 150 ciudades de África, el Sudeste asiático y Europa, una protesta sin precedentes en la historia.   |   comentários

Bárbara Funes

El movimiento de los trabajadores de comida rápida nació en noviembre de 2012, cuando unos 200 trabajadores de 30 franquicias salieron a protestar por los bajos salarios. Mientras los conocidos McDonald’s, KCF, Wendy’s, Burger King y otras cadenas de restaurantes de comida rápida ganan más de 200 mil millones de dólares por año, mientras sus trabajadores, la mayoría migrantes adultos, y 66% de ellos, mujeres, ganan sólo 7.25 dólares la hora, salario que los coloca por debajo de la línea de pobreza oficial.

Miles de manifestantes marcharon portando pancartas que decían: “En huelga para mejorar a mi familia”, “Mejores sueldos para una economía más fuerte” o “Juntos por los 15 dólares y un sindicato”, entre otras, y coreando “15 dólares ahora” y “McDonald’s estamos aquí”.

La acción del 15/5 fue coordinada por Fast Food Forward, y por Service Employees International Union and the International Union of Food, Agricultural, Hotel, Restaurant, Catering, Tobacco and Allied Workers’ Association (IUF) — que representa a cerca de 12 millones de trabajadores en 126 países. De acuerdo con los organizadores se realizaron protestas de apoyo y solidaridad en por lo menos 80 ciudades de países como Japón, Gran Bretaña, Suiza, Brasil, India, Italia, Panamá, Corea del Sur, Argentina, Marruecos, Nueva Zelanda e Irlanda, entre otras.

En EE. UU., aunque se trató de acciones de vanguardia, la patronal tiene miedo: se ha puesto en movimiento uno de los sectores más precarizados de la clase obrera, el de los empleos temporales, de medio tiempo y salario mínimo, migrantes, sin derecho a la sindicalización. Frente a la protesta, los empresarios declararon que “aceptar la demanda para elevar los salarios implicaría eliminar miles de empleos y elevar los precios al consumidor”. Pretenden así sembrar el terror al desempleo, pero lo cierto es que los trabajadores nada tienen que perder.

La internacionalización de las empresas hace que la misma patronal tenga empleados en todo el mundo. Sólo McDonald’s tiene casi 2 millones de trabajadores en 188 países. Así, a los ojos de todos, aparece un enemigo común: el empresariado. La acción del 15/5 reactualiza una de las mejores tradiciones del movimiento obrero: el internacionalismo proletario, donde los trabajadores, más allá de las fronteras, se unen para luchar por sus derechos. Los trabajadores de nuestro país deben tomar este gran ejemplo. ¡La clase obrera es una y sin fronteras!









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