El crimen de Iguala y la crisis del PRD

23 Oct 2014   |   comentários

Sol Azteca es el nombre de una colonia rural a las afueras de Iguala, conocida por ser uno de los lugares en donde la policía municipal tira los cuerpos de sus víctimas. Desafortunada coincidencia para el PRD, cuyo alcalde con licencia en Iguala y prófugo, José Luis Abarca Velázquez, está directamente relacionado con el asesinato de 3 normalistas y la desaparición de otros 43 de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, entre la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre, luego de ser perseguidos y balaceados por la policía municipal y sicarios del cártel Guerreros Unidos.

En marzo del año pasado, José Luis Abarca, empresario joyero que actuaba como señor feudal de Iguala, fue denunciado como responsable material del asesinato de Arturo Hernández Cardona (miembro del PRD y dirigente de la campesina Unión Popular de Iguala) y dos de sus seguidores.

María de los Ángeles Pineda, esposa del alcalde de Iguala y hermana de tres de los principales líderes de Guerreros Unidos, también prófuga, es aún consejera estatal del PRD.

Por todos los medios, el gobernador perredista de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, ha tratado de deslindarse de la mafia gobernante en Iguala, como si su gobierno no fuera responsable de la criminalización de los normalistas y de la colusión de las policías y las autoridades con el narco en todo el estado, como se denuncia en los medios.

Aguirre ya era bastante conocido por el asesinato policiaco de 2 normalistas de Ayotzinapa en la Autopista del Sol en diciembre de 2011, que continúan impunes; por la represión al magisterio el año pasado durante la lucha de la Ceteg contra la reforma educativa; y por las omisiones de su gobierno para atender a las víctimas del huracán Manuel.

Desde 2012, Guerrero ostenta el primer lugar en asesinatos a nivel nacional (La Jornada, 9 de octubre) y, según la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, también tiene el primer puesto en desaparición de personas. La responsabilidad de Ángel Aguirre en los asesinatos y desapariciones de normalistas es irrefutable.

Desde su partido, Joel Ortega quiere traficar con los reclamos de justicia de los familiares y compañeros de las víctimas, tratando de negociar la salida de Aguirre a cambio de la salida de Eruviel Ávila del gobierno del Estado de México por el caso Tlaltaya; Carlos Navarrete, el nuevo presidente del “sol azteca”, en sus primeras declaraciones no acertó más que a pedir disculpas; y el senador Alejandro Encinas, entre otros, ha declarado que no es necesaria la renuncia de Aguirre porque “no resolvería la exigencia de justicia”. Mientras, los senadores Dolores Padierna y Armando Ríos Piter posan de democráticos mostrándose dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias, aunque eso sí, sin romper con el PRD, como si no fueran los votos obtenidos por el mismo partido de Aguirre Rivero y José Luis Abarca los que los llevaron a sus curules.

Éstos son los políticos del PRD, y éstas las consecuencias para un partido que desde sus orígenes ha actuado para contener y desviar las luchas sociales, o directamente haciéndole el trabajo sucio al PRI o al PAN, reprimiendo ahí donde gobierna, como en el DF. En cualquier caso, garantizando la estabilidad del régimen e integrándose cada vez más al mismo como su pata izquierda, mostrando así su verdadero carácter: el de ser un partido burgués, defensor de la estabilidad y los planes capitalistas.

Aún sin recuperarse de los costos políticos por su integración al Pacto por México, tras la masacre de Iguala el PRD se encuentra en franca crisis, de la que difícilmente podrá salir intacto. Para ocupar su lugar se prepara López Obrador, con cuya política debatimos en estas páginas.

Ni el PRD ni López Obrador representan una alternativa para los trabajadores. Por eso la clase obrera y la juventud estudiantil necesitamos una herramienta política propia, de izquierda, socialista y revolucionaria, que levantando la bandera de la independencia de clase esté dispuesta a luchar por nuestras demandas hasta el final, sin ninguna confianza en los partidos y las instituciones del régimen. Esa es la organización que desde el MTS estamos construyendo, a la cual te invitamos a sumarte.









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