Historia

El camino hacia la fundación de la IV Internacional

24 Aug 2008   |   comentários

“Las causas del derrumbe de la socialdemocracia y del comunismo oficial no deben buscarse en la teoría marxista ni en los defectos de quienes la aplicaron sino en las circunstancias concretas del proceso histórico. No se trata de la contraposición de principios abstractos sino de la lucha de fuerzas históricas vivas, con sus inevitables flujos y reflujos, con la degeneración de las organizaciones, con la desaparición de generaciones enteras y con la necesidad que ello supone de movilizar fuerzas nuevas en una nueva etapa histórica. (…) Es necesario avanzar con estancamientos y retrocesos inevitables, por un camino plagado de innumerables obstáculos y de la escoria del pasado. Los que se asustan ante esta perspectiva harán bien en hacerse a un lado”

León Trotsky

La caracterización leninista de la época como de “crisis, guerras y revoluciones”, se refería a las grandes tendencias que se enfrentarían en la escena mundial con el advenimiento del Imperialismo: la revolución obrera y la guerra. En 1929 las contradicciones del sistema imperialista, no resueltas por la primera guerra, desgarraban la economía capitalista y la sumían en el crack económico, incrementando de forma inédita las penurias de las masas. Las grandes potencias, asfixiadas por sus contradicciones, iban hacia una nueva conflagración para disputarse, por vía de la fuerza, nuevos mercados hacia la constitución de un nuevo orden global. Lo único que podría frenar la inminente guerra era la revolución; la revolución rusa de 1917, donde obreros y soldados voltearon sus fusiles hacia el zarismo y consiguieron la paz, mostraban cual era el camino contra la barbarie imperialista.

La lucha de la Oposición de Izquierda Internacional

Durante la década del ´30, la OII (1) impulsó una política revolucionaria hacia los grandes procesos que sacudían al viejo continente, como la revolución alemana amenazada por el ascenso del fascismo. Frente al triunfo de Hitler y la política de la Socialdemocracia, el Partido Comunista Alemán – bajo la directriz del stalinismo -, desarticuló la posibilidad de la revolución, negándose a unificar las filas del proletariado contra el fascismo (2) . Esta degeneración se confirmaría durante la Revolución Española. Bajo la política de “frente popular” (3) el stalinismo condujo al movimiento obrero hacia la conciliación de clases con la burguesía “democrática”, y no sólo no planteó un programa que llevara al poder a la clase obrera, sino que se puso del lado de la “República” y reprimió a los heroicos obreros de Cataluña que sostenían el doble poder .

La OII, que hasta entonces había permanecido como fracción de la IC (4), tenía ahora la responsabilidad histórica de construir nuevas organizaciones que sacaran las lecciones del pasado y apuntalaran una dirección revolucionaria capaz de enfrentar la guerra imperialista y ganar influencia en las revoluciones que la propia guerra pariría. El triunfo del nazismo en 1933 impactó en sectores de los trabajadores europeos que entendieron el peligro inminente que se avecinaba; de igual modo, grupos de militantes rompieron por izquierda de la Socialdemocracia y en menor medida de los partidos comunistas stalinizados. En ese giro a izquierda del proletariado que Trotsky denominó como “centrismo de masas” y en dichas rupturas, yacía la posibilidad de que una nueva organización fortaleciera sus posiciones y pusiera al bolchevismo nuevamente a la ofensiva (5).

Por ello, durante los años posteriores, ya convencidos de que hacía falta sentar las bases de un nuevo partido de la revolución mundial, los trotskistas intentaron por todos los medios fusionarse con estos sectores, instrumentando -con flexibilidad táctica- múltiples vías de acercamiento, pero sosteniendo una intransigencia ideológica implacable, condición para agrupamientos revolucionarios sobre bases firmes.

Allí donde las condiciones fueron propicias, intervinieron audazmente en la lucha de clases, como el SWP que se hizo parte del proceso de reorganización de los trabajadores norteamericanos y dirigió la heroica huelga de Minneapolis de 1934. Indisolublemente ligado a esta actividad, aportaron al marxismo revolucionario con análisis fundamentales sobre la degeneración burocrática en la URSS y la situación mundial, de los cuales se desprenden lecciones programáticas como las de “La guerra y la IV Internacional” publicada en 1934.

El llamado por un nuevo partido de la revolución mundial

En mayo de 1935 Trotsky publica la Carta abierta por la construcción de la Cuarta Internacional donde plantea: “Los nuevos partidos y la nueva Internacional deben construirse sobre bases nuevas (…). El ritmo de la nueva construcción revolucionaria y el momento de su consumación dependen del rumbo general de la lucha de clases (…) Los marxistas, empero, no son fatalistas. No descargan sobre el proceso histórico las tareas que el propio proceso histórico les plantea. La iniciativa de una minoría consciente, un programa científico, agitación audaz e incesante en nombre de objetivos claramente formulados, crítica implacable a todas las ambigüedades: tales son algunos de los factores más importantes para la victoria del proletariado. No se puede concebir la revolución socialista sin un partido cohesionado y con temple de acero. Las circunstancias son difíciles; los obstáculos, grandes; las tareas, colosales; pero no existe el menor motivo para caer en el pesimismo ni para descorazonarse.”(6)

Atendiendo al llamado, en julio de 1936 se reúne la primera Conferencia Internacional en la clandestinidad, producto del asedio de la GPU y el imperialismo. En los años siguientes, sobre la base del análisis de la realidad internacional y su dinámica, extrayendo las lecciones de la convulsiva década del treinta, Trotsky elabora su texto “La agonía del capitalismo y las tareas de la IV Internacional”, mejor conocido como “El programa de transición”, que es publicado en 1938. Es éste el documento base de fundación de la IV Internacional y constituye uno de los documentos programáticos más importantes del proletariado mundial, análogo -en este sentido-, al Manifiesto del Partido Comunista elaborado por Marx. Según el propio Trotsky, desde la fundación de la OII “comenzó el trabajo colectivo que después de diez años llevó a la elaboración del programa (…)”. El mismo era el resultado de la experiencia adquirida y de profundas discusiones entre los oposicionistas; debates teórico-programáticos que continuaron posteriormente ante nuevos tests de la lucha de clases. Por ejemplo, Trotsky dio un fuerte combate contra un sector del SWP norteamericano dirigido por M. Shachtman y Burham que se oponía a la defensa incondicional de la URSS, bajo una visión pragmática que devaluaba la importancia de la teoría marxista para el análisis de la realidad.

La conferencia de fundación

El 3 de septiembre de 1938 en París, con Trotsky exiliado en México, se lleva a cabo la Conferencia de Fundación de la IV Internacional. En las vísperas de su realización, fueron asesinados Rudolf Klement, Erwin Wolf y León Sedov (7) a manos de la GPU, como parte de la persecución sistemática contra los llamados trotskistas, exiliados y encarcelados, que resistieron en los campos de concentración del stalinismo a la degeneración del Estado Obrero, con grandes acciones como las heroicas huelgas de hambre de los prisioneros de Vorkuta y que murieron fusilados por el estalinismo al grito de “Viva Trotsky”. A la conferencia, a pesar de la adversidad, asistieron 26 delegados de 11 secciones, de las 29 registradas. Destacaban las delegaciones de Estados Unidos del SWP, la de Bélgica del PSR y la de Francia del POI.

Los presentes, estaban conscientes del enorme aislamiento y las dificultades del futuro, pero no cayeron en el escepticismo. Estaban convencidos de la importancia de forjar fuertes organizaciones revolucionarias que no transigieran en los principios y defendieran los intereses históricos del proletariado, preparándose para los ascensos por venir. Como planteaba el propio Trotsky: “La IV Internacional ya ha surgido de grandes acontecimientos; de las mayores derrotas del proletariado en la historia. La causa de estas derrotas es la degeneración y la traición de la vieja dirección. La lucha de clases no tolera interrupciones. La III Internacional, después de la II, ha muerto para la revolución. ¡Viva la IV Internacional!”.

A 70 años de su fundación, rendimos homenaje a todos los revolucionarios asesinados por la reacción imperialista y por el stalinismo –que el 20 de agosto de 1940 asesinaría al propio Trotsky en su exilio en México- y ponemos nuestro esfuerzo por la recuperación de su memoria histórica, su tradición revolucionaria y la vigencia contemporánea de su infatigable lucha.

Notas

1-. Por sus siglas en español, Oposición de Izquierda Internacional. Fundada por Trotsky y destacados bolcheviques que enfrentaron la degeneración burocrática del Partido Bolchevique y del Estado Obrero ruso.
2-. La socialdemocracia, había traicionado los intereses históricos del proletariado el 4 de agosto de 1914 al apoyar a la burguesía alemana en la Primera Guerra, pero seguía conduciendo las principales organizaciones obreras. La Oposición de Izquierda proponía que los comunistas plantearan el Frente Único Proletario para derrotar a Hitler. Sin embargo, el Partido Comunista Alemán se encontraba en el periodo ultraizquierdista impulsado desde Moscú, y se negó a una política para unificar a los trabajadores, argumentando que la Socialdemocracia era “socialfascismo”.

3-. La política del “frente popular” fue reproducida en Francia e implicó que las organizaciones obreras y los partidos comunistas se aliaran con sectores de la burguesía, bajo el supuesto de enfrentar al fascismo. Esta conciliación de clases, impidió que los sectores avanzados del movimiento obrero y sus organizaciones, se plantearan la revolución socialista como única alternativa viable para frenar el avance del fascismo y por ende la guerra imperialista. En España, las brigadas armadas que dieron pelea al avance de Franco, fueron desarmadas por el stalinismo que le hico el trabajo sucio a los republicanos burgueses y que eran los sectores de avanzada que defendían la expropiación de tierras y de fábricas.

4-. Internacional Comunista por sus siglas en español.

5-.De este acercamiento surgió el llamado “grupo de los cuatro” que, bajo la iniciativa de la OII, agrupó también a dos organizaciones holandeses, el RSP y el OSP, y al SAP alemán, y que se basaba en un programa y un método común para explorar las posibilidades de unificación en una misma organización.

6-. La Carta Abierta fue firmada por P.J Schmidt y H. Sneevliet, por el Partido Socialista Revolucionario de los Trabajadores de Holanda; A.J. Muste y James P. Cannon, por el Partido Obrero de Estados Unidos; Crux (Trotsky), Dubois (Ruth Fischer) y Martin (Alfonso Leonetti), por el Secretariado Internacional de la LCI; el Grupo Bolchevique-Leninista (GBL), de Francia y J. MacDonald y M. Spector, por el Partido Obrero de Canadá.

7-. Éste último hijo de Trotsky y dirigente de las juventudes oposicionistas en Rusia.

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