El ataque a los derechos laborales de los trabajadores de la educación llega a la UNAM

24 Feb 2014   |   comentários

Por: María Rosas

El 2013 la salida de los maestros a las calles contra la reaccionaria reforma educativa del Pacto por México encabezada por el PRI y Peña Nieto devino en una escena política nacional de movilización contra las reformas estructurales, que cuestionaba el contenido laboral-administrativo de la educativa que para sus trabajadores se traduce en precarización laboral y el desempleo, mientras que para la educación pública significa privatización e indefensión frente al abandono del Estado.

¿Y cómo estamos en la UNAM?

Desde la salida del gobierno de Calderón y del acuerdo entre los partidos del congreso de firmar la Reforma Laboral, empiezan las reformas al Estatuto del Personal Académico (EPA) y por lo tanto al Contrato Colectivo de Trabajo, que afectan a los 26 mil 703 profesores de asignatura, equivalentes a 60% del personal docente y de investigación. En el periodo que inicia ha llevado a un sector de ellos organizados en asamblea, a manifestar su inconformidad y rechazo al Subprograma de Incorporación de Jóvenes Académicos de carrera, frente a la indiferencia de autoridades como el Dr. Dante Morán, actual titular de la Dirección General de Asuntos del Personal Académico y de la Rectoría con José Narro Robles.

Logros, sólo con la lucha unificada

Desde el Movimiento de Trabajadores Socialistas-MTS manifestamos nuestro apoyo a los profesores de la UNAM, rechazando con ellos la culminación de este programa que violenta los requisitos dentro del EPA para concursar a plazas por carrera, fomentando la discrecionalidad para su asignación, además de imponer límites de edad a méritos académicos y por años de servicio.

La lucha necesita extenderse y salir unificadamente, cuestionar el papel de las direcciones sindicales que favorecen la pulverización de los salarios, y llamar a la decisión de los trabajadores para cambiar la actual situación en la perspectiva de que dicha unidad pueda dotar a los académicos de formas orgánicas de representación en las cuales sean ellos los que las encabecen. Es necesario llamar a los demás sindicatos universitarios, para que con la organización y la lucha conjunta logremos arrancarle a la autoridad la apertura de plazas de tiempo completo, la basificación de todo el personal académico, así como de un retiro digno y un aumento salarial de emergencia independientemente de los aumentos por cuota diaria y del salario mínimo.

También consideramos que es importante garantizar que la toma de decisiones sobre el rumbo de la lucha tiene que someterse a los organismos democráticos de base de los trabajadores académicos, como las asambleas en que se vienen organizando. Asimismo, cualquier posibilidad de diálogo sería correcto que se condicione a tener un carácter público para evitar toda trampa de las autoridades.

Finalmente, creemos que estas primeras acciones deben ir instalar la necesidad de luchar al mismo tiempo contra la precarización laboral y el deterioro del salario de los trabajadores administrativos y pelear por revertir de una vez por todas la exclusión que cada año lleva a miles de jóvenes a no poder acceder a la educación pública, luchando por ampliar la matricula a nivel medio superior y superior, una demanda histórica del movimiento estudiantil. ¡Basificación a todo el personal académico, rechazo total al Subprograma de Incorporación de Jóvenes Académicos! ¡Unidad de trabajadores académicos, administrativos y estudiantes! ¡No más sueldos vitalicios para rectoría, por un retiro digno para los trabajadores y académicos! ¡Abajo las reformas estructurales!









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