STUNAM

El XXVII Congreso y la lucha de los trabajadores

29 Aug 2008   |   comentários

El 27 Congreso ordinario del STUNAM se realizó en el contexto de un fuerte ataque a las conquistas obreras y de una importante discusión nacional sobre la reforma petrolera.

En el STUNAM también se dio este debate, mostrandose en el Congreso dos bloques que responden a la división existente en el PRD. La corriente mayoritaria del Comité Ejecutivo pertenece a «Nueva Izquierda» del PRD (los «chuchos»), sector proclive a acuerdos con PAN y Calderón, en tanto que sectores de la oposición se alinean con López Obrador. La corriente roja atacó a AMLO y su postura sobre el petróleo, y en el mismo CE hay dos panistas aliados de A.Rodriguez .

Todo esto provocó también reacomodos en el sindicato, donde la corriente roja incluso cooptó al hasta hace poco opositor Pablo Gómez, lo que provocó un deslinde público y principista por parte de un sector de compañeros que compartían con éste la planilla «2 de mayo» y que rechazaron los cargos que aquel les ofreció.

La dirección sindical, opuesta a la lucha

Como parte de este posicionamiento, la burocracia sindical se opuso a la movilización y la huelga nacional, con la excusa de que afectaban el emplazamiento por la revisión contractual, tildando estas medidas de «métodos violentos», y copiando las descalificaciones de los patrones.

También se opuso a cualquier propuesta de unidad en la lucha con otros sindicatos (como el SME y la CNTE), reivindicando como «combativa» a la dirección colegiada de la UNT, cuando ésta se negó a movilizar contra los planes. Esto mientras pretende crear un frente sindical con los mafiosos pro-panistas Elba Esther Gordillo (SNTE) y Carlos Romero Deschamps (petroleros), lo cual sólo será un frente para fortalecer los planes de Calderón.

En el Congreso se impuso el peso de la dirección burocrática y su corriente roja, impidiendo resoluciones que enfrenten en los hechos la política laboral del gobierno y la privatización de PEMEX. Aunque se acordó demandar un 20 % de aumento salarial, la dirección intentará pasar un aumento muy inferior, como parte de su política de «convivencia» permanente con las autoridades.

Lamentablemente, la mayoría de la oposición (y en particular la Oposición Unida) no levantó un programa combativo para enfrentar la caída del poder adquisitivo de los trabajadores. Eso hubiera requerido luchar por aumento salarial de emergencia de acuerdo a una canasta básica establecida por los sindicatos, y por la escala móvil de salarios, donde a cada aumento de precios corresponda un incremento de las remuneraciones.

También provocó una fuerte discusión la cuestión de los delegados plenipotenciarios, quienes pueden votar sin respetar el acuerdo de asamblea, lo cual demuestra lo antidemocrático del Consejo General de Representantes. La dirección se negó a la propuesta de acabar con los plenipotenciarios, ya que allí descansa su política entreguista. Y es que los delegados deben expresar el mandato de asamblea y , si no lo respetan, ser destituidos por la asamblea; razón por la que es necesaria una reforma estatutaria decidida por la base trabajadora.

Por una oposición combativa e independiente

Si al inicio de los debates, la oposición (la mayoría de cuyas corrientes integran también el PRD) actuó unida contra la dirección, en la discusión sobre las comisiones autónomas y la cartera que dejó vacante Arsenio Castillo, aparecieron muy divididos por el reparto de cargos. Eso los debilitó ante la corriente roja, que hizo escarnio de estas pugnas para mostrar que la oposición no respeta sus acuerdos internos. Así, los trabajadores que tienen expectativas en que estos sectores democraticen el sindicato, salieron desilusionados por el lamentable espectáculo que se dio.

El congreso mostró que es necesario un proyecto alternativo al de la dirección de la oposición (en cuyas filas hay valiosos compañeros). Donde la lucha por los puestos no sea lo que prime en su accionar. Y donde se impulse, con una perspectiva independiente de los partidos patronales, incluyendo al PRD, la defensa de las conquistas obreras y la lucha contra los planes del gobierno sobre la educación y el conjunto del pueblo trabajador.









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