Editorial

Ante la crisis capitalista, preparar la respuesta obrera y popular

26 Sep 2011   |   comentários

En la actualidad estamos viviendo un nuevo empuje de la crisis económica internacional iniciada en el 2008 con la quiebra de Lehman Brothers. Con su epicentro en Europa y en Estados Unidos, las tendencias recesivas y los derrumbes financieros que sacuden a las principales economías capitalistas, y en particular a la potencia norteamericana, golpean duramente sobre nuestro país. Lejos de las mentiras de Calderón y su equipo económico que pretenden que creamos que la “fortaleza” de la economía nacional permitirá sobrellevar la tormenta de la crisis, el panorama es cada vez más oscuro y sus efectos para los trabajadores y campesinos serán peores.

Subordinación y entrega

Y es que la economía mexicana está atada a los Estados Unidos, como resultado de la orientación que en los años pasados le impusieron los gobiernos priistas y panistas, a través del Tratado de Libre Comercio y otros acuerdos comerciales, que provocaron que la estructura productiva se transformara en función de las necesidades de las transnacionales norteamericanas, tanto en el campo como en la ciudad. Además, México se ha convertido en un exportador de recursos energéticos estratégicos para los Estados Unidos, como el petróleo. Por eso, es falso considerar que podríamos sustraernos de los efectos de la crisis en Estados Unidos; muy por el contrario, los mismos se multiplicarán, por el lugar subordinado y dependiente que tenemos respecto al imperialismo yanqui. Si durante los 80’ y los 90’ las crisis capitalistas golpearon duramente a nuestro país, arrojando a la pobreza y la miseria a millones, el avance de la “integración” a Estados Unidos traerá efectos aun peores para la población trabajadora.

Esta subordinación económica va de la mano de la entrega de todo atisbo de soberanía nacional que aún pudiera quedar de las décadas pasadas. Eso significa una verdadera recolonización de la nación. Lo vemos en los pactos militares y diplomáticos (extradición de capos, Plan Mérida, participación en maniobras militares conjuntas dirigidas por el Comando Norte) y en el libre accionar de las agencias de seguridad estadounidenses en territorio mexicano. El gobierno y los partidos del Congreso son garantes de que se mantenga esta subordinación, cuya expresión mayor es el TLC y el pago de la deuda externa, que ni siquiera cuestionan quienes se reclaman “opositores”, como el PRD y López Obrador.

Movilización y lucha contra el ataque capitalista

Con un crecimiento estimado para el sexenio de Calderón que será de los más bajos de las últimas décadas, un desempleo en ascenso y millones de jóvenes que no tienen acceso a educación y trabajo genuino, la crisis económica implicará, en los próximos meses, nuevos padecimientos para los trabajadores y el pueblo.

Cierres de fuentes de empleo, crecimiento de la carestía de vida y nuevos ataques a las conquistas de los trabajadores (como las que se prepara con la próxima reforma laboral), es la “medicina” que el gobierno y los partidos del Congreso tienen para enfrentar la crisis.

Bajo la dominación de los partidos representantes de la burguesía, el capitalismo mexicano no puede dar más que hambre, miseria y entrega al imperialismo. Ante eso, es fundamental una respuesta de los explotados y oprimidos. La clase trabajadora debe ponerse en pie, levantando un programa que sea un grito de combate para que la crisis la paguen los capitalistas, tensando sus fuerzas y retomando el camino de la movilización y la lucha.
Desde la LTS consideramos que la única salida para enfrentar el programa de los capitalistas que amenaza las condiciones de vida de la clase asalariada, es luchar por un aumento general de emergencia que restablezca el poder adquisitivo y que a cada aumento de precios se eleve automáticamente el nivel de los salarios. Estas son, junto al reparto de las horas de trabajo entre empleados y desempleados con igual salario, las medidas elementales por la que las organizaciones obreras y populares deberían luchar para evitar que paguemos los costos de la crisis.
Ante los despidos y cierres técnicos que se vendrán, hay que luchar por la expropiación, bajo control de los trabajadores, de toda empresa que cierre o despida; los trabajadores debemos mostrar a los patrones que no estamos dispuestos a que salven sus inversiones a costa de quienes producimos sus ganancias.
La política de gobiernos priistas y panistas ha entregado gran parte de la economía a las transnacionales; hay que impulsar la nacionalización de las empresas privatizadas bajo control de los trabajadores, que son los únicos interesados, junto a los consumidores, en que las mismas funcionen de acuerdo a las necesidades sociales. De igual forma, ante los mecanismos especulativos (como la devaluación del peso) que sólo favorecen a los negocios de los financistas y empresarios y golpean sobre el salario y siembran terror sobre las grandes mayorías, hay que reestatizar la banca bajo control de sus trabajadores, como condición elemental para imponer una política monetaria y de crédito en beneficio de las grandes mayorías populares.
Como decíamos antes, la crisis golpea duro en México porque estamos atados a los dictados de Washington. Por eso, hay que romper todos los lazos de la entrega y la subordinación. Hay que echar abajo el TLC e imponer el monopolio del comercio exterior, así como acabar con todos los tratados y acuerdos económicos, políticos, militares y diplomáticos que nos atan al gobierno norteamericano. Dejar de pagar la deuda externa y con esos recursos aumentar el presupuesto a la educación y la salud. Hay que enfrentar la recolonización del país, que busca convertirnos en un estado asociado, una nueva estrella de la bandera norteamericana.

Desde la LTS, creemos que los trabajadores debemos levantar una política y un programa que enfrente a los capitalistas y las transnacionales. Si no lo hacemos, entonces veremos más miseria, más despidos y México estará cada vez más subordinado al imperialismo estadounidense.

Por una gran organización revolucionaria

Para pelear por esa perspectiva, los socialistas de la LTS queremos formar una gran organización revolucionaria, que en las fábricas, en los sindicatos, en las escuelas y facultades, se ponga de pie para que la clase obrera y los sectores oprimidos y explotados se movilicen tras un programa contra la crisis capitalista y la entrega al imperialismo. Te llamamos a sumarte a construirla.

Una organización revolucionaria que luche para derribar el poder de los capitalistas, y para que los trabajadores gobiernen –los únicos que no tienen ningún compromiso con el capital y sus amos del norte-, en alianza con los campesinos y el pueblo pobre, expropiando a los patrones y poniendo la economía al servicio de las grandes mayorías populares. Esa perspectiva –revolucionaria y socialista- es la única posibilidad de que se resuelvan las demandas y aspiraciones largamente postergadas por el México de los capitalistas, los terratenientes y sus partidos.
Luchamos para que, más de 100 años después de la Revolución Mexicana, hagamos realidad la aspiración de quienes entonces se levantaron contra Porfirio Díaz, y barramos de una vez por todas con la explotación, la opresión y la miseria.









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