1 de febrero de 2013

Declaración de la LTS ante la explosión en las oficinas de Pemex

01 Feb 2013   |   comentários

  • labores de rescate tras la explosión en la Torre de Pemex

México, a 1° de febrero de 2013

Comunicado de la LTS ante la explosión en las oficinas de Pemex

La tarde del 31 de enero pasado, los trabajadores y las trabajadoras de México nos vestimos de luto. Nuevamente, las trabajadoras y los trabajadores de Pemex han sufrido las consecuencias de la desidia de las autoridades de la paraestatal. Al menos 32 personas murieron y en los medios se habla de cerca de 121 heridos y 30 personas atrapadas. Este gravísimo accidente fue causado por falta de mantenimiento en el sistema de calderas de un edificio que alberga alrededor de 20 mil trabajadoras y trabajadores. Los problemas de mantenimiento habían sido ya denunciados por el sindicato de la Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas Petroleros.
El accidente ocurrido hoy se suma a una larga lista, que demuestra que para las autoridades de la paraestatal y al gobierno la vida de los trabajadores no vale nada, que los mueve sólo la sed de ganancias capitalistas.

Esta tragedia ya la vivieron los trabajadores el 18 de septiembre de 2012 Pemex en Reynosa, Tamaulipas donde al menos 26 personas murieron en la explosión de un gasoducto; el de 7 de septiembre de 2010 en la refinería de Cadereyta, Nuevo León tras una fuga y posterior explosión en el compresor 3800 de recirculación de hidrógeno de la planta hidrodesulfadora de gasóleos donde un trabajador murió y dos más resultaron gravemente heridos; 17 de junio de 2009 en Villahermosa, Tabasco cuando el estallido en Cunduacán, que dejó cinco personas heridas. Esto, mientras muchas muertes obreras suceden constantemente en las minas (recordemos la explosión en Pasta de Conchos, Coahuila, en el 2006).

Estos accidentes cuentan con la complicidad de la corrupta dirección del sindicato petrolero, que recibe sumas cuantiosas de las autoridades por solapar las fraudulentas maniobras de las autoridades, que fungen como caja chica de las campañas electorales del PRI.

Mientras tanto, el gobierno de Peña Nieto junto a sus aliados del PAN siguen planeando la privatización de la paraestatal, para venderles a grandes multinacionales la riqueza petrolera del país, y retroceder así al periodo anterior al gobierno de Cárdenas en cuanto a la explotación de los hidrocarburos por la nación.

Es necesario más que nunca que los trabajadores y las trabajadoras de Pemex digan basta, que se organicen desde las bases para enfrentar el ataque del gobierno y las grandes transnacionales y cambiar a la toda la traidora burocracia sindical -ligada al gobierno en turno-, para que el sindicato sea democratizado y transformado en una herramienta de lucha que frene las muertes de trabajadores y las privatización de la industria energética.

Para garantizar la seguridad laboral es necesario que los propios trabajadores organizados fiscalicen el estado de toda la infraestructura, definan las necesidades de inversión en mantenimiento y, con la lucha y la movilización, le arranquen a las autoridades de la paraestatal y al gobierno los fondos necesarios para conservar en buenas condiciones todos sus lugares de trabajo.

Toda la clase obrera mexicana, los jóvenes, los campesinos pobres y los pueblos originarios debemos rodear de solidaridad a las trabajadoras y los trabajadores de Pemex. El ataque contra ellos es parte de la ofensiva patronal, como la reforma laboral y la reforma educativa. Tocan a uno, tocan a todos.









  • No hay comentarios para este artículo