Rector Graue: contra la autonomía universitaria y por la criminalización de la protesta

24 Nov 2015   |   comentários

El martes 17 de noviembre Enrique Graue tomó protesta para ejercer el cargo de Rector en la UNAM. En diversas declaraciones a medios ha dejado ver que sus propuestas son la continuidad del proyecto de Narro y la subordinación a las políticas del Gobierno Federal.

En el proceso de designación de Rector en la UNAM, estudiantes, profesores y trabajadores denunciaron la antidemocracia que impera en la máxima casa de estudios. Sin embargo la Junta de Gobierno –15 notables– designaron a Enrique Graue. El nuevo rector, concedió una entrevista al diario El País donde abordó diversos temas; la seguridad, el auditorio “Che Guevara”, el CCH y la modernización de la Universidad.

Por un plan de seguridad dentro de la UNAM

La política oficial del Gobierno Federal (GF) desde 2006 fue sacar a los militares a la calles con pretexto de la supuesta guerra contra el narco, una guerra donde existen más de 300,000 desplazados por la violencia, 100,000 asesinatos extrajudiciales y 26,000 desapariciones forzadas. Desde hace un año se denunció que en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM es uno de los centros de distribución más fuertes de drogas en el Distrito Federal.

Enrique Graue sobre este punto y la inseguridad en la UNAM, manifestó lo siguiente “Podemos identificar a los criminales a través de las cámaras de vigilancia y detenerlos afuera. No es tan difícil, pero necesitamos una gran orquestación con las autoridades competentes y unas oficinas jurídicas ágiles, que no tenemos todavía.”
“La seguridad interna de la universidad no es suficiente. México es una ciudad insegura. Más bien, México es un país inseguro y eso se refleja en una casa como la nuestra, donde no hay rejas, no tenemos murallas, aquí puede entrar cualquiera. De hecho, creo que tenemos poca delincuencia para como está el país. Por eso debemos trabajar con todas las autoridades competentes para que los delincuentes sean identificados. En el caso de que suceda algo violento, la Policía tiene que entrar”.

Las declaraciones del Rector van acorde con la política del gobierno federal. Para los problemas del país, la solución es más fuerzas armadas, siendo éstas las principales responsables de violaciones a derechos humanos y toda la política de terror en la que vivimos.

Las veces que la policía ha ingresado a la Universidad o algunos planteles ha sido para reprimir, detener y acallar al movimiento estudiantil. En 1999 la Policía Federal Preventiva ingresó al campus para desalojar la heroica huelga que defendía la gratuidad de la educación, ese día fueron detenidos 998 estudiantes y se violentó la autonomía de la Universidad.

El CCH y la criminalización de la protesta

Los grupos de choque, conocidos como porros, se han reactivado en diversos planteles de los Colegios de Ciencias y Humanidades (CCH) como Vallejo y Naucalpan, ingresando a los planteles con violencia y atacan a la comunidad en general y a los activistas. En la UNAM se conoce que los porros son auspiciados financieramente desde la rectoría, las autoridades de los planteles y por diversos partidos políticos del régimen. Estos grupos son necesarios para mantener el orden que necesita la rectoría.

El diario El País le cuestionó al rector “En los bachilleratos de humanidades, conocidos como CCH, ha habido enfrentamientos violentos y hay zonas ocupadas. ¿Cómo es posible que una decena de adolescentes pongan en jaque el poder de la universidad más grande de Latinoamérica?
La respuesta de Graue fue “Bueno, se mezclan delincuentes con estudiantes. La solución ahí podría ser meter una fuerza represiva. Aunque eso puede generar más violencia”.

Graue deja a un lado que los enfrentamientos son promovidos y dirigidos por las autoridades universitarias. Defenderse de estos grupos es un legítimo derecho de la comunidad universitaria y del movimiento estudiantil.

Lo grave de esta declaración es que equipara al movimiento estudiantil con miembros del crimen organizado, política que Enrique Peña Nieto y los gobernadores de los Estados han aplicado. Los luchadores sociales son equiparados al nivel de narcotraficantes. Ejemplo claro de esto, es la guerra mediática contra los normalistas de Ayotzinapa al asegurar que tenían nexos con el narco.

Asimismo, tenemos ejemplos en el Distrito Federal, donde casi 200 personas fueron detenidas arbitrariamente en las movilizaciones y se les han imputado delitos como ataques a la paz pública, ultrajes a la autoridad. En algunos casos han sido trasladados a prisiones federales por diversos delitos, entre ellos, motín, homicidio, terrorismo, etc. En Veracruz, Guerrero, Morelos, Oaxaca y otros estados, los luchadores sociales y periodistas son asesinados, encarcelados, torturados y perseguidos.

El rector se alinea perfectamente al Gobierno Federal y busca con toda esta política de seguridad acallar los movimientos que se gestan dentro de la UNAM. El movimiento estudiantil se volvió protagonista de diversos procesos políticos, entre ellos, la defensa de los CCH, la extinción de Luz y Fuerza, el #YoSoy132, la lucha codo a codo con los profesores en contra de la reforma educativa y por la presentación con vida de los 43 normalistas desaparecidos por el Estado. El rector se vuelve una pieza clave para poner en cintura a los rebeldes estudiantes que no están dispuestos a soportar a esta democracia asesina y bárbara que sólo nos ofrece miseria y fuerzas armadas en las calles.

El auditorio Che Guevara

El auditorio che Guevara está bajo el control de estudiantes desde hace más de 14 años y en diversas ocasiones las autoridades universitarias lo han querido recuperar.
Graue afirmó que los estudiantes “tienen que irse. Me queda muy claro. Hay que procurar todas las vías pacíficas primero. No vamos a mandar a la policía antes de agotar todos los métodos. Lo primero es ver quiénes son, cuántos son, ver a qué fuerzas obedecen, propiciar su salida por la vía normal. Eso sería un éxito”.

Tienen que irse, uso de mecanismos de inteligencia para espiar y acosar, así como el uso de la fuerza pública es la solución del Rector. Lo que no dice el Rector es que en la universidad es imposible que los estudiantes podamos hacer uso de auditorios, salones y de las instalaciones para actividades políticas, culturales y académicas y que la ocupación de estos espacios son una respuesta ante esta política que está enquistada hace décadas.

Su primera medida como rector

Declaró que “Hay que modernizar la forma en la que enseñamos. Apoyarnos más en las tecnologías de la información, hacer estas licenciaturas más ligadas a lo que se debe saber hacer, no sólo al saber. Explicarles a los alumnos que lo que uno estudia tiene una aplicación en la vida real.

Una de las ofensivas más fuertes en la UNAM es la elitización y la tecnificación de sus planes de estudios. Graue, cuando fue director de la Facultad de Medicina dio continuidad al plan de José Narro Robles, con la imposición de modificaciones a planes y programas de estudios, conocido como “Plan 2010”. El sustento de dicho documento es la implementación de un sistema basado en competencias y diseñado para reducir el desarrollo de habilidades así como elementos de análisis críticos del proceso salud-enfermedad.

Los CCH´s desde el 2008 son el blanco de la Secretaría de Educación Pública y la Rectoría, al querer implementar la Reforma Integral a la Educación Media Superior que favorece el desarrollo de competencias para el mundo laboral. En el contexto de la vinculación entre la educación media superior y el sector productivo existen dos niveles de complejidad para las competencias profesionales. Las competencias profesionales básicas proporcionan a los jóvenes formación elemental para el trabajo. Las competencias profesionales extendidas preparan a los jóvenes con una calificación de nivel técnico para incorporarse al ejercicio profesional. Este ataque busca poner en sintonía a la UNAM con las exigencias del mercado.

Cada vez que un rector y los directores hablan de modernizar, esta palabra va unida a las exigencias de los organismos internacionales, las empresas, el gobierno federal y los grandes capitalistas. Los estudiantes necesitamos una educación para transformar radicalmente la sociedad, no para fortalecer la explotación laboral y ser peones perfectos del capital. Cada modificación a los planes de estudio se vuelve una imposición, los estudiantes no somos tomados en cuenta.

Graue: “No tengo que ser crítico del gobierno”

Sobre su relación con el gobierno expresó “Nos mantendremos a un lado. No tengo por qué ser crítico. Eso no quiere decir que en la universidad no se pueda opinar. Yo represento a toda la institución. Seré firme respecto a su total autonomía, al presupuesto. Pero no opinaré sobre medidas gubernamentales.”
Claramente el rector se alinea al Gobierno Federal, no ser crítico ante la barbarie y la miseria en la que estamos sumergidos por la implementación de las reformas estructurales y la militarización del país, es estar de lado de los opresores.

Defender la UNAM es defender la educación pública y gratuita

Desde la Juventud del Movimiento de los Trabajadores Socialistas asumimos que la defensa de la educación pública y gratuita no va a venir del rector, ni de las autoridades universitarias o de sus organismos antidemocráticos, ellos no la defenderán. En todas las gestas en defensa de la educación son los estudiantes, académicos y trabajadores los que salen a luchar y es en contra de las autoridades universitarias, representantes del Gobierno Federal y de las empresas.

Frente a esta nueva imposición del rector, llamamos a continuar luchando contra el ataque a la universidad y la educación pública y gratuita, por un gobierno tripartito de académicos, trabajadores y con mayoría estudiantil, y por echar abajo las reaccionarias instituciones de la rectoría, la junta de Gobierno, el tribunal universitario y su ley orgánica. Ante la política de los organismos internacionales y el régimen asesino del PRI-PAN-PRD de subordinar la educación superior a las necesidades de los negocios capitalistas, nuestro norte es poner en pie una universidad al servicio de los trabajadores, los campesinos, y el pueblo.









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