Jacqueline Santana y Bryan Reyes: el rostro de la represión juvenil

29 Jul 2015   |   comentários

El pasado 10 de julio de este año, Jacqueline Santana –estudiante de Economía de la Facultad de Estudios Superiores Aragón- y Bryan Reyes –músico y profesor de flamenco- fueron liberados después de casi 8 meses de prisión.

Jacqueline Santana y Bryan Reyes: el rostro de la represión juvenil

Sara N.

El pasado 10 de julio de este año, Jacqueline Santana –estudiante de Economía de la Facultad de Estudios Superiores Aragón- y Bryan Reyes –músico y profesor de flamenco- fueron liberados después de casi 8 meses de prisión.

Los jóvenes activistas fueron levantados en dos autos particulares por una docena de policías federales vestidos de civiles. Por las características antes mencionadas, Jacqui y Bryan pensaron que se trataba de un secuestro, por lo cual gritaron pidiendo ayuda. Fueron estos gritos de auxilio lo que llamó la atención de una patrulla local de la Delegación Venustiano Carranza, dicha patrulla detuvo los autos en los que llevaban a los jóvenes, creyendo al igual que ellos que se trataba de un secuestro. Se trataba de un intento de desaparición forzada.

Después de identificarse y regañar a los agentes de la Venustiano Carranza –por sabotearles el “operativo”- los federales presentaron a los activistas ante el ministerio público VC-3. Sin esperar a que pasaran las 48 horas que marca la ley, los chicos fueron trasladados a reclusorios del Distrito Federal, Jacqueline a Santa Marta Acatitla y Bryan al Reclusorio Norte, acusados por sus captores de amagar a una de las policías con un chuchillo y de quitarle un billete de quinientos pesos.

Jacqui y Bryan pasaron casi 8 meses presos pese a las inconsistencias del caso y la falta de pruebas. Durante este tiempo fueron amenazados, hostigados e incluso en algunas ocasiones golpeados.

Ellos son apenas dos de los cientos de presos políticos del país, y son parte de la juventud que ha sido reprimida por las movilizaciones desatadas por la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, incluso desde antes, como en el DF con Mancera, a partir de la implementación del protocolo de control de multitudes y el artículo 362 del Código Penal, que tipifica el delito de “ataques a la paz pública”. Su liberación es un triunfo del movimiento social.









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