Contra la Reforma Educativa

28 Feb 2013   |   comentários

Federico Pech

Con el regreso del PRI al poder y la puesta en marcha del Pacto por México, el régimen profundiza la ofensiva iniciada durante el gobierno de Calderón para descargar la crisis sobre los trabajadores y el pueblo pobre. Así, luego de medidas como la extinción de LyFC, la aprobación de la reaccionaria Reforma Laboral y la privatización de Pemex en la mira, el pasado 6 de febrero el Congreso de la Unión declaró constitucional la Reforma Educativa.

La ofensiva

Tras la firma de la ACE en 2008, comenzó a implementarse el Concurso Nacional para la Asignación de Plazas y, a partir del 2012, la Evaluación Universal. Hoy, con la Reforma Educativa, estas pruebas estandarizadas constituyen los ejes del Servicio Profesional Docente, mismo que consolida la negación del derecho de los normalistas egresados a una plaza automática basificable, se anulan los derechos escalafonarios de los profesores en activo y se atenta contra su estabilidad laboral.

Por otro lado, desde su imposición con la ACE las Escuelas de Tiempo Completo han implicado toda una serie de afectaciones laborales y pedagógicas, y ahora se multiplicarán por mandato constitucional.

Simultáneamente, se profundiza el proceso de privatización al fortalecerse la Autonomía de Gestión Escolar, es decir, el paulatino abandono presupuestario de las escuelas por parte del Estado y su sustitución por la legalización de las cuotas, además de la posibilidad de fuentes alternativas de financiamiento.
En cuanto al régimen laboral, éste se traslada del artículo 123, apartado “B”, a una especie de apartado “C” contenido en el artículo tercero, un régimen de excepción creado ex profeso para los trabajadores de la educación básica. De esta forma, se pierden las Condiciones Generales de Trabajo, el derecho de inamovilidad, y se anula la bilateralidad en las relaciones laborales, desconociéndose la representación sindical para negociarlas al asumir el Estado-patrón el control unilateral de las mismas.

Como se ve, lejos de introducir preceptos técnico-pedagógicos para el mejoramiento de la enseñanza pública, el contenido de la Reforma Educativa es de carácter laboral-administrativo y, para la educación pública y sus trabajadores, significa privatización, indefensión frente al Estado, precarización laboral y desempleo.

La burocracia charra en “defensa” de la educación

Mientras declara cínicamente que varias de las medidas de la Reforma Educativa tienen su origen en iniciativas del SNTE, Elba Esther Gordillo viene tratando de capitalizar el descontento magisterial, al tiempo que, sabiéndose débil frente al régimen y con la patronal en contra, coquetea con el Ejecutivo Federal.

Al mismo tiempo que rechazamos cualquier ataque del gobierno sobre las organizaciones sindicales, cuyo objetivo central será vulnerar y reglamentar aún más la organización de los trabajadores, decimos que, contraria a defender la educación pública y a sus trabajadores, la burocracia charra del SNTE está en movimiento para conservar sus prebendas, pero ello y la magnitud del ataque están politizando a las bases, generándose condiciones para una política de unidad y lucha.

Por una respuesta magisterial independiente

Luego de una primera movilización el 5 de febrero en contra de la Reforma Educativa, la CNTE convocó a un primer paro de 24 horas el día 15. Durante la jornada, miles de maestros marcharon en el DF y varios estados de la república.

A la espera de que la reforma sea publicada en el Diario Oficial de la Federación, se preparan amparos masivos entre maestros y padres. Éste es un método válido sólo a condición de que sea accesorio y subordinado a la movilización como vía central de lucha. De otra forma, sólo desvía la energía de las bases; es necesario sacar las lecciones de la experiencia impotente del amparo contra la reforma a la Ley del ISSSTE en 2007 y, más recientemente, del proceso del SME, en donde la justicia para ricos ha vuelto a fallar en su contra. Por ello, es necesario impulsar el llamado de la CNTE a la movilización en las calles y los paros escalonados en la perspectiva de un paro nacional.
Contra la Reforma Educativa, es necesario conquistar la más amplia unidad de las filas magisteriales mediante la organización democrática desde las bases, con asambleas por escuela y centro de trabajo de donde surjan delegados rotativos, revocables y con mandato de base para discutir, a nivel nacional, la mejor forma de enfrentarla. Para ello, es indispensable luchar con plena independencia política de la burocracia sindical, las instituciones del régimen y sus partidos, incluidos el PRD, AMLO y su MORENA; sólo poniendo en movimiento nuestras propias fuerzas podremos imponer nuestras demandas.
Pero frente a la magnitud del ataque contra los trabajadores y el pueblo pobre, se hace indispensable la más amplia unidad de las filas obreras, empezando por el sindicalismo opositor agrupado en organizaciones como la CNTE, la UNT y el SME, quienes pueden convocar a un Encuentro Nacional de organizaciones en donde, junto a nuestros aliados como el movimiento estudiantil, el 132 y el movimiento indígena y campesino, se discuta un pliego unificado de demandas y una jornada unitaria de lucha en la perspectiva del paro general.

¡Abajo la Reforma Educativa!

¡Abajo la Reforma Laboral!

¡Que la crisis la paguen los capitalistas!









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