¡Abajo la privatización del agua!

02 Oct 2009   |   comentários

Según estimaciones recientes de la Organización de Naciones Unidas hay 1300 millones de personas que carecen de acceso de agua potable, el agua, elemento esencial en la vida de la humanidad y del planeta. Las luchas por el agua se intensifican a medida de que se vuelve un recurso lucrativo de grandes empresas trasnacionales, el agua se ha convertido en un bien muy preciado en los mercados mundiales, y producto de su mercantilización.

Con el fin de obtener grandes ganancias del agua en Latinoamérica, numerosas empresas privadas europeas de servicios de agua han decidido asumir las operaciones de suministro público de agua en la mayoría de los países de la región, incluidos Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú y Uruguay. Según un artículo publicado en la revista Expansión, las transnacionales FFC y Veolia, tiene previsto invertir en el país y Perú 4 mil millones de euros “en grandes contratos de gestión privada de agua, más conocidos como Build Operate Transfer (BOT), que están proliferando en Latinoamérica”.

El anuncio se registra en medio de las declaraciones de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), sobre la grave crisis de disposición de agua potable en el país, considerado tema de seguridad nacional y que están utilizando como excusa para justificar este tipo de inversiones para la privatización de uno de los recursos que hasta ahora, como el petróleo, debería ser de discusión nacional, avanzando en la subordinación del país a las trasnacionales. Hay que ver el proceso de privatización del agua también asociado con la financiación y construcción de presas en todo el mundo junto con el negocio del agua embotellada, donde México tiene el primer lugar en el consumo de agua embotellada en América Latina, industria dominada por cuatro empresas transnacionales: Coca-Cola, PepsiCo, Nestle y Danone. Estas transnacionales controlan gran parte de este recurso, obteniendo agua mediante subsidios estatales.

¡Fuera las Trasnacionales!

México enfrenta una crisis en este recurso, que se caracteriza por la escasez y desigualdad, pero además de la carencia del líquido, la ciudad de México está en riesgo de inundación.

El discurso que manejan las autoridades sobre la falta de agua por que no hay cultura de ahorro de agua del pueblo mexicano y la desaparición de este recuso para febrero del 2010, es solo un pretexto para poder avanzar en la privatización de este bien alarmando a la población para que no sea cuestionada la entrega de este recurso a las trasnacionales.

El Estado ha fracasado, en la demanda de agua no solo por su corrupción, incapacidad y falta de inversión en la infraestructura, la escasez no es un hecho natural, el agua dulce en el mundo es suficiente para abastecer una población humana tres veces mayor a la actual, Es mas bien la inequidad en el acceso al agua, la contaminación, la desviación de los ríos, la deforestación y el cambio climático que han hecho del agua limpia un “bien” escaso, proteger y garantizar el derecho al agua es una obligación del gobierno mexicano. Incluso la ONU que avala las políticas imperialistas en la región reconoce que “se deben crear nuevas leyes y políticas a favor de la participación social en la toma de decisiones sobre la gestión del agua.” De darse esta privatización el impacto para la población serian catastrófico pues los precios irían en escalada, las tarifas subirían hasta un 50%, mientras que la calidad seria menor, se abriría un estrechamiento del abastecimiento, pues las empresas cortarían el suministro a quienes no puedan pagar las tarifas, además un golpe a la clase trabajadora por la perdida de empleos y empeoramiento de las condiciones de trabajo en el sector.

La tarea del momento es que todos los trabajadores del país, obreros, campesinos, estudiantes, sectores en lucha, nos organicemos para detener la entrega del agua, y luchar contra la privatización, retomado la lección que nos dejo el pueblo boliviano en el 2000 con la guerra del agua en Cochabamba, donde los vecinos decidieron organizarse creando comités de agua, cooperativas y asociaciones, construyendo ellos mismos las redes de distribución, los tanques de almacenamiento y la perforación de los pozos con sus escasos recursos y lograron echar atrás la privatización y sacar a Bechtel (empresa transnacional) del país. Esta enorme tarea pasa por la re-nacionalización de todos los recursos:

¡Alto a la privatización del agua!

¡Expropiación de las empresas que lucran con este recurso natural, bajo el control obrero de sus trabajadores!

¡El Estado debe proporcionar agua potable gratuita a toda la población!









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