Acampada a las afueras de Wall Street

Una nueva cara del descontento por la crisis económica

30 Sep 2011   |   comentários

En el corazón del imperialismo norteamericano comienzan a surgir algunas muestras de organización independiente en contra de las terribles consecuencias que ha generado la crisis económica. Estas primeras acciones de una vanguardia cuestionan directamente las medidas anticrisis que salvaron a los ricos en la presente crisis económica y podrían ser el preámbulo para que mayores sectores de la población vean la necesidad de movilizarse en contra de su gobierno y del conjunto de la clase política norteamericana, la cual, aunque siga enfrascada en discusiones entre republicanos y demócratas, no ha dejado de implementar duros recortes en contra de las condiciones de vida de millones. Inspirados en los indignados del Estado Español, Israel, Grecia, y en las acciones que derrumbaron a Hosni Mubarak en Egipto, cientos de personas se apostaron a las afueras de Wall Street en Nueva York desde el pasado 17 de septiembre para protestar contra los dioses del mercado que tienen sumidos a amplios sectores de la población en el desempleo, trabajos precarios y ahora con recortes a la educación y salud. Cerca de 5,000 personas, según Adbusters uno de los convocantes, se concentraron en el bajo Manhattan para expresar su hartazgo contra los organismos financieros, en lo que los mismos participantes se preguntan si es un momento previo de la plaza Thair en Egipto.

Miqueas Chamberlain de 23 años, cocinero de línea en Columbus Ohio, mostró un cartel que dice: "Fin de la oligarquía" "Hay millones de personas en este país sin empleos", dijo. "Y un 1 por ciento de la población tiene el 99 por ciento del dinero." [1]

Ante la inminente acción que se preparaba por internet, el alcalde de Nueva York declaró que todos tenían derecho a protestar, pero la represión de la policía no se ha hecho esperar y desde el 17 de septiembre hasta la fecha han sido arrestados cerca de 30 activistas en medio de movilizaciones, como la que se dio en contra de la ejecución de Troy Davis. Millones de jóvenes blancos, negros, latinos y asiáticos, ven como de a poco los trabajos se vuelven más precarios, el desempleo crece, la educación es más cara y los inmigrantes son perseguidos como delincuentes por la policía, la misma que azota los barrios pobres de cualquier estado en EU y protege el bienestar de la burguesía; tan sólo en Nueva York se encuentran 50 millonarios que se mantienen entre los 400 hombres más ricos del mundo, según Forbes. Esta es la fuerza motriz del descontento que impulso para asistir al llamado de “ocupar Wall Street”. Ha sido la crisis económica el detonante de estas acciones, que mediante los enormes rescates financieros logro evitar un crack económico, pero que a su vez abrió la puerta para implementar duros ataques contra los trabajadores y la juventud, sector que ha resentido duramente el problema del desempleo, ya que la tasa de desocupados de entre 16 y 24 años es superior a los 4.1 millones que se registraron en julio de este año.

El desprestigio del gobierno Obama, que no logró un cambio a la alza en su popularidad con la propuesta para crear empleos, pero generó un cuestionamiento a los republicanos, abre la alentadora posibilidad de una situación que podría desarrollar más luchas en un momento critico. Esta perspectiva se acentúa sobre todo ahora que Obama busca recortar 320 billones de dólares en 10 años a Medicare y Medicad, servicios que atienden a más de 100 millones de personas, medida que tendrá un alto costo para las familias con menos recursos, mientras que en el otro extremo los republicanos se oponen a que se cobre más impuestos a los grandes empresarios y buscan elevar la recaudación fiscal para que la población pague más impuestos y sea imposible evadirlos.

Nadie esperaba que esta acampada pudiera mantenerse por tantos días y sobre todo que se nutriera de refuerzos y de mayor simpatía de la población, logrando romper el cerco informativo que se impuso desde el 17 de septiembre sobre esta protesta. Los comunicados y las noticias que se suben a las páginas de los organizadores hicieron inevitable que diarios locales, internacionales e intelectuales como James Petras, Noam Chomsky y el cineasta Michael Moore se pronunciaran ante estas acciones, que de a poco han tenido repercusiones en otros estados y empieza a despertar la necesidad de organizarse. A pesar de la constante represión, en las cuales la policía de Nueva York ha utilizado gas pimienta, las marchas, el circo callejero, y las asambleas en las afueras de unos de los pulmones de las finanzas internacionales dan muestra del hartazgo, que si bien hoy se encuentra movilizado en una vanguardia en los acampes, pueden ser la expresión de miles que están inconformes por una crisis que no generaron pero que son los primeros en pagar. Durante los pernoctes más de una centena de activistas mantienen el plantón, pero por las mañanas y tardes se suman jóvenes neoyorkinos o de otros estados a las marchas que se realizan día con día, participando en las asambleas que se organizan para discutir el plan de acción.

Si bien la acción en sus inicios tenía demandas poco claras, donde aparentemente la indignación por los malos funcionarios financieros era un reclamo central, aunado a las peticiones de ser escuchados por Obama y el respeto a los derechos constitucionales, en lo que se podría interpretar como el regreso a la “democracia norteamericana” y mayor igualdad, como tendencia apuntaba a mostrar más claramente los síntomas del cansancio hacia las medidas económicas y financieras que protegen solo a los ricos. En los últimos días, motorizados por la represión y por las discusiones que se da en las asambleas, donde todos expresan sus reivindicaciones más sentidas, se han empezado a desglosar demandas que deben ser parte de un importante programa que sume a un mayor número de personas a protestar y que puede ser el camino que lleve a romper con toda lógica de confianza y respeto a las instituciones norteamericanas como a la policía, la cual un sector considera también como trabajadores explotados.

En el comunicado cinco [2] que publican los indignados norteamericanos, ponen entre los puntos más importantes de sus demandas:

Fin a la desigualdad social
Contra la intimidación policíaca
Terminar con el desempleo
Poner fin a los recortes y el mercantilismo de la salud
Acabar con el imperialismo norteamericano que mantiene bases militares en 165 países
Fin de la guerra

Este es el sentir que abarca a miles en EU y que hoy ve la posibilidad de que sus reclamos sean escuchados. Es de notar que mientras las asambleas reciben denuncias de distintos sectores empobrecidos, víctimas de las redadas policíacas, desempleo, de la racista pena de muerte y de los recortes al gasto social, el programa puede tener un tono más ofensivo en torno a los derechos laborales, democráticos y reclamos contra la represión, pero un gran salto se expresa también en la denuncia del rol opresor del imperialismo norteamericano sobre otras naciones como en Medio Oriente, donde ha encabezado una guerra sin cuartel por el dominio estratégico de la zona y sus recursos. Estas demandas se ponen sobre la mesa en medio de una situación bastante reaccionaria, donde republicanos y demócratas se debaten en el congreso por los nuevos descargues de la crisis económica; de allí la importancia de que estas demandas toquen y llamen a la acción para masificar las asambleas al resto de los sectores oprimidos y explotados.

El acampe es un primer paso para romper con el férreo control político, económico e ideológico que prima en EU, donde pesa aún el sentimiento de derrota y temor que impuso la era de Ronald Reagan con el neoliberalismo, reforzada con los presidentes siguientes bajo la premisa del fin de la historia y la derrota del proletariado como el sujeto para la revolución. Por ello es importante que en pleno tercer pico de la crisis económica estas acciones florezcan organizadamente como una muestra consciente de la disposición a luchar para frenar los ataques, pero es de primer orden tomar en cuenta para que en verdad triunfen deben romper con la confianza en la buena voluntad de los políticos y los llamados a que humanicen las finanzas a favor de los más necesitados. Hemos visto como todas las medidas de estímulos económicos fueron destinadas para salvar a bancos y grandes empresarios como GM, que ha despedido a más de 4 mil trabajadores de sus plantas mientras sus dueños disfrutaron del cobijo del gobierno de Obama.

Estas acciones tienen por delante recuperar la masividad de las grandes acciones contra la guerra en Vietnam o la destacada intervención de la juventud de Seattle en 1999 en contra de la OMC, pero sobre todo, debe ser capaz de tejer la unidad con el movimiento obrero, lo cual en las acciones como en Seattle no se concretó a pesar de que algunas organizaciones sindicales hicieron suyo el llamado de manifestarse en contra de la OMC. Ha sido bajo las ideas de humanizar el capitalismo que distintos procesos de lucha han sido derrotados y ante la crisis actual se desnuda lo que era evidente; no es posible construir un mundo aparte del capitalismo, ya que la crisis impone miseria y hambre en cualquier rincón y espacio del globo. Miles de jóvenes que valientemente han salido a luchar, desgraciadamente cayeron en la creencia que mientras se resistiera en lo social al neoliberalismo se podría ganar la batalla, confiando incluso en que gobiernos como el de Evo Morales en Bolivia o el de Chávez en Venezuela como progresistas por considerarlos opositores al capitalismo. Estas ideas representaron un límite concreto en el desarrollo de las luchas ya que eran dirigidas por sectores reformistas que llamaron a construir a un nuevo sujeto histórico, dejando de lado la lucha por las independencia política, así como también el peso en las luchas económicas que podían encabezar los trabajadores, alejándose por lo tanto de las organizaciones sindicales que agrupan a millones de obreros y perdieron así la posibilidad de sumar a un sector estratégicamente capaz de enfrentar al capitalismo y triunfar.

Como decimos arriba, para luchar en contra de las medias que se debaten en el congreso y los efectos de la crisis económica, es importante que estas acciones se refuercen y tengan expresión en otros estados, tal cual se viene preparando a las afueras de la Casa Blanca y en otros estados como Chicago y en Los Ángeles para octubre. Pero a la par de esto es importante avanzar en tareas que apunten a sumar al resto de los sectores oprimidos de la sociedad para poner a la ofensiva los reclamos de millones. Esto implica hacer un llamado en primera instancia al numeroso movimiento obrero norteamericano, que ha visto como su nivel de vida se pulveriza con la inflación y que están expuestos a nuevos despidos con el repunte de la crisis. Por su lugar en la producción capitalista los trabajadores son el sector realmente capaz de oponer a la crisis una salida a favor de los explotados y oprimidos. Por ello es de la mayor importancia que los trabajadores se movilicen y tomen en sus manos las reivindicaciones de los sectores más desprotegidos como los migrantes, doblemente oprimidos, explotados y perseguidos, los cuales han protagonizado acciones bajo duras condiciones pero que han sido aislados. Desempleados y precarizados (enormes masas de trabajadores temporales sin derecho a la sindicalización) deben sumarse con sus propias demandas a una gran acción de lucha, donde una primera tarea es votar brigadas de volanteos en los centros de trabajo para estrechar la unidad con los trabajadores y avanzar a paso firme en esta lucha para que no derroten el acampe por cansancio y asilamiento.

Esta acción de los indignados en el vecino del norte muestra cómo de a poco la población en EU se encuentra cada vez más desencantada con la política de los republicanos y demócratas, donde el nivel de aceptación de ambos partidos se desplomó recientemente y abrió la posibilidad para que se desarrollen importantes procesos independientes de cara a las elecciones presidenciales del 2012. La preparación de nuevos acampes en otras ciudades es una gran oportunidad para reunir un sinfín de reclamos en concentraciones con mayor peso de obreros industriales y migrantes, donde podrían ser miles los que se sumen a estas acciones para oponer una salida a la catástrofe capitalista.

[11 The New York Times, 17 de septiembre de 2011 “ Wall Street Protest Begins With Demonstrators Blocked”

[22 https://occupywallst.org/ A Message From Occupied Wall Street (Day Five) 22/Septiembre/2011









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