1° DE MAYO

Un gran descontento obrero… contenido por sus direcciones

11 May 2012   |   comentários

Decenas de miles de trabajadores se movilizaron en el Día Internacional de la clase trabajadora. Convocados por el SME, la UNT, trabajadores de Mexicana de Aviación, además de la CNTE marcharon de distintos puntos de la ciudad, para finalizar en una concentración en el Zócalo capitalino. Además de las organizaciones sindicales, participaron también organizaciones sociales y campesinas.

La marcha del Día Internacional de las y los trabajadores en México se da en medio de una ofensiva reaccionaria de los patrones y el gobierno contra la clase obrera, acrecentando las consecuencias del estancamiento económico provocado por la crisis de la economía de los Estados Unidos y amenazado por la crisis de la eurozona. El marco en el que los trabajadores marcharon con sus demandas está dado por bajísimos salarios, precarización, desempleo (8.5 millones demandando empleo formal), creciente alza del nivel de vida y los servicios (de 36% en los alimentos básicos durante este gobierno), militarización y violación a los derechos humanos.

El descontento de la clase trabajadora contra la política del gobierno derechista de Felipe Calderón, que aplica en el país las recomendaciones económicas y laborales del Fondo Monetario Internacional, se expresó en los numerosos contingentes de los sindicatos opositores al gobierno. Es un descontento superior al mostrado el año pasado, donde pesaban fuertemente las consecuencias de la derrota del SME y de la persecución de la “justicia” mexicana sobre el sindicato minero.

El que salieran tantas y tantos trabajadores a manifestarse contra la situación de miseria y la militarización que atraviesa el país muestra la potencialidad de la clase trabajadora, a pesar de haber perdido muchas conquistas con el panismo en el gobierno, que profundizó los planes aplicados por el PRI desde los ´80.

Quieren desviar el descontento hacia las elecciones

Lamentablemente, el rechazo a la política de la clase dominante y sus partidos políticos, está siendo canalizado por las direcciones sindicales hacia el apoyo a un candidato en las próximas elecciones quien no representa los intereses de los trabajadores ni pretende atacar las bases de la explotación y la miseria, esto es, la propiedad de los capitalistas y las transnacionales.

Lejos de impulsar un gran frente único que frene el ataque patronal con la movilización y un programa obrero de emergencia, tuvieron como consigna central el 1° de mayo el voto de castigo al PRI y el PAN en las urnas, llamando al “voto útil” por Andrés López Obrador, como lo declaró Martín Esparza en el mitin.

Y como lo dijo ese mismo día en una reunión con el candidato al gobierno del DF por el PRD y el Morena, en el que los electricistas cifran sus expectativas para resolver sus demandas.
Debido a esta política, el descontento no se tradujo en una política clasista y en acuerdos organizativos para preparar un paro nacional que pueda frenar el TLC, el pago de la deuda externa, la privatización paulatina de Pemex y la electricidad, así como enfrentar la criminalización de la protesta, la militarización, los feminicidios y los crímenes de odio, entre otras demandas.

Con otra política, esta movilización hubiera expresado lo que las marchas mostraron en varios países de América Latina, Europa y los Estados Unidos, donde también se enfrentan durísimos planes de los gobiernos neoliberales.

Al mismo tiempo, el SME y otros sindicatos proponen crear una Central Única de Trabajadores (CUT) como forma de aglutinar a las organizaciones antigubernamentales de trabajadores.

Pero esta propuesta no parece nacer de la necesidad de fortalecer la resistencia de los sectores que están luchando, ni de ampliar el alcance de un programa combativo, en cuyo caso sería fundamental impulsarla bajo la perspectiva de que se transforme en una organización realmente democrática y para la lucha. El acuerdo central de quienes la impulsan es el apoyo a la candidatura de Andrés López Obrador, subordinando a los trabajadores a una dirección burguesa “antineoliberal”.

Esto muestra la impotencia de estas direcciones sindicales para enfrentar realmente a los planes de la patronal y el imperialismo con una política claramente independiente.

Por una política independiente y combativa

Oportunidades para que la clase trabajadora y sus organizaciones defendieran sus conquistas no han faltado en los dos últimos años. Pero las direcciones de los sindicatos electricistas, telefonistas, mineros o universitarios desperdiciaron el ánimo de lucha e interpretando bien la radicalidad a la que estaban dispuestos a llegar los trabajadores, enfriaron los ánimos y buscaron negociar con los explotadores y opresores una salida que no trascendiera los marcos de régimen, llamando a confiar en el Congreso de la Unión.

Con estas treguas provocaron el envalentonamiento de los patrones y su gobierno. Ahora el PRI y el PAN (y sus aliados) van por todo. Ante eso, decimos una vez más que no se puede confiar en el voto a un candidato y un programa antineoliberal, adversario de cuestionar la propiedad capitalista y la opresión imperialista.

Es necesario que los trabajadores –empezando por los sectores que resisten la ofensiva en el magisterio y otros sectores– nos dotemos de una perspectiva de movilización independiente y en las calles, que llame a la unidad en la lucha con los sectores que no encuentran la fuerza para luchar contra el charrismo. Para eso es fundamental levantar un programa que, como primera medida, enfrente los despidos y el trabajo semi esclavo; que frene los paros técnicos, la discriminación laboral a las mujeres; que enfrente las privatizaciones y que revierta las reformas a la ley del ISSSTE y el IMSS. E imponerle esta perspectiva a las direcciones llamadas opositoras, que someterse a la democracia obrera impuesta por la base trabajadora.

Para impulsar esa perspectiva, desde la LTS creemos que es fundamental que la clase obrera construya su propia herramienta política para enfrentar a los capitalistas y a los partidos patronales que los representan, bajo una estrategia socialista y revolucionaria.

La participación de la LTS

Con días de anticipación la LTS realizó una importante campaña de difusión y propaganda para realizar un gran contingente combativo, internacionalista y por la independencia de clase en estructuras sindicales y escuelas hacia este 1° de mayo.

Por medio de la impresión de un cartel propio que hacía hincapié en la lucha contra los planes y por la independencia de clase y con nuestra prensa quincenal (a colores) convocamos a temprana hora de la mañana a la constitución de nuestro contingente que retomó una perspectiva internacionalista (en solidaridad con la resistencia del movimiento obrero del Estado Español en contra de la ofensiva ultra liberal del gobierno de Rajoy), de defensa de las libertades democráticas (en contra del feminicidio, el rechazo a los crímenes de odio contra la comunidad de la diversidad sexual), y en rechazo a la dura represión del gobierno de Michoacán en contra de los estudiantes normalistas. Junto a la agrupación estudiantil Contracorriente y a la agrupación de mujeres Pan y Rosas, más de un centenar de jóvenes, mujeres, estudiantes y trabajadores marchamos –con banderas de nuestra organización y estandartes con la figura de León Trotsky– en una perspectiva combativa y revolucionaria.

Esto es parte de la tarea, que la LTS impulsa entusiastamente, de poner en pie un partido de trabajadores revolucionario en México. Este 1° de mayo finalizó con un convivio en nuestro local partidario, donde invitamos a los y las asistentes a integrarse a círculos de reflexión y de acción de la LTS.









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