Santa alianza de los patrones y el gobierno contra los trabajadores mineros

26 Mar 2008   |   comentários

La brutal ofensiva patronal contra los trabajadores y sus organizaciones, apoyada abiertamente por el gobierno panista, se manifiesta crudamente en el caso del Sindicato Minero. Sin respuesta, llevan más de un mes las huelgas de tres secciones sindicales en empresas de Minera México exigiendo aumento salarial, mejores condiciones de trabajo y la revisión de sus contratos colectivos. En una clara muestra de parcialidad a favor de los patrones, la Junta de Conciliación y Arbitraje «desconoció» las huelgas y llamó a levantarlas inmediatamente, lo que finalmente no se concretó hasta ahora porque el sindicato se amparó.
La respuesta de la patronal no se hizo esperar y apuró la formación de un sindicato blanco que ya venía impulsando en 10 secciones, para disputarle la titularidad de los contratos colectivos al Sindicato Minero. Para imponer esta maniobra la empresa apeló a secuestros, amenazas, despidos e intimidaciones de la policía y el Ejército, como en las peores épocas de la CTM. Trabajadores de la Sección 14 de Nueva Rosita, Coahuila denunciaron que fueron encerrados durante dos días para obligarlos a votar en favor del nuevo sindicato, bajo la vigilancia de diversas corporaciones policiales y el Ejército. En Nacozari, Sonora se despidió a 900 trabajadores y se re contrató sólo a los que aceptaron afiliarse al nuevo sindicato. Como era de esperarse, la Secretaría del Trabajo no registró ninguna anomalía en este proceso, pues como planteamos en otro artículo, cada vez más aparece como el instrumento institucional de los patrones.
Hasta ahora las huelgas mineras en Nacozari, Taxco y Sombrerete se mantienen, aunque aisladas y en duras condiciones. El Sindicato Minero participó con la UNT y el Frente Sindical Mexicano en la movilización del 30 de agosto, para protestar por las agresiones en su contra. Pero ha evitado impulsar un paro nacional indefinido de todas las secciones en solidaridad con las huelgas, medida que se hace imprescindible para que triunfen ante la intransigencia de la patronal y el gobierno.
El Sindicato Minero no se encuentra en buenas condiciones. Se halla debilitado por años de entreguismo y colaboración de Napoleón Gómez Urrutia con el gobierno y los patrones, con un sector de los cuales está en los mejores términos. Ahora que está en juego su cabeza, ha tenido que apelar a la movilización de los mineros que, con sano instinto de clase, han salido en defensa de su organización. Es deber de todas las organizaciones obreras democráticas y combativas, rechazar la intromisión del gobierno y los patrones en el sindicato, con miras a conseguir la total independencia de los sindicatos del Estado. Esto solo puede conseguirse impulsando la más amplia democracia obrera, contra la burocracia sindical, para que sea la base trabajadora quien decida la suerte de sus organizaciones.
El conflicto minero se ha vuelto una lucha cuya resolución en gran medida determinará si el gobierno y los patrones podrán avanzar cualitativamente en la ofensiva contra las organizaciones y las conquistas obreras; o si, por el contrario, la resistencia activa de la clase trabajadora puede derrotar esta política. Hay que apoyar activamente las huelgas mineras para que triunfen. ¡Viva la lucha minera!









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