Reforma migratoria en Estados Unidos

QUIEREN MILITARIZAR LA FRONTERA

28 Feb 2013   |   comentários

Bárbara Funes

El presidente Obama hizo muchas promesas durante sus campañas electorales, entre ellas una reforma migratoria que legalizara la estadía de los millones de inmigrantes que llegaron a EE.UU. en busca de una vida mejor. Ahora, ya en su segundo mandato, analiza una reforma migratoria impulsada por un grupo de senadores demócratas y republicanos. Según declaran los medios, incluirá una vía hacia la legalización de 11 millones de inmigrantes indocumentados. Sin embargo, también contempla un refuerzo del despliegue de la “seguridad” en la frontera sur.

Obama y la comunidad latina

Este guiño a la comunidad latina, la primera minoría en el país del norte, se debe a que 71% de los latinos que tienen derecho al voto volvieron a apoyar al Partido Demócrata frente al espanto de un posible gobierno republicano, que viene declarándole la guerra a los inmigrantes.
Obama incumplió su promesa de atender el problema de la inmigración –que se expresó en la huelga de 2006 cuando miles salieron a la calle a exigir legalización ya–. Peor aún: en varios de los estados donde se votaron leyes contra los inmigrantes o leyes reaccionarias que exaltan los valores nacionales, los demócratas votaron junto con los republicanos. Este mandatario rompió el récord de deportaciones de inmigrantes sin papeles. En 2011, los servicios de migración llegaron a tener 430,000 personas detenidas por día (Carey L. Biron: “La formidable máquina de deportar de EE.UU.”) y las deportaciones de mexicanos llegaron a casi 300,000 (“Changes affecting Illegal inmigration”, The New York Times). Desde 2010, la Southern Borders Communities Coalition (Coalición de Comunidades de la Frontera Sur) registró 20 casos de personas asesinadas, varias de ellas jóvenes, por la patrulla fronteriza.
Los inmigrantes están expuestos a trabajar en condiciones muy precarias, sin seguridad social, con salarios por debajo del mínimo, e incluso existen casos que casi llegan al esclavismo. Producto de las leyes aplicadas hasta ahora, millones de familias fueron separadas por las deportaciones: los padres son expulsados del país y sus hijos quedan en territorio estadounidense, y se dan en adopción.

Las claves de la reforma

Tanto la comisión de senadores como Obama acuerdan dar a la patrulla fronteriza más poder –dan vía libre para más represión a los inmigrantes– y en fortalecer la lucha contra el crimen organizado transnacional –o sea, armonizar la militarización en México con la militarización de EE.UU.
De aprobarse esta reforma, todos los inmigrantes sin papeles deberán registrarse con el gobierno, pasar una revisión de antecedentes, pagar una multa e impuestos, aprender inglés e historia de EE.UU., y en 8 años podrían solicitar la residencia permanente. Otros puntos propuestos por los senadores son el pedido de un aumento de aviones no tripulados y otros equipos para reforzar la vigilancia en la frontera, así como el rastreo de quienes permanezcan en ese territorio una vez que sus visas hayan expirado (“La ruta hacia la reforma migratoria”, El Universal).

¡Nativa o extranjera, la misma clase obrera!

El imperialismo estadounidense acoge o repele a los inmigrantes conforme las necesidades que tenga de mano de obra barata. Frente la crisis económica en curso, continúa una línea dura hacia los extranjeros, maquillada con la esperanza de lograr la residencia permanente siempre y cuando “sean bien portados”.

Hoy, cuando los sectores obreros más precarizados empiezan a luchar por sus derechos, como los trabajadores de Wal-Mart, y asociaciones de derechos civiles salen a las calles en defensa de los inmigrantes, es necesario que unan sus fuerzas por sus derechos, como son plenos derechos y políticos para todos los inmigrantes, salarios equivalentes al costo de la canasta familiar y derecho a prestaciones. No pueden permitir que se militaricen aun más las fronteras con la excusa del narcotráfico. Sólo un amplio movimiento democrático puede frenar esta ofensiva reaccionaria. Es indispensable que los trabajadores estadounidenses, sindicalizados o no, los apoyen en estos combates. Sólo luchando por la emancipación de los oprimidos, podrán liberarse del yugo capitalista y conquistar un mundo sin explotación ni opresión.









  • No hay comentarios para este artículo