Por una gran insurgencia magisterial que doblegue los planes del gobierno

Paro Nacional contra las reformas energética y educativa

04 Sep 2013   |   comentários

Por una gran insurgencia magisterial que doblegue los planes del gobierno

Paro Nacional contra las reforma energética y educativa

El domingo 1 de septiembre el Congreso de la Unión, con el aval del PRI, el PAN, el PANAL y una parte del PRD, votaba la Ley de Servicio Profesional Docente. Una vez más, el Congreso se muestra como lo que realmente es: una institución al servicio de avalar los planes de la clase dominante y perfeccionar las leyes que garantizan la opresión y explotación de las grandes mayorías de México, buscando imponer con las reformas en curso, una derrota de grandes proporciones a la clase trabajadora.
Contra los coros de quienes llamaban a depositar las expectativas en mesas de negociación con las fracciones parlamentarias, ya se demostró que no se puede confiar ni por un segundo en esa cueva de ladrones que administra la entrega del país y que impulsa la liquidación de las históricas conquistas laborales. Esto, que ahora vimos con la reforma educativa, lo veremos de nuevo, próximamente con la entrega de PEMEX. El Pacto por México, suscrito por las tres principales fuerzas patronales está al servicio de darles la fuerza necesaria para avasallar los intereses obreros y populares que la alternancia no pudo imponer con los gobiernos panistas.
Ante esto, hace semanas que viene levantándose el clamor, la bronca y la protesta del magisterio. A pesar de que la política pactista de sectores de su dirección había desgastado la importante lucha dada durante el primer semestre del año, nuevamente la movilización de las y los maestros pisó fuerte en las calles, mostrando su disposición a luchar.
Superando la campaña de linchamiento mediático, las amenazas represivas del PRI, del PAN y del PRD, y realizando acciones que en muchos casos expresaban una tendencia de la base a ir más allá de lo que quieren sectores de las direcciones seccionales, la lucha magisterial cambió la situación política en México en cuestión de días. Sectores del mismo PRD tuvieron que dar cuenta de esto y muchos parlamentarios del sol azteca, concientes de que eran vistos por miles de profesores, decidieron votar en contra para posar de opositores, separándose por ahora del entreguismo de la dirección representada por los “chuchos”. El magisterio de base dijo presente, y su lucha comenzó a empalmar con el sentimiento obrero y popular de repudio a la entrega de PEMEX, abriendo la posibilidad de un importante cambio en el ánimo de las masas.
De esa forma, tuvimos, el pasado fin de semana, dos magnas movilizaciones que expresaron –más allá del curso que pretenden darle quienes se posicionan al frente de las mismas- un amplio descontento obrero y popular. El sábado 31, más de dos kilómetros de manifestantes (trabajadores, estudiantes, jóvenes, amas de casa, pueblo en general) recorrieron el centro de la ciudad de México en protesta por la entrega de PEMEX, pero también, como pudimos verlo, en solidaridad con la lucha del magisterio. El domingo 1 de septiembre, varias seccionales del magisterio fueron el factor central de una magna manifestación que llegó a San Lázaro y que mostró la oposición a la reforma educativa. A la par, cientos de jóvenes de distintos grupos políticos y sociales, así como del #yosoy132, se manifestaron el 1/9, y fueron quienes más sufrieron la salvaje represión policial perredista que, como el 1 de diciembre pasado y el 10 de junio, apresó de nueva cuenta a decenas de jóvenes.
Sin embargo, a pesar del empuje de la lucha, la reforma educativa fue votada en el Congreso y no se logró quebrarles el brazo al gobierno y sus aliados del Pacto por México. Ahora la tarea es luchar tanto por frenar la reforma energética y la entrega de PEMEX, como por derrotar la reforma educativa.

Imponer la abrogación de la reaccionaria reforma

Sin embargo, para luchar contra la reforma educativa es imprescindible desconfiar de las buenas intenciones de los sectores “opositores” del régimen político (en particular del PRD), y no depositar expectativas en las falsas promesas de quienes ya mostraron reiteradamente al servicio de quien están, promesas que solo buscan desmovilizarnos. Es necesario un verdadero plan de acción combativo que permita fortalecer y extender la lucha de los trabajadores del magisterio. Es fundamental reforzar, fortalecer y extender las acciones de lucha del magisterio, rodeando de solidaridad a los combativos maestros, organizando brigadas desde la juventud, el movimiento estudiantil y otros sectores de trabajadores. Las jornadas de lucha programadas para los próximos días (como la del miércoles 4 de septiembre) tienen que mostrar la fuerza del magisterio y la amplia solidaridad obrera y popular.
Pero, a la vez, hay que considerar y discutir cuál es la estrategia para derrotar los planes de Peña Nieto y sus aliados. Lamentablemente, ya en el pasado se ha impuesto una política que, mientras despliega discursos de denuncia de la política educativa del gobierno de turno, termina depositando expectativas en las mesas de negociación con las autoridades. Desde ya que es un derecho de los trabajadores decidir democráticamente si aceptan o no las “propuestas” gubernamentales en la mesa de negociación, tomando en cuenta la relación de fuerzas existente, el aislamiento o extensión del conflicto, y las propias demandas. Pero esto, que puede ser el resultado de una lucha consecuente, no es lo mismo que -como hacen determinadas corrientes del magisterio democrático- sostener una política en la cual las acciones terminan, a pesar de la abnegación y disposición combativa a la lucha de los maestros, siendo solamente un medio de presión para la negociación, debido a que se carece de una estrategia clara para derrotar en las calles la contrarreforma educativa. Cuando esto sucede, se cae en un callejón sin salida para la lucha magisterial, y el gobierno y sus aliados tienen un gran punto a su favor, ya que ellos sí tienen una estrategia para derrotar -en los pasillos del Congreso, las mesas de diálogo y las secretarias de gobierno- al combativo magisterio.
La CNTE ha llamado a una insurgencia magisterial para este 4 de septiembre. Como correctamente dicen los combativos maestros en lucha, hay que extender la pelea para echar abajo la reforma educativa. Para desarrollar una gran insurgencia magisterial que derrote los planes, hay que darse requiere una estrategia para soldar un amplio frente único obrero y popular contra los planes del gobierno y sus aliados. Eso implica que la CNTE, con la autoridad que tiene, le exija a las direcciones que se reclaman opositoras -como la UNT- que le pongan fecha a un paro nacional contra la reforma educativa y la entrega de PEMEX. Ese paro debe ser la columna vertebral de la acción del magisterio y su insurgencia. Los maestros en lucha tienen toda la autoridad para decirles, a los trabajadores del campo y la ciudad, que no los deben dejar solos, que se está afectando a la educación de todo el pueblo y que por eso ellos deben organizar este paro nacional desde las bases y votárselo a sus direcciones. Las movilizaciones y acciones de lucha en las calles, aunque muy importantes, deben articularse con el paro y la huelga, con la cual el movimiento obrero puede paralizar todos los resortes de la economía nacional. La ofensiva patronal y gubernamental requiere una respuesta de los trabajadores, en la misma proporción. Se está jugando el destino de millones de trabajadores por varias generaciones.
De igual forma, la complicidad mostrada por el PRD con el PRI y el PAN muestra que la estrategia de confianza en el congreso era una verdadera trampa, y por eso hay que darle la espalda a esta política, en tanto que los sindicatos y corrientes sindicales que dicen defender a los trabajadores deben romper con este partido y adoptar una política independiente.
La dirección de la CNTE no debe aceptar ninguna “promesa” o “negociación” que busque frenar la movilización y rebajar las demandas. Cuando el gobierno y sus aliados del Congreso han aprobado la reaccionaria reforma, el único camino para imponerle la abrogación de la reforma educativa es profundizar la lucha. La abrogación debe ser el “piso mínimo”, ya que no se trata de aceptar modificaciones o agregados parciales que solo buscarán maquillar esta lesiva y antiobrera reforma. Hoy hay condiciones para impulsar una verdadera y gran insurgencia magisterial, que tenga en la preparación del paro nacional su acción fundamental y donde las acciones y movilizaciones sean coordinadas a nivel nacional y tiendan a incorporar al conjunto de los trabajadores, la juventud combativa y el pueblo.
En ese camino, para organizar de la mejor forma esta lucha y extenderla, es fundamental la más amplia unidad de las filas magisteriales para hacer caer la Reforma Educativa, profundizando el proceso de auto-organización desde las bases y apelando a la base trabajadora del SNTE que aún no sale a luchar, pero que ha visto cómo se desmoronó el poder de Elba Esther, y que lo retoma el nuevo charro oficialista.
Para ello, para contar con toda la fuerza de las bases del magisterio, es fundamental, como plantean las y los compañeros del boletín Nuestra Clase, “impulsar asambleas por escuela en donde, de manera horizontal y democrática, se voten delegados rotativos, revocables y con mandato de base para nutrir un Gran Encuentro Magisterial al que deben convocar la CNTE y todos los sectores del magisterio democrático; el Encuentro Nacional Magisterial del 7 de septiembre puede ser el punto de partida, abriéndose a la participación de todos los sectores del SNTE dispuestos a organizarse democráticamente para luchar en frente único.
Junto a esto, es clave que la CNTE se pronuncie de forma urgente por la libertad inmediata e incondicional de las y los presos políticos del 1 de septiembre. Al mismo tiempo, hay que llamar a todas las organizaciones democráticas, políticas, sindicales, sociales y derechos humanos a unificar el reclamo de: ¡Alto a la criminalización del magisterio! para frenar de forma unitaria cualquier amenaza represiva sobre las y los profesores!

A preparar el Paro nacional contra la reforma educativa y la entrega de PEMEX

Por un gran encuentro magisterial convocado por la CNTE y el magisterio democrático

Libertad inmediata e incondicional a todos/as los presos políticos

Presentación con vida de todos los detenidos-desaparecidos por el Estado

Alto a la criminalización al magisterio en lucha


La movilización contra la entrega de PEMEX y la reforma educativa Un debate en la izquierda

Como planteamos previamente, desde la LTS hemos planteado una perspectiva para unificar las dos demandas que hoy son fundamentales en México: la lucha contra la reforma educativa y contra la entrega de PEMEX, apostando a la movilización en las calles, que sea encabezada por los trabajadores, y planteando la necesidad urgente de un Paro Nacional para echar abajo estas reformas. Bajo esa perspectiva participamos sin ningún sectarismo en las movilizaciones convocadas, impulsando el más amplio frente único, al mismo tiempo que propugnamos por una perspectiva para que la clase obrera con sus métodos de lucha encabece la movilización y levante un programa independiente. Es por eso que, en las movilizaciones contra la reforma de PEMEX, desde la LTS participamos llamando a luchar contra la entrega mediante el paro y la movilización, a la vez que proponemos un programa que incluye la lucha por la renacionalización sin indemnización de todas las áreas que han sido entregadas al capital extranjero, para que queden bajo control de los trabajadores. De esa forma, todo joven o trabajador puede ver que mientras impulsamos la más amplia movilización y participamos sin ningún sectarismo de acciones convocadas por sectores que se reclaman opositores a la reforma de EPN (como Cárdenas o AMLO), sostenemos un programa claramente distinto al que levantan un sector del PRD o el MORENA. De igual forma, tenemos una política para la lucha magisterial claramente distinta a la que sostienen sectores afines al MORENA, el perredismo y el estalinismo, al mismo tiempo que fomentamos la más amplia movilización. Creemos que la condición para frenar las reformas reaccionarias es impulsar la más amplia lucha en las calles, y bregar dentro de la misma para que una alternativa socialista e independiente sea asumida por sectores cada vez más amplios.
Bajo esa perspectiva es que participamos de las movilizaciones del 31 de agosto y del 1 de septiembre, asistiendo como LTS y como parte de los contingentes magisteriales a través del Boletín Nuestra Clase.
Lamentablemente, hay organizaciones que se reclaman de izquierda que, en las antípodas de esto, nos critican virulentamente considerando de forma infantil que la condición clave para una política revolucionaria, es denunciar en todo tiempo y lugar a las direcciones reformistas y burocráticas -como si esto fuera suficiente para demostrarle a los millones que confían en ellas, la justeza de nuestra perspectiva-, y considerando una grave falta participar, con una política independiente, de las acciones que convocan aquellos “opositores” que tienen todavía gran aceptación ante millones de trabajadores y jóvenes.
De esta forma, su postura no combate que esas direcciones burguesas, reformistas y burocráticas perpetúen su influencia sobre el movimiento real de los oprimidos y explotados, y su “ultrarevolucionarismo” no les permite influir en el movimiento de masas, en lugar de dar una lucha -como hacemos desde la LTS- para atraer a las ideas revolucionarias a sectores de la clase obrera y la juventud que todavía confían en esas direcciones. Esto, para nosotros, muestra que estas corrientes que se reclaman socialistas son presionadas y reproducen muchos de los gestos y la orientación política de los grupos anarquistas, autonomistas y de “acción directa”.
Lamentablemente, esto no se limita a una discusión política -la cual sería muy legítima y válida entre organizaciones que nos reclamamos socialistas-, sino que han recurrido a acusaciones calumniosas contra la LTS y la JASyR. En días recientes escuchamos a algunos de sus integrantes diciendo que nosotros vamos “detrás de los perredistas” o que, como dijo un militante del GAR en la asamblea de la facultad de Filosofía y Letras, avalamos la “criminalización” del GDF contra los manifestantes. Hay que aclarar que esta acusación fue acompañada de la escandalosa “sugerencia” de que “nos retiremos de la asamblea”. Esto fue respondido contundentemente por uno de nuestros militantes, ex-preso político y reconocido activista de Estudios Latinoamericanos en la lucha contra la militarización, en defensa del SME y en el #yosoy132.
Son lamentables estas acusaciones, provenientes de quienes se reclaman de izquierda, contra una organización que no solo es reconocida por provenir de una clara tradición de lucha contra el perredismo en el movimiento estudiantil (por ejemplo en la huelga de la UNAM, cuando muchos otros omitan dar esas peleas), que no solo tiene ex presos políticos y procesados por la represión en la Huelga de la UNAM 99-2000, Atenco, el 1 de diciembre y el 10 de junio, que no solo levanta una política claramente alternativa al perredismo en el movimiento obrero y juvenil, sino que además ha puesto todas sus fuerzas al servicio de la liberación de los presos políticos del 1/9 a través de campañas internacionales y nacionales.
Por lo que llamamos fraternalmente a los militantes de estas organizaciones y grupos (y en particular al Grupo de Acción Revolucionaria) a recapacitar sus posiciones y a dejar de lado las acusaciones calumniosas en nuestra contra, lo cual es condición para cualquier unidad en la lucha.
Desde la LTS y la JASyR llamamos a los trabajadores y la juventud a impulsar una política independiente y combativa para defender al magisterio y enfrentar la entrega del petróleo, y como parte de esto redoblaremos esfuerzos en construir una gran organización socialista y revolucionaria.









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