El conflicto en la facultad de Ciencias

¡PAGOS SÍ, CÁMARAS NO! ¡RESPETO A LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES!

29 Oct 2010   |   comentários

El 23 de septiembre, alrededor de 20 trabajadores de la Facultad de Ciencias se reunieron en la entrada de la dirección para exigir a la administración el pago retrasado por el trabajo de “Mantenimiento y conservación de instalaciones y equipo” estipulado en la cláusula XV del Contrato colectivo.
En esta facultad, el trabajo de intendencia es remunerado de acuerdo a la labor realizada, esto es, por la limpieza de un auditorio por ejemplo, se paga determinada cantidad de dinero.
En caso de que algún trabajador se ausente, otro puede realizarlo y recibir el pago de este trabajo extra. El CCT estipula que dicho pago debe realizarse en un plazo de 10 días hábiles.
El actual conflicto surgió a raíz de una masiva jubilación de personal, con los trabajadores de intendencia que quedaron tuvieron la oportunidad de ocupar otras funciones, dejando vacantes en el área de limpieza. Es entonces cuando la administración, para cubrir la labor faltante, solicitó a varios sindicalizados la realización del trabajo por cláusula XV. Sin embrago, las autoridades de la facultad no contemplaron el recurso necesario para cubrir los pagos de los trabajadores, que en muchos casos duplicaron sus jornadas laborales. Esto ha generado retraso en el pago de hasta 4 meses y que los trabajadores decidieran dejar de laborar hasta recibirlos. Con ello, se ha generado una crisis que confronta a la comunidad, pues es notorio el abandono en los sanitarios donde, muchas veces, la suciedad hace intolerable su uso.
Ante las quejas de estudiantes y académicos, la administración pasada culpaba al personal de intendencia de no querer trabajar ocultando el origen verdadero del problema.
La actual gestión, lejos de resolver el conflicto, se niega a pagar por el trabajo extra (el realizado y el futuro) y argumenta que no hay recursos. Además busca confrontar más a la comunidad al instaurando un sistema de “denuncia telefónica” para que los alumnos “reporten” las zonas sucias a directamente a la oficina de personal, ignorando a los jefes de área quienes son los que deberían, en todo caso, supervisar esta labor.
La situación resulta más escandalosa cuando se da a conocer la colocación de cámaras de vigilancia en los estacionamientos. No es comprensible que el presupuesto sea utilizado en la instalación de estos equipos y no en los salarios del personal para resolver un problema tan urgente como la limpieza en los sanitarios. Es claro que estas cámaras no resolverán el problema de la inseguridad, como ha sucedido en otras dependencias. Por el contrario, serán utilizadas como herramientas de espionaje político contra el activismo y los trabajadores; también como un mecanismo de “control de la productividad” de la patronal Rectoría.
Por esta razón, los trabajadores se manifiestan decididamente: “No a las cámaras, sí a los pagos”, consigna que hacemos nuestra, pues tampoco estamos de acuerdo en que una y otra vez se intente culpar a los trabajadores del mal funcionamiento de la facultad cuando muchos de estos problemas son causados directamente desde la administración. Un claro ejemplo de ello es el de los llamados “analistas”. Esta es una figura administrativa de la rectoría, encargada de suponer desde un escritorio, cuáles áreas requieren qué personal. La misma ha sido incapaz de advertir la falta de personal para labores de intendencia en esta Facultad.
Por ello consideramos necesario que el manejo de presupuesto, así como la asignación de trabajo, sean discutidos y votados democráticamente en asambleas con los tres sectores de la comunidad: estudiantes, profesores y trabajadores; para que realmente se asignen con base en las necesidades de la comunidad y no sean violentados los derechos de ningún trabajador.
A su llegada, esta administración lanzó una campaña donde se comprometía a construir una facultad “democrática, crítica y digna”. Por ello exigimos un trato digno a la comunidad que pasa por el retiro de las cámaras y el respeto al Contrato colectivo de Trabajo. Asimismo, que las cuestiones que más preocupan y urgen sean discutidas de manera democrática, crítica y abierta, sin denuncias ni confrontación. Nos solidarizamos con esta y todas las luchas de los trabajadores de la UNAM y hacemos un llamado a la unidad de los académicos y de otras áreas, como los compañeros de Biblioteca Central, para hacer frente a la patronal común representada en la Rectoría.









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