Es urgente ponerle fecha y prepararla desde las bases

Organizar ya la huelga nacional

05 Dec 2009   |   comentários

El paro cívico nacional del 11 fue una importante demostración de lucha de los trabajadores electricistas, junto a otrossindicatos, el movimiento estudiantil, y sectores populares.
A pesar de que se demoró en ser convocado –perdiéndose un valioso tiempo que envalentonó el gobierno para redoblar su campaña en pos de las liquidaciones- y, pese a la limitación de que solamente algunos sindicatos paralizaron sus actividades laborales, la del 11/11 fue una acción significativa y de carácter político que enervó al gobierno y a los patrones que, saben bien del potencial del descontento organizado.
De igual forma, la movilización al Zócalo, al grito de huelga, mostró que la lucha que inició el 10 de octubre se mantiene en pie.
La del 11/11 fue la jornada de lucha, con centralidad obrera, más importante de las últimas décadas. Mostró además una fuerte tendencia a la unidad obrero estudiantil. Fue la más importante también porque se vieron acciones radicalizadas en las calles, después de décadas de movilizaciones bonachonas convocadas por los sindicatos opositores. El paro mostró la potencialidad de la clase trabajadora; la posibilidad de un salto en la unidad de los trabajadores, y nos prepara para profundizar esta batalla contra los planes anti-obreros, para lo cual es necesaria una política combativa e independiente. Sí, durante 12 hrs., la ciudad fue “un caos vial” para el orden institucional y la clase dominante. El paso siguiente, es que vean el caos que puede producir a las ganancias capitalistas y al orden institucional, la paralización de la industria y los servicios a nivel nacional por parte de los trabajadores.
Por eso es que ahora más que nunca hay que preparar y hacer realidad la huelga nacional.
Del paro parcial, a la Huelga Nacional Lejos de cambiar su política, el gobierno muestra su cerrazón y desestimó la capacidad de los trabajadores para realizar una huelga nacional. No cree que las organizaciones que hicieron el paro convoquen seriamente a una huelga. Y es que las constantes declaraciones de la dirección sindical del SME, acompañada por los diputados del PRD y los dirigentes del movimiento encabezado por AMLO, de que esta lucha es “legal y pacífica”, sólo le dan confianza al gobierno de que su ofensiva no encontrará una respuesta de igual calibre por parte de los trabajadores y sus aliados del campo y la ciudad.
El paro mostró la radicalización de las bases electricistas y, que están a favor de acciones más contundentes. Por lo que la movilización debe mantener su combatividad y avanzar hacia formas superiores, de organización para no perder la fuerza y la capacidad demostrada. Para eso es necesario superar cualquier confianza en las instituciones y la justicia de la clase dominante, pues estas instituciones siempre actúan en contra de los trabajadores, como mostró hace pocos días con la negativa de la mayoría de los partidos del Congreso a discutir la controversia constitucional contra el decreto. Debemos ser conscientes de que, si se lograron algunas concesiones en el terreno legal, esto es resultado de la acción en las calles, no es el producto mágico de la acción de los abogados, ni que éstos puedan “convencer” a los jueces de la justeza de nuestras demandas. La idea de depositar todas nuestras expectativas en la acción legal – considerándola el camino principal para obtener nuestras reivindicaciones-, es perjudicial para el movimiento obrero, porque siembra confianza en la acción “legal y pacifica” y nos desmoviliza.
El retraso a convocar y poner fecha a la huelga nacional, de parte del comité central del SME y de las direcciones de las demás organizaciones en lucha, es un grave error. Lamentablemente –en el marco del brutal ataque del gobierno y los capitalistas contra el SME este 2009 terminará sin una gran huelga nacional que pueda ser un paso fundamental en derrotar el decreto de Calderón. Junto a la urgencia de convocar a esta acción, es fundamental una clara política para incorporar a los trabajadores de la industria y el resto de los servicios, cuyas organizaciones son dirigidas por los charros del CTCTM y otras federaciones y centrales oficialistas y cómplices del gobierno. Una política que llame a los trabajadores de estos sectores a sumarse y tome medidas concretas para soldar la unidad del conjunto del movimiento obrero en una gran acción unificada. Es la única forma de lograr una gran acción de los trabajadores que paralice el país.

Son ellos o somos nosotros

Cuando decimos: “Son ellos o nosotros”, significa que sólo luchando junto al resto de los oprimidos y explotados triunfaremos.
Significa que debemos desarrollar una lucha con independencia de clase, que sólo debemos confiar en nuestras fuerzas y nuestros métodos (como la movilización en las calles y la huelga nacional), y desconfiar de las instituciones de esta democracia para ricos y de los partidos patronales.
No podemos atender el llamado a que seamos respetuosos de las instituciones y actuemos “legal y pacíficamente”, como proponen desde el PRD y AMLO. Las instituciones (que son de ellos), son para perpetuar la explotación de los capitalistas y sojuzgar a la clase trabajadora (como pasó con los compañeros electricistas presos, rehenes de esta democracia para ricos). No puede ser una exigencia combativa exigirle al gobierno el “regreso a la constitucionalidad”: a esa constitucionalidad que privatiza los sectores claves de la economía y liquida la seguridad social y el régimen de pensiones en el IMSS y en el ISSSTE, legitimadas por el Congreso y sus reformas reaccionarias constitucionales. Las instituciones capitalistas están para defender los intereses de la clase dominante (la explotadora).
Las grandes luchas del movimiento obrero como Cananea y Sonora a inicios del siglo XX, no confiaron en la constitucionalidad.
Las luchas contra los gobiernos neoliberales y antiobreros es contra esa constitucionalidad.

¡Ninguna confianza en las instituciones del régimen!
¡Solo la fuerza de la clase trabajadora y nuestros métodos de lucha puede darnos el triunfo!

En la LTS, estamos hombro con hombro con los compañeros electricistas, impulsamos comités de solidaridad con su lucha (lo que implica primero fortalecer el fondo de resistencia), volvemos a plantear que la tarea inmediata es profundizar las acciones, poniendo fecha a una huelga nacional de 24 horas, incorporando a todos los sindicatos opositores a la medida del gobierno e impulsando una política activa para sumar a los trabajadores de la industria y los servicios organizados en los sindicatos oficialistas y a los millones de trabajadores sin derechos sindicales.
Hay que ponerle fecha a la huelga y organizar desde las bases medidas concretas y un plan de acción, para lograr que seamos millones los que paralicemos el país.

ASAMBLEAS DE BASE PARA ORGANIZAR LA LUCHA Y TRIUNFAR

Hace décadas no veíamos en México una movilización obrera y popular tan grande en defensa de una organización sindical, como la que hoy encabeza el SME, a pesar de la furibunda campaña del gobierno contra los trabajadores sindicalizados acusándolos de “privilegiados”.
Desde que inició esta lucha, decenas de miles de trabajadores electricistas se volvieron verdaderos activistas en defensa de su fuente de trabajo, su contrato colectivo y su sindicato, nutriendo masivamente las marchas, los mítines, las brigadas y las asambleas en cada una de las divisiones del SME.
El gobierno no pudo, con su oferta de liquidaciones y bonos adicionales, comprar la dignidad ni quebrar la unidad de los sindicalizados, que reivindican su derecho al trabajo, mientras el índice de desempleo a nivel nacional está en un máximo histórico.
Un importante sector de la vanguardia electricista opina que hay que realizar acciones más radicales para derrotar el decreto del gobierno. Éste sector alentó las “tomas” de las instalaciones el 5/Nov, y bloqueos de carreteras y calles el 11/Nov, donde participaron miles y de las que lamentablemente se deslindó la dirigencia del SME.
Hoy que está en juego la existencia de éste sindicato y, más aun, de los derechos laborales en México-, no es momento de mediatizar la voluntad combativa de los trabajadores, sino de desarrollarla conciente y organizadamente. Para ello, hay que recuperar la mejor tradición democrática del SME, hay que fortalecer los mecanismos al interior del sindicato para que la base participe y tome sus propias decisiones. En este momento crítico no es suficiente la antigua estructura sindical, que hay que revolucionar. Las asambleas se declararon permanentes al principio, no pueden seguir siendo sólo informativas o para avalar las “directrices” del Comité Central. En ellas deben respetarse y retomarse, si son avaladas por la mayoría, todas las propuestas para impulsar la lucha, aunque difieran de la línea trazada por el Comité Central. A la asamblea general deben asistir representantes de cada división con mandato de asamblea, que sean rotativos y revocables, elegidos democráticamente por la base. Lo mismo a nivel local, en lugar de los plenos cerrados de cada subcomité divisional, deben realizarse plenos de delegados de base, elegidos por sector o brigada, para organizar y dirigir al movimiento.

Desarrollar la Autoorganización desde las bases en lucha

Esta lucha ha expresado también fuertes tendencias a la alianza obrera, campesina y popular, como mostró el “paro cívico” del 11/Nov. Y la Asamblea Nacional de la Resistencia, con cientos de organizaciones. Para que esta alianza se desarrolle, no basta con reuniones donde sólo se discuta la postura de los dirigentes sindicales. Mucho menos que se imponga la postura de algunos diputados “opositores”, que temen como a la peste que la lucha se radicalice. Al contrario, luego del paro del 11, redoblemos la movilización, dando rumbo a la Huelga General.
Para prepararla, hay impulsemos asambleas en los centros de trabajo, escuelas y barrios, donde se unan los electricistas con los demás sectores obreros y populares. Hay que ganar a la base de los sindicatos charros para la lucha, mostrándoles que podemos organizar democráticamente para defender nuestros derechos. El Consejo Nacional de Huelga al que convoca el SME o las próximas Asambleas Nacionales, debería tomar las mejores lecciones de la APPO de Oaxaca y otras experiencias, como el CNH y el CGH estudiantil, organismos que, a pesar de sus límites, dieron importantes pasos hacia una organización democrática de las luchas. Para eso, el CNH debe funcionar sobre el método de democracia obrera, ejercida de forma directa con delegados rotativos y revocables que se atengan al mandato de base.
Estas asambleas deberían discutir un plan de lucha unido y un programa contra la crisis, que contemple las principales demandas de los sectores afectados por los planes del gobierno y, primero, cómo recuperar Luz y Fuerza del Centro. Esta puede ser la base para que, al calor de esta lucha, surja un verdadero poder obrero, campesino y popular, que confronte al gobierno y a las instituciones del régimen político, que quieren liquidar nuestros derechos, organizaciones y a la industria nacionalizada, a favor de los capitalistas.









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