La precarización laboral aumenta y las trasnacionales se enriquecen

13 May 2012   |   comentários

Los discursos y los informes gubernamentales día a día hacen alarde de cómo se combate la pobreza y de los empleos generados en México, pero la realidad contrasta con su propaganda.

El desempleo crece y la pobreza se agudiza en todo el país, mientras el costo de los productos básicos y de los combustibles aumenta, haciendo imposible que los trabajadores y nuestras familias podamos aspirar a salud, educación o vivienda digna.

Según datos de la UNAM 26.4 millones de mexicanos –la mitad de la población económicamente activa– trabajan en el empleo informal, lo que significa que laboran sin ningún tipo de prestaciones, seguridad social o contrato (La Jornada 19/4/2012).
Con la mitad de la población en el trabajo informal y la otra mitad con sueldos miserables, la mayoría de los mexicanos no puede adquirir los productos de la canasta básica debido a su costo, que aumentó en un año 10%: el año pasado el costo por persona era de $522.80 y ahora es de $577.55 al mes. Mientras tanto, el aumento al salario mínimo fue de menos de $3; en el 2011 era de 59.82 y en el 2012 se fijó en $62.33, una burla del gobierno y de los patrones. Pero además aumentaron de precio la gasolina, la energía eléctrica, el gas y la vivienda en los últimos meses.

Las empresas trasnacionales acrecentan sus millonarias ganancias

En los últimos días de abril se dieron a conocer los métodos de corrupción utilizados por la trasnacional Walmart, para instalar una tienda al día por todo el país durante el año pasado, hasta llegar a 2087 tiendas. Este año declaró una ganancia de 22 mil 258 millones de pesos, que contrasta con los salarios y las condiciones en las que viven sus trabajadores. Éstos reciben los sueldos más bajos del ramo y están obligados a trabajar más horas de las que les corresponden sin forma de protegerse, ya que desde su contratación firman un acuerdo que prohíbe los sindicatos.
Walmart ejemplifica la precariedad del trabajo en México: mientras los dueños de la empresa son beneficiados por los estímulos fiscales que les ofrece el gobierno “por generar empleos”, como el no pago de servicios o la donación de predios para la instalación de sus almacenes; la empresa sobreexplota a sus trabajadores, que por sus bajos salarios ven circular las mercancías sin poder adquirirlas.

Organización de los trabajadores, la única opción

Los dueños de las grandes empresas nacionales o extranjeras son protegidos por las leyes, para garantizar las ganancias en sus negocios y proyectar una imagen de México como un buen lugar en donde invertir, en donde las instituciones gubernamentales hacen todo para protegerlos, en donde se puede encontrar mano de obra barata y un gran ejército de desempleados desesperados por conseguir trabajo.
A los trabajadores nos arrebataron casi todas las conquistas que generaciones atrás se lograron. El gobierno prepara la ya muy anunciada reforma laboral con la que se pretende despojarnos de todo tipo de protección en contra de la patronal, e imponer una situación más precaria.
Luchemos en unidad –sindicalizados y no sindicalizados–en contra de los ataques del gobierno, con independencia de clase, con nuestros propios métodos y con nuestras propias fuerzas: la huelga y el paro general. ¡Abajo los salarios de miserias y los ritmos esclavistas que nos obligan a dejar la vida en el empleo! Por un aumento salarial de emergencia de acuerdo con el costo de la canasta básica; por la basificación y plenos derechos sociales, laborales y sindicales para todos los trabajadores; por el reparto de horas de trabajo entre empleados y desempleados, por el control obrero en toda empresa que cierre o despida a sus trabajadores. ¡Que la crisis la paguen los capitalistas!









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