¿El despertar de un coloso?

Huelga en Oakland: unidad entre jóvenes y trabajadores

09 Nov 2011   |   comentários

Ocupa Oakland convocó entonces a una huelga general como medida de protesta para el pasado 3 de noviembre. Se realizó la huelga y tuvo acatamiento parcial entre trabajadores portuarios, enfermeras y maestros. De acuerdo con la prensa burguesa, de los 325 estibadores sindicalizados, sin convocatoria oficial del sindicato, pararon 40; se plegaron a la medida alrededor de 300 maestros (15% del total); también participaron cientos de trabajadores municipales. Algunos comercios cerraron en solidaridad con la acción. Incluso un cine manifestó en su cartelera la solidaridad con la huelga. Oakland, quinto puerto industrial de Estados Unidos, dejó de operar por la huelga general. Se realizaron acciones en solidaridad en Nueva York, Houston, Boston, Los Ángeles y muchas otras ciudades estadounidenses. Veteranos de guerra se unieron a las protestas porque no consiguen trabajo.

Informó el diario El País que “entre los asistentes había padres con sus hijos, parados (desocupados, N. del R.), representantes de los universitarios (fuertemente endeudados para pagar sus estudios pero con dificultades para encontrar un trabajo que les permita saldar sus créditos), admiradores de los Pantera Negra (movimiento afroamericano que se fundó en Oakland), médicos con carteles a favor de un sistema de salud para todos, jóvenes con caretas de los activistas cibernéticos Anonymus o con pegatinas de apoyo a Bradley Manning (el soldado que permanece en la cárcel por filtrar documentos secretos a Wikileaks). Los acampados, que al igual que los españoles, reciben comida gratis de los comercios de la zona”.

En 1946 en esta misma ciudad tuvo lugar la última huelga general en Oakland, hasta este año. Fue parte de la ola de huelgas de 1945-1946, en las postrimetrías de la Segunda Guerra Mundial. Los conductores de tranvías y autobuses se negaron a cruzar los cordones policiales establecidos para escoltar a los camiones esquiroles en la línea del piquete de 425 empleados huelguistas, la mayoría mujeres, en la tienda departamental Hasting and Kahn en el centro de Oakland: así estalló la huelga. Al día siguiente, furiosos, los camioneros marcharon al centro y se reunieron frente a la tienda, en Latham Square. El día 3 de diciembre 142 sindicatos de la Federación Sindical Americana del Condado Alameda declararon “día libre” y alrededor de 100 mil trabajadores se marcharon de sus trabajos. Su marca distintiva fue haber desbordado a los sindicatos tradicionales y una profunda solidaridad de clase. En 1947, una ley federal declaró ilegal que los sindicatos paren en solidaridad con otros trabajadores.

Tras sesenta y cinco años, los trabajadores y el pueblo de Oakland han retomado lo mejor de su tradición histórica. Convocada por el movimiento Ocupa Oakland, trabajadores de distintos sindicatos tomaron la huelga como propia; si bien no se paró por completo la ciudad, sí se suspendieron las actividades en el puerto por unas seis horas. Alrededor de 10 mil manifestantes reclamaron castigar a los responsables de la crisis económica que afecta a Estados Unidos, protestaron contra la represión y contra la desigualdad económica y social en el país y exigieron que se cobren impuestos a los ricos.
Se dio en las calles la unidad entre trabajadores y sectores de la clase media baja estadounidense, inmigrantes y afroamericanos. Aun cuando no fue una huelga general masiva de la ciudad, muestra un salto en la radicalidad del movimiento Ocupa Wall Street: de mítines, acampadas y manifestaciones se pasó al llamado a una huelga general.
Los jóvenes junto con trabajadores bloquearon el puerto para detener el flujo de capital. Las pérdidas para los empresarios se calculan en decenas de millones de dólares. Ése es el enorme poder de la clase obrera: detener la circulación y la producción de mercancías.

La huelga del 3 de noviembre, aun con límites, resalta la importancia de la unidad con los trabajadores y retoma la idea de la huelga general como método de lucha de la clase obrera. Plantea la potencialidad de los trabajadores en lucha para enfrentar los ataques de los capitalistas ante la crisis. Frente a quienes reivindican el carácter espontáneo, horizontal y aclasista del movimiento de los indignados, la acción de Oakland demuestra una nueva perspectiva. Lo que inició como una acción defensiva frente al desalojo de Ocupa Oakland fortaleció el movimiento con la incorporación de sectores de trabajadores. ¿Esto es suficiente? No, pero constituye un avance. Los primeros pasos de la unidad entre los jóvenes y los trabajadores en el corazón del imperialismo insuflan nueva energía para avanzar en la lucha contra el capitalismo. Sólo la clase obrera, acaudillando a los sectores populares, puede plantear una salida alternativa a la debacle capitalista. Frente a la crisis y las primeras respuestas de la vanguardia está planteado más que nunca avanzar en la lucha por construir un partido revolucionario internacional. Un viento fresco sopla desde el norte hacia el mundo, hacia la vanguardia obrera y juvenil que enfrenta a los personeros del capital en Grecia, en el Estado Español, en el Magreb, en Chile y en Colombia.

El grupo SULU, junto a otras organizaciones de Los Ángeles Contra la represión en Oakland y en solidaridad con la huelga general

1 Carmen Pérez Lanzac, “Miles de indignados bloquean el Puerto estadounidense de Oakland”, 3 de noviembre de 2011.

2 Aaron Brenner, Benjamin Day, Immanuel Ness “1945-1946 Strike wave”, en The encyclopedia of strikes in America history.









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