Editorial de Estrategia Obrera 67 - Julio 2008

Frenar el ataque contra los trabajadores y el pueblo

30 Jun 2008   |   comentários

Los trabajadores y el pueblo de México presenciamos nuevos intentos de avasallar nuestras conquistas, mientras aumenta la carestía de la vida, bajo el ataque que significa la inflación de precios de la canasta básica, los servicios y el transporte.

PEMEX al mejor postor

El gobierno está decidido a entregar el petróleo en beneficio de las grandes empresas trasnacionales norteamericanas y europeas. Es por eso que Calderón viajó recientemente a España, donde convocó a los empresarios ibéricos a invertir en México, lo que en realidad es un llamado para que «le entren» a la privatización de PEMEX.
Los trabajadores no debemos engañarnos con los discursos privatizadores que nos hablan de que están buscando la «modernización» de la industria petrolera. Lo que pretenden es entregar el acceso a las fuentes de combustibles a los imperialistas, en un negociado donde lo que estos «invertirán» no será nada comparado con lo que obtendrán en los próximos años, y donde aprovecharán la infraestructura financiada previamente por el estado mexicano. Al servicio de estos planes está el «debate» del Senado, un verdadero engaño contra los trabajadores y el pueblo, donde de antemano está decidido lo que el gobierno y el Congreso intentarán imponer en contra de los intereses populares.

Inflación y carestía contra los trabajadores

Mientras tanto, las consecuencias de la convulsiva situación que atraviesa la economía capitalista internacional, se sienten con fuerza en el bolsillo de los trabajadores. El aumento de los precios internacionales de los alimentos básicos impacta y provoca una inflación de los productos de la canasta básica, que en los últimos meses aumentaron entre un 50% y un 70%. Mientras que las grandes transnacionales son las responsables directas de este incremento internacional de los precios, las grandes empresas de producción y comercialización que actúan en el mercado nacional son las que alientan una dura escalada inflacionaria. Los capitalistas no sólo no pierden nada, sino que obtienen mayores ganancias, ya que los salarios continúan por el piso.
Todo esto se hace con el aval y la protección de este gobierno de y para empresarios. Eso es lo que muestra el anuncio de Calderón de que se controlará el precio de algunos productos, sin incluir los que integran la canasta básica de los trabajadores.

Topes salariales y militarización

Esta situación se da mientras se mantienen los topes salariales, defendidos a capa y espada por Javier Lozano, Secretario de Trabajo, quien cínicamente declaró que un aumento de emergencia atizaría la inflación y que hay que «aumentar la productividad». Es una burla contra los trabajadores afirmar que un aumento salarial provoque mayor inflación, cuando ésta es alentada por la suba de los precios internacionales y por la voracidad de las trasnacionales. Esta mentira quiere ocultar que los salarios estancados garantizan las ganancias capitalistas; y ahora Lozano pretende que aumente la productividad (es decir la explotación) para beneficiar aún más a los empresarios!
Al servicio de este ataque se mantiene la antidemocracia; como se ve en el debate amañado en el Senado y en la militarización en varios estados, con la excusa del «combate al narcotráfico». Calderón y las instituciones de este régimen están lejos de la más elemental democracia, y muestran una y otra vez que son los garantes del ataque que pulveriza el salario y prepara la entrega a las trasnacionales.

Luchar contra los planes de Calderón

Como planteamos en otras ediciones del periódico, sectores de trabajadores han dado importantes luchas contra el gobierno, como los mineros y el magisterio de la CNTE, que realizó plantones, movilizaciones y paros en distintos estados (ver página 3).

Hoy, una tarea fundamental es unificar a los sectores en lucha, e incorporar a los sindicatos y organizaciones populares que pretenden enfrentar la entrega de PEMEX y la ofensiva del gobierno y los capitalistas. Esto se haría real si la CNTE, junto al SME y los sindicatos de la UNT, convocasen a un gran Encuentro de Trabajadores. En ese encuentro –que podría realizarse con delegados electos desde las bases y con mandato- podríamos discutir cómo retomar la movilización para torcerle el brazo al gobierno y preparar la huelga nacional contra la entrega de PEMEX, incorporando a los trabajadores petroleros y los sindicatos controlados por el charrismo de la CTM. Desde la LTS propondríamos que la huelga nacional retome la consigna de renacionalización sin indemnización de todas las áreas concesionadas al capital privado, y por el control de los trabajadores de toda la industria petrolera.

Al mismo tiempo, los socialistas revolucionarios consideramos que es fundamental que los trabajadores y los sindicatos discutan e impulsen un programa para que la crisis la paguen los capitalistas.

Una medida elemental para preservar las condiciones de vida de las masas populares es el congelamiento de precios, bajo el control de las organizaciones obreras y populares, garantizando el acceso a la canasta básica para el conjunto de la población, y expropiando a las empresas productoras y tiendas de autoservicio que especulen o aumenten los precios, y poniéndolas en manos de sus trabajadores.

Junto a esto, luchar por un aumento salarial de emergencia que cubra una canasta básica, cuyo contenido sea fijado por los sindicatos e instituciones como la Universidad Obrera, lo cual debería acompañarse de implementar una escala móvil de salarios de acuerdo a la inflación.

Al mismo tiempo, frente al cáncer del desempleo que mina la fuerza de la clase obrera y le impide el elemental derecho a trabajar, los sindicatos tienen la obligación de luchar por el reparto de las horas de trabajo entre empleados y desempleados, con un salario digno, combinándolo con la exigencia de un plan de obras publicas, bajo la fiscalización y control de las organizaciones obreras. Y, ante los despidos y cierres que pueda ensayar la patronal, es esencial luchar por la expropiación y/o reapertura de toda fábrica o centro de trabajo que cierre o despida, sin indemnización y bajo control obrero.

Esto es un programa elemental que cualquier organización que se precie de defender a los trabajadores debería levantar, y que es el único camino realista para preservar la misma existencia de los trabajadores y el pueblo.

La preparación de la huelga nacional debe ir acompañada de un programa como éste, para que la crisis la paguen quienes la provocaron y son los responsables directos del alza de precios y la miseria de los trabajadores: los capitalistas.









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