El voto migrante dejado a un lado en las elecciones intermedias

02 Nov 2014   |   comentários

Para las elecciones intermedias en Estados Unidos, los 25.2 millones de latinos con derecho a voto han sido olvidados. A pesar de las promesas de Obama y sectores demócratas, las aspiraciones sobre la tan esperada reforma migratoria continúan frustradas. Mientras mexicanos y centroamericanos de todas las edades siguen padeciendo las deportaciones o la permanencia en los centros de detención.

Botín electoral

No es que los demócratas en campaña hayan olvidado que el voto migrante constituye el 11% del electorado a nivel nacional. Pero no están dispuestos a poner el tema sobre la mesa frente a la competencia por las cámaras ya que, según todos los analistas electorales, los estados clave de la elección, no tienen importante concentración latina.

Los aspirantes a las dos cámaras del Partido Demócrata, han preferido ceder a la presión de los sectores también demócratas que están en contra de una reforma migratoria.

Así que el tema, que hoy no figura en la prensa norteamericana, volverá a adquirir relevancia hacia las presidenciales del 2016 donde ya algunos analistas plantean, los demócratas seguramente enfrentarán las consecuencias de haber prometido una reforma que nunca llegó y de que Obama se ubicó en los hechos como el presidente de las deportaciones y las detenciones de niños.

Descontento en la comunidad latina

Según la encuesta Gallup, el nivel de aprobación del sector latino a Obama se desplomó en 20 puntos en el último periodo. El pasado viernes 31 de octubre, el descontento ha inundado espacios públicos y redes sociales. Reclaman que la Reforma migratoria esté puesta al servicio de los intereses electorales, que se haya pospuesto su discusión hasta pasada la contienda y la utilización del voto latino para las conveniencias políticas de demócratas y republicanos. En las leyendas callejeras y el ciberespacio se puede leer “Dejen de deportar a las familias inocentes. No más familias separadas”.

Apenas hace unos meses, el mundo se conmovió con las escenas de los centros de detención de niños migrantes, pero tanto demócratas como republicanos tienen una agenda distinta a la de millones de familias trabajadoras que año con año cruzan el corredor migratorio más importante del globo.









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