El cruce de los migrantes centroamericanos por México es uno de los más peligrosos del mundo

28 Jan 2011   |   comentários

Para los migrantes que entran a México por Chiapas, el cruce del río Suchiate es donde comienza la travesía, regularmente decenas de balsas neumáticas reforzadas con madera atraviesan el río con mercancías, jornaleros y migrantes entre Guatemala y México.

Es la primera etapa de un largo viaje que intentarán concluir miles de migrantes. Una minoría con suerte, llegarán a los Estados Unidos, pero el grueso serán detenidos y repatriados principalmente en Chiapas, Tabasco, Veracruz, Oaxaca y en el DF. Tan sólo cada mes son localizados aproximadamente ¡60 mil indocumentados!, el 95 por ciento provenientes de Guatemala, Honduras y El Salvador.

Por cada 60 mil migrantes, unos 3 mil son menores de edad, mil de éstos niños menores a 11 años.

Pero con el aumento de la violencia militar y la guerra contra el narco del gobierno de Calderon, el año 2010 fue el más violento para los miles de hombres, mujeres y niños que intentaron llegar a Estados Unidos. Según organizaciones de derechos humanos, México se ha convertido en uno de los cruces más peligrosos del mundo.

El tren de la muerte ya no es el mayor de los peligros

En camino hacia la frontera norte de México es a pie, en autobús, pero sobre todo trepados en el techo de la red de trenes de carga que hasta hace unos años era el peor de los peligros. La bestia como le llaman muchos, supone el salto hacia lo desconocido, con la esperanza de cumplir el sueño de una vida mejor, donde los obstáculos y peligros a los que se enfrentan son impresionantes.

Ahora además de sufrir los cotidianos robos y rapiña, extorsiones y múltiples vejaciones, donde niñas y mujeres son violadas a manos de policías, militares o pandillas, se suma el secuestro masivo de migrantes que en 2010 se calcula llegó a 20 mil.

En medio del cinismo de las autoridades federales prevalece la impunidad y distintas bandas criminales se fortalecen en todo el país, en el negocio del secuestro, la trata y el tráfico de personas, tráfico de órganos, la prostitución y además son utilizados para llevar drogas hacia la frontera.

Las maras de la M13, Los Zetas y delincuentes múltiples según sea el estado se extienden a la vista de las autoridades federales. Cada vez más organizados, con casas de seguridad, compran autoridades, controlan el paso del tren y los caminos y acechan migrantes como clientes cautivos.

El caso más grave se dio en agosto de 2010, con la masacre de Tamaulipas de 72 migrantes centroamericanos, por una banda criminal organizada; sumado al número desconocido de asesinados y desaparecidos.

Que los centroamericanos logren sobrevivir o llegar a la frontera norte, se debe sólo a la voluntad de sus familias para rescatarlos desde sus países y liberarlos, a su empeño y solidaridad que encuentran a lo largo del camino.

La política del gobierno hace de la vista gorda

Las agresiones antiinmigrantes en México se consolidan en el marco de la política reaccionaria que atenta contra los derechos humanos cotidianamente, la militarización y la impunidad, son responsabilidad de un gobierno ocupado por garantizar mayores ganancias para la burguesía y sus negocios con el imperialismo.

Poca diferencia hay en las vejaciones en la frontera norte, con las leyes racistas de Arizona, se consolida la reacción antimigrante por parte de Estados Unidos, junto al fortalecimiento de los sectores conservadores que exigen más deportaciones.

Organizaciones de derechos humanos y sectores solidarios ligados a la iglesia, han realizado protestas y denuncias por el incremento de los crímenes a los migrantes. En las protestas han señalado la responsabilidad de funcionarios y gobiernos estatales, como el de Ulises Ruiz que recién concluyó, cómplices de las violaciones a los derechos humanos contra los migrantes (bajo su gobierno Oaxaca se convirtió en el primer lugar de secuestros masivos de migrantes). Además han denunciado los casos de migrantes desaparecidos a la fecha y la falta de investigación federal.

Ante estos principios de protestas a favor de los hermanos centroamericanos, es necesario que todas las organizaciones sociales, de derechos humanos mostremos nuestra solidaridad activa con los migrantes centroamericanos en todo el país. En repudio a los asesinatos, secuestros y demás crímenes contra migrantes. Contra la militarización y la acción de las bandas criminales.









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