Las contradicciones de la «pata izquierda»del régimen

EL PRD: UN PARTIDO BURGUÉS CLÁSICO

16 Apr 2005   |   comentários

Nuestra defensa del derecho de López Obrador a participar en las elecciones no significa que dejemos de advertir, a los trabajadores y a la juventud, respecto de la estrategia y la política de este partido, más aun cuando desde 1988, una parte importante de la población confió sus ilusiones en el PRD, esperando la democracia que el viejo régimen del PRI negó a las masas durante 70 años.

Ante esto, sectores de la izquierda y a muchos sindicatos considerados independientes llamaron a los trabajadores a confiar en el nuevo partido que surgía como opositor. Este apoyo se tradujo en acuerdos electorales que ubicaron a activistas sindicales, sociales y de la izquierda como sus principales promotores. Pero los años siguientes este partido mostró, allí donde gobernó, ser garante de la propiedad privada. Esta fue una cooptación que acabó con la relativa autonomía política e independencia orgánica de muchas organizaciones de izquierda.

El PRD, por su programa, su dirección y su política es un partido burgués con una ubicación de «centro-izquierda» que, en los últimos meses, venía en un franco proceso de derechización. Ante el desprestigio del PRI y del PAN, nuevos sectores populares y de trabajadores se han identificado con el PRD. Sus compromisos con sectores empresariales y eclesiásticos, y su coincidencia con el PAN y PRI en la «necesaria»inversión de capital privado en la industria energética muestran su carácter de clase, de igual forma que su posición sobre la deuda externa y el TLC, cuando sostiene la necesidad de «renegociarlos» y no romper con esas cadenas colonizadoras. Ante ello, no tiene ninguna «justificación» la adaptación de sectores de la izquierda al PRD ni los llamados a disolverse en ese partido (o a votarlo «críticamente»).

LA PUGNA ENTRE LEONEL COTA MONTAÑO Y CAMILO VALENZUELA

En la necesidad de definirse ante el imperialismo y la patronal como alternativa de recambio burgués, el PRD enfrenta una gran contradicción, pues debe considerar las ilusiones de sectores de las masas que confían en él y lo ven como alternativa al PRI y al PAN. Aunque AMLO aparece como la oposición a estos partidos, nuevas movilizaciones obreras y populares (como las de 2003-04) profundizarían esta contradicción. Solo una gran presión de las masas o la represión contra este partido a partir del desafuero, podría radicalizar su política. Hoy existe la posibilidad de que, ante la inconsecuencia del PRD en ir al final en la lucha contra las medidas bonapartistas del gobierno y el PRI, sectores de masas empiecen a actuar con independencia del PRD.

Es en ese contexto que el ex-priísta Leonel Cota, bajo la orientación de AMLO, tiene la tarea de proyectar al PRD como un claro partido del régimen. Pero como en todo partido burgués, hay sectores que expresan matices respecto de la orientación general de la mayoría de la dirección y sostienen que el PRD debe cuestionar más abiertamente aspectos de la ofensiva imperialista y oponerse a la derechización y la antidemocracia. Sectores como el encabezado por Camilo Valenzuela piensan que pueden lavarle la cara al PRD para hacerlo atractivo como partido de izquierda, y opinan que sólo habría que quitarle la burocracia ex-priísta y ex –estalinista de la dirección.

Ni por la política, ni por el programa, ni por los métodos (apostó a negociar la secretaría general con Cota Montaño), Camilo Valenzuela, un dirigente «anti-reformista» que dirigía la «Corriente Socialista» en los ´80, expresa siquiera una política independiente, proletaria, revolucionaria. Son parte de la nomenclatura que disputa el poder a los grupos más de derecha al interior del PRD.

Si Valenzuela hubiera ganado la dirección del «sol azteca» ¿hubiera cambiado el programa y el carácter de clase del PRD; acaso hubiera llamado a romper los pactos con el imperialismo; o propondría expropiar a los grandes capitalistas y terratenientes para resolver las grandes carencias de la población? Parece innecesario decirlo, pero la militancia de los socialistas en un partido burgués constituye una ruptura con el marxismo.









  • No hay comentarios para este artículo