Ante las elecciones intermedias de 7 de Junio: Anula tu voto!

03 Jun 2015   |   comentários

Las próximas elecciones intermedias en dónde se disputan diversas gubernaturas estatales y la renovación del Congreso de la Unión son, como hemos denunciado insistentemente en distintas declaraciones y pronunciamientos desde el MTS-Movimiento de los Trabajadores Socialistas, una verdadera trampa que intenta recomponer la legitimidad del régimen político y sus principales partidos políticos, tan cuestionada por los trabajadores, jóvenes y sectores (...)

Declaración política del Movimiento de los Trabajadores Socialistas (MTS)-

Agrupación Política Nacional

Las próximas elecciones intermedias en dónde se disputan diversas gubernaturas estatales y la renovación del Congreso de la Unión son, como hemos denunciado insistentemente en distintas declaraciones y pronunciamientos desde el MTS-Movimiento de los Trabajadores Socialistas, una verdadera trampa que intenta recomponer la legitimidad del régimen político y sus principales partidos políticos, tan cuestionada por los trabajadores, jóvenes y sectores populares que dieron vida al movimiento por la aparición de los 43 Normalistas de Ayotzinapa durante los últimos meses del año 2014, que además de exigir la aparición con vida de los normalistas desaparecidos, demandaba la caída del gobierno de Peña Nieto y el PRI, mientras que denunciaba al resto de los partidos como cómplices y al ejército y las intuiciones policiacas como autores de la desaparición.

El régimen político, encarnado principalmente en partidos como el PRD, el PRI, el PAN y en instituciones como el INE (que muestra su subordinación a los planes del gobierno al favorecer el Partido Verde), pretende convencernos de ir a votar este próximo 7 de junio, a casi a 9 meses de la desaparición de nuestros compañeros normalistas, para respaldar en las urnas a los candidatos y programas políticos de los mismos partidos que hasta hace algunos meses eran repudiados masivamente en todo el país, mostrando la crisis de representación política del régimen político mexicano y de los partidos existentes.
Al mismo tiempo, son estos mismos partidos políticos quienes en medio de profundas contradicciones en su relación con el movimiento de masas y con partidos pilares de la gobernabilidad como el PRD hoy en crisis, avalan y perpetúan las prácticas más bárbaras y antidemocráticas que le dan a este régimen asesino su carácter autoritario y degradado, producto de la subordinación al imperialismo estadounidense y sus políticas para recolonizar su “patio trasero” (México y Centro América) y el conjunto de América Latina.
En este sentido, el gobierno ha aprovechado esta coyuntura de reflujo del movimiento a nivel nacional para, además de aprovechar la trampa electoral para recomponer su imagen y legitimidad, re lanzar una enorme ofensiva en contra de los más elementales derechos y libertades democráticas, los derechos de la clase trabajadora, la juventud y las mujeres. Por eso el aumento en la militarización del país, las desapariciones de luchadores sociales feminicidios y el ataque a las libertades democráticas como las que golpean el ejercicio del derecho a la libertad de expresión. Este es el verdadero rostro autoritario del “nuevo” PRI.
Confirman esto la dura represión que han sufrido los jornaleros de San Quintín en Baja California y la cerrazón del gobierno a resolver sus demandas de aumento salarial y mejores condiciones laborales. Lo confirma la aprobación de la reforma al artículo 123 Constitucional que elimina para los trabajadores del Estado el derecho a sindicalización, huelga y contratación colectiva, así como los despidos masivos de trabajadores petroleros, consecuencia de la entrega de los recursos energéticos a las empresas transnacionales, como producto de la reforma energética.
Estos grandes ejemplos, van acompañados por otros golpes que expresan esta ofensiva contra la clase obrera y sus condiciones de vida, como los despidos en Mazda y Volkswagen por citar algunos, que demuestran que los trabajadores poco podemos esperar de este régimen político al servicio de los intereses de los patrones. Sin embargo el movimiento obrero de forma incipiente y viniendo de esta situación de ataque, con direcciones sindicales burocráticas y pactistas, comienza a dar muestras de luchas aún moleculares y más aisladas.

Por si fuera poco, dos nuevos eventos trágicos ejemplifican lo profundo de la degradación de esta democracia para ricos. El primero es la desaparición de más de 30 pobladores del municipio de Chilapa, Guerrero supuestamente obra de los Carteles locales de la droga, y el segundo, la muerte de 42 presuntos integrantes del Cartel de Jalisco a manos del Ejército en Ecuándureo-Tanhuato, Michoacán. Ambos eventos recuerdan la desaparición de los 43 normalistas y las ejecuciones extrajudiciales ocurridas en Apatzingán en Enero del año pasado, así como al caso Tlatlaya, todos ellos, eventos en los que se ha demostrado participación directa del ejército y de las policías de distintos órdenes.

Estas expresiones de violencia tienen su razón de ser en la política de militarización y “guerra contra el narcotráfico” de los últimos 8 años, iniciada en el gobierno del PAN, pero avalada y continuada por el resto de los partidos, PRI, PRD y sus partidos aliados; mandatada desde el gobierno estadounidense según los intereses del imperialismo gringo y ninguno de los partidos está dispuesto a enfrentarlo, ni para frenar el baño de sangre que sufrimos los jóvenes, mujeres y trabajadores, ni para frenar la entrega de nuestros recursos, la subordinación económica y la súper explotación de los trabajadores mexicanos.

No obstante la enorme ofensiva del gobierno del PRI y el conjunto del régimen político, hay una serie de elementos que juegan en contra de los planes del gobierno de relegitimarse y de lograr la estabilidad necesaria para seguir avanzando en su programa de entrega al imperialismo y de recorte de conquistas y derechos para los trabajadores y sectores populares.

En este sentido, la estrategia de militarización, la continuidad de la “guerra al narcotráfico” y sus consecuencias, de la mano de otras muestras de autoritarismo son elementos que siguen generando un importante descontento, como sucedió con el reciente operativo en Jalisco y con las ejecuciones de Tanhuato.

Además, la salida de algunos sectores de trabajadores a luchar, como los Jornaleros de San Quintín, que se convirtió en un gran ejemplo y concitó gran simpatía, a la par de otros sectores, como molecularmente los trabajadores de las industrias maquiladoras del norte del país, contra la burocracia sindical y por mejores condiciones laborales, podrían alentar la salida de nuevos sectores a las calles a pelear, como los trabajadores estatales o petroleros que también vienen siendo duramente golpeados.
Además, estas muestras de descontento se dan en el marco de una gran crisis de legitimidad del régimen político, que se ve reflejada en la crisis del PRD como ala “izquierda” del régimen y en la caída de los niveles de aprobación del gobierno de Peña Nieto. Esta falta de legitimidad del régimen se expresa además en un amplio sector de jóvenes y trabajadores, mucho nacidos a la vida política con el movimiento por la presentación de los 43 normalistas y encabezado por los padres de los normalistas de Ayotzinapa que llaman a no caer en la trampa electoral, llamando a votar nulo, a no votar o a boicotear las elecciones.

Por ejemplo, uno de los varios focos rojos que el gobierno priista ha señalado, ante las elecciones es el boicot que están impulsando la CNTE en varios estados (principalmente Michoacán, Oaxaca y Chiapas) y la CETEG en Guerrero, y que ha significado la quema de decenas de miles de boletas electorales.

Además, han sido decenas de académicos, intelectuales y organizaciones políticas y sociales, las que respaldan el llamado a votar nulo en las elecciones o bien a no votar abriendo un fuerte debate a nivel nacional. Evidencia esta, de que habrá miles y miles que lejos de avalar la trampa electoral este 7 de junio expresarán su falta de confianza en esta democracia asesina, al servicio de los empresarios y el imperialismo.

Por otro lado, a pesar de que el MORENA cuestiona superficialmente algunas de las políticas planteadas por los demás partidos del régimen y crea ilusiones en muchos trabajadores, jóvenes y mujeres que quieren enfrentar la ofensiva de los patrones y los partidos a sus servicio, consideramos que no es una verdadera alternativa para defender las conquistas y derechos de los trabajadores y la juventud. AMLO, máximo dirigente de MORENA ha planteado históricamente una política totalmente respetuosa del orden e institucionalidad de esta “democracia” y de sus instituciones, política que se opone a una verdadera lucha por transformar al régimen desde la raíz y por romper con la subordinación al imperialismo norteamericano.

En 2006 tuvo una gran oportunidad de enfrentar al régimen y sus instituciones, pero al contrario, contuvo y desvió al movimiento, y no fue obstáculo ante el gobierno de la militarización y el regreso del PRI. En 2014 demostró su carácter como político del régimen nuevamente, al repudiar solo tibiamente la desaparición de los 43 normalistas y sin llamar sólidamente a su base a movilizarse por su aparición con vida, su principal preocupación era desligarse de relación alguna con los Abarca y sacar provecho de una eventual elección presidencial anticipada ante el PRD, sin confrontar al régimen.

Además, hoy descalifica a los cientos de miles de jóvenes que dieron vida al Movimiento por Ayotzinapa y a los padres de los compañeros normalistas desaparecidos, por rechazar este proceso electoral como lo que es, una verdadera trampa, demostrando claramente que está por la preservación del régimen político, pese a su discurso (cada vez menos) opositor.

Consideramos, en este sentido, que votar por el MORENA, lejos de fortalecer la lucha contra el antipopular régimen político impide construir un referente político independiente, que responda a los intereses de los jóvenes, las mujeres, los trabajadores y los sectores populares.

Por eso frente a las elecciones intermedias del próximo junio, que son una verdadera trampa para recomponer la legitimidad del régimen, sus instituciones y partidos, llamamos a responder con una gran campaña política por la anulación del voto con la consigna “Nos faltan 43”, una política independiente de todos los partidos políticos, que empalma con el descontento y el repudio al régimen, sino pensar en re-fortalecer un enorme movimiento que pueda hacerle frente a la nueva ofensiva de los partidos del régimen en nuestra contra.
Como MTS- Movimiento de los Trabajadores Socialistas hemos levantado esta campaña de manera intensa entre sectores de la juventud, los trabajadores y las mujeres como Agrupación Política Nacional invitamos a todos aquellos que cuestionaron al régimen exigiendo la aparición con vida de los normalistas, que luchan o buscan luchar en defensa de sus derechos laborales, en defensa de las libertades democráticas, contra la subordinación económica y política el imperialismo gringo a sumarse al impulso de este llamado por la anulación del voto desde sus centros de trabajo y escuelas.

Pero además, esta política por anulación del voto, debe estar estrechamente ligada a hacer realidad una de las lecciones que para nosotros deja el gran movimiento por Ayotzinapa. Movimiento que ha logrado poner en crisis al régimen político, pero que no logró desafortunadamente ir más lejos debido a que las si las direcciones sindicales y políticas que encabezaron el movimiento dejaron de plantearse una estrategia que empuajra a los trabajadores y sus sindicatos a participaran decididamente de la lucha, recurriendo a sus métodos de lucha como el paro y la huelga general, para hacer posible la caída del gobierno de EPN y abrir discusión sobre cómo derribar al régimen político.

Pero esta perspectiva no se desarrolló, principalmente por la ausencia de un partido revolucionario de combate, forjado en la lucha de clases, aun así, el escenario de crisis de legitimidad del régimen, el surgimiento de toda una nueva generación de jóvenes y trabajadores y la aparición de lucha en algunos sectores de la clase trabajadora, cuyo mejor ejemplo es San Quintín, significan una enorme posibilidad para dar nuevos y firmes pasos en el camino para construir esta gran organización política de la juventud, los trabajadores y las mujeres que les sirva de herramienta para pelear por sus intereses y condiciones de vida, que esté dispuesta a luchar consecuentemente contra los programas y políticas de los partidos patronales, los grandes empresarios nacionales y extranjeros y del imperialismo de Estados Unidos.

Es por esto que a la par que hoy llamamos a repudiar las elecciones y a anular el voto, llamamos a construir una Izquierda de la Juventud, las mujeres y los trabajadores, súmate al MTS-Movimiento de los Trabajadores Socialistas.









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