¿A dónde va la Convención Nacional Popular?...

24 Feb 2015   |   comentários

¿A dónde va la Convención Nacional Popular?
Aldo Santos. Estudiante normalista

Antecedida por una marcha de 15 mil personas en Chilpancingo, los días 5 y 6 de febrero se realizó la Convención Nacional Popular en la Normal Rural de Ayotzinapa, Gro. Convocada por los compañeros y padres de los 43 normalistas desaparecidos, la Convención congregó a más de 2 mil personas y a 244 organizaciones de distintos estados del país.

En el camino de la unidad

La Convención sesionó en tres mesas de trabajo. En la mesa 1 se acordó convocar a una segunda Convención (en abril), con el fin de sumar fuerzas. Para ello, se decidió integrar una junta organizadora de la segunda Convención, encabezada por los padres de familia de los 43 y los normalistas de Ayotzinapa.

En la mesa 2, partiendo de las consignas de “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”, “¡Fue el Estado!” y “¡Fuera Peña!”, se definieron cinco demandas esenciales: 1) Presentación con vida de los 43; 2) Castigo a los responsables y justicia para los agraviados; 3) Libertad a los presos políticos; 4) Fuera Peña; y 5) Abrogación de las reformas estructurales. Esta mesa se pronunció también por un Congreso Nacional Constituyente que establezca “nuevas instituciones y un gobierno basados en las decisiones del pueblo trabajador.”

En la Mesa 3 se acordaron como acciones: 1) Jornadas político culturales; 2) Brigadeo nacional con los padres de los 43, estudiantes y las organizaciones que integran la Convención; 3) 9ª Jornada de Acción Global por Ayotzinapa; 4) Marcha por la libertad de los presos políticos; 5) Boicot al proceso electoral; 6) Congreso de estudiantes normalistas; 7) Marcha nacional de enfermeras (12 de febrero).

Un paso adelante

La participación en la Convención de decenas de organizaciones y sus resoluciones expresan que el movimiento por los 43, a pesar de su retroceso, no ha muerto; tampoco el descontento social contra el gobierno y el régimen político.

La Convención representa un avance para la unidad del movimiento, ya que en estos meses no había surgido un frente tan amplio de organizaciones, que se posiciona frente al régimen con un programa progresivo y un plan de lucha combativo, así como se propone generar las condiciones para una huelga general política por la caía de EPN y la instauración de un “gobierno popular”.

Límites y desafíos

Sin embargo, los presentes reconocieron que para lograr sus propósitos el movimiento tiene que ampliarse y reforzarse. Es necesario promover la auto-organización impulsando asambleas en cada escuela, comunidad y centro de trabajo, para que la segunda Convención funcione con delegados rotativos, revocables y con mandato de base, evitando así que sus resoluciones se reduzcan a acuerdos cupulares de las organizaciones.

La participación en el movimiento de las organizaciones sindicales, como el SME, la CNTE y la UNT, debe ser menos formal y más activa. Recíprocamente, la Convención debe comprometerse a respaldar todas las luchas, para que ninguna quede aislada. Lamentablemente, esto no se expresó en la reciente movilización en el D.F. de los maestros de la Sección XXII de la CNTE (Oaxaca), quienes fueron reprimidos contando con un escaso apoyo, como sucedió con la marcha de las enfermeras (12/2).

Por la unidad con el movimiento obrero

La Convención no definió ninguna política para dialogar con los millones de trabajadores que no están organizados o tienen sindicatos charros, como los petroleros, los electricistas del SUTERM, los trabajadores de la CTM, etc., sin los cuales una verdadera huelga general es irrealizable.

La segunda Convención tendría que hacer un llamado explícito a estos trabajadores para que se sumen a las movilizaciones, enfrenten a sus líderes charros, luchen por organizarse y conquistar la democracia sindical. También debería hacer un llamado a movilizarse al Sindicato Minero, que se enfrentó con los gobiernos panistas y un sector de la patronal minera, cuyos trabajadores mantienen huelgas desde hace varios años en Sombrerete, Taxco y Cananea.

Por un programa anti-imperialista

En su programa político, la segunda Convención debería de cuestionar la subordinación de México a Estados Unidos, demandar la anulación del TLC y de todos los acuerdos económicos, políticos, diplomáticos y militares con el imperialismo norteamericano y europeo, responsables del saqueo de nuestro país y de la miseria de nuestro pueblo.

Por una gran campaña para denunciar las elecciones

Finalmente, si bien la Convención manifestó su repudio a las elecciones y su disposición a “boicotearlas”, al dejar esta decisión al libre arbitrio de cada organización, renuncia a la posibilidad de hacer una gran campaña para denunciar la trampa electoral, dejando la puerta abierta para que algunos hagan acuerdos con el PRD o se fortalezcan “alternativas” políticas como el MORENA, que busca “reformar” a este régimen asesino, no derribarlo ni crear instituciones independientes en manos de los trabajadores.









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